Mi madre padecía el peor de los insomnios: estaba preocupada. Desde que su niña la convirtió en asidua lectora de sus cuentos, Carmela no volvió a dormir. Cuando se iba a la cama, en medio de aquel duermevela previo al sueño, aparecían de debajo de la cama los personajes de aquellas histo…
Sólo una, no más. No sé cómo es capaz de llegar a causarme tantos problemas. Aparece día sí, día también, y es capaz de hacerme perder la cordura en cuestión de minutos. No recuerdo cuándo fue la primera vez que apareció en mi vida: una semana, un mes, un año o quizás haya estado conmigo…
Sólo una, no más. No sé cómo es capaz de llegar a causarme tantos problemas. Aparece día sí, día también, y es capaz de hacerme perder la cordura en cuestión de minutos. No recuerdo cuándo fue la primera vez que apareció en mi vida: una semana, un mes, un año o quizás haya estado conmigo…
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