Transparencia, ética económica, igualdad. Estos son tres de los valores que la ley "Crea y Crece", aprobada por el Gobierno nacional en septiembre de 2022, ha puesto sobre la mesa en el ámbito empresarial del país.
Esta norma, que llega para facilitar la creación de empresas, ha sido a su vez clave para iniciar el final de una lucha histórica: la de la economía sumergida gracias a normativas como la imposición de trabajar con sistemas de verificación de factura electrónica.
Este paso es, sin duda, necesario para alinearse con las grandes potencias económicas europeas. Y es que en los países de referencia de nuestro contexto las empresas son un ejemplo de pulcritud en cuanto al tratamiento de su dinero, al pago de impuestos y, sobre todo, a la transparencia total en cuanto a los números de la empresa.
VeriFactu es un sello de garantía que lleva incorporado aquel programa de facturación electrónica que cuente con las herramientas mínimas de control establecidas por el Estado.
Principalmente, esta calificación hace referencia a la capacidad de los software para verificar las facturas que se realizan en cada momento y enviarlas a Hacienda de manera automática, sin la posibilidad de modificarlas para generar una suerte de contabilidad B.
Pero esto no es todo lo que viene de nuevas con estos sistemas de gestión de los documentos financieros: los mejores programas desarrollados se han convertido en un aliado esencial para que las empresas den un paso hacia el futuro.
Y es que estos software no solo fomentan una mayor transparencia fiscal, sino que además facilitan y simplifican muchísimas tareas de carácter administrativo. Esto significa que los responsables, además de ahorrar tiempo, reducirán sus márgenes de error, lo que a la larga es muy positivo para las compañías.
Dado que la obligatoriedad del uso de estos programas es algo que ya está en marcha y que terminará por afectar a todas las empresas, independientemente de su tamaño, en un plazo de dos a cinco años, es interesante plantearse la adaptación cuanto antes.
Lo principal es optar por un software de calidad, autorizado por la Tesorería Pública y que, por supuesto, cuente con la calificación VeriFactu.
Muchas de las empresas que han desarrollado estas herramientas cuentan con un protocolo de implantación que incluye la formación a los responsables, así como la creación de una serie de patrones de actividad adaptados a la naturaleza de cada empresa.
El objetivo es que en muy poco tiempo las compañías que se sumen a la contabilidad digital verificada no solo estén cumpliendo con la ley antifraude, sino que experimenten todo lo bueno que estas herramientas traen en el día a día. El asesoramiento por parte de profesionales del sector es clave para sumarse al cambio y formar parte de ese gran número de empresas que se ha tomado en serio su papel en la economía nacional y trabaja para luchar contra la evasión fiscal y para mejorar la información económica de nuestro tejido laboral.
Esta norma, que llega para facilitar la creación de empresas, ha sido a su vez clave para iniciar el final de una lucha histórica: la de la economía sumergida gracias a normativas como la imposición de trabajar con sistemas de verificación de factura electrónica.
Este paso es, sin duda, necesario para alinearse con las grandes potencias económicas europeas. Y es que en los países de referencia de nuestro contexto las empresas son un ejemplo de pulcritud en cuanto al tratamiento de su dinero, al pago de impuestos y, sobre todo, a la transparencia total en cuanto a los números de la empresa.
VeriFactu: la clave para el cambio
VeriFactu es un sello de garantía que lleva incorporado aquel programa de facturación electrónica que cuente con las herramientas mínimas de control establecidas por el Estado.
Principalmente, esta calificación hace referencia a la capacidad de los software para verificar las facturas que se realizan en cada momento y enviarlas a Hacienda de manera automática, sin la posibilidad de modificarlas para generar una suerte de contabilidad B.
Pero esto no es todo lo que viene de nuevas con estos sistemas de gestión de los documentos financieros: los mejores programas desarrollados se han convertido en un aliado esencial para que las empresas den un paso hacia el futuro.
Y es que estos software no solo fomentan una mayor transparencia fiscal, sino que además facilitan y simplifican muchísimas tareas de carácter administrativo. Esto significa que los responsables, además de ahorrar tiempo, reducirán sus márgenes de error, lo que a la larga es muy positivo para las compañías.
Consejos para la transición electrónica
Dado que la obligatoriedad del uso de estos programas es algo que ya está en marcha y que terminará por afectar a todas las empresas, independientemente de su tamaño, en un plazo de dos a cinco años, es interesante plantearse la adaptación cuanto antes.
¿Cuál es la fórmula más interesante para ponerse manos a la obra?
Lo principal es optar por un software de calidad, autorizado por la Tesorería Pública y que, por supuesto, cuente con la calificación VeriFactu.
Muchas de las empresas que han desarrollado estas herramientas cuentan con un protocolo de implantación que incluye la formación a los responsables, así como la creación de una serie de patrones de actividad adaptados a la naturaleza de cada empresa.
El objetivo es que en muy poco tiempo las compañías que se sumen a la contabilidad digital verificada no solo estén cumpliendo con la ley antifraude, sino que experimenten todo lo bueno que estas herramientas traen en el día a día. El asesoramiento por parte de profesionales del sector es clave para sumarse al cambio y formar parte de ese gran número de empresas que se ha tomado en serio su papel en la economía nacional y trabaja para luchar contra la evasión fiscal y para mejorar la información económica de nuestro tejido laboral.
