El conocimiento molecular del cáncer de ovario permite ajustar el mejor tratamiento personalizado, lo que “muestra claramente el éxito de la medicina de precisión en el abordaje de las enfermedades oncológicas”, según ha destacado la jefa del Servicio de Oncología Médica del Hospital Quirónsalud Córdoba, María Jesús Rubio, que ha afirmado que los últimos avances médicos y en la investigación de este tipo de cáncer han hecho que el tratamiento de esta enfermedad avance rápidamente.
La doctora Rubio ha explicado, con motivo del Día Mundial del Cáncer de Ovario, que se celebra hoy, que el conocimiento de la biología molecular y su integración dentro de la histología de los tumores “nos permite realizar una medicina de precisión, que quiere decir dar el tratamiento adecuado a cada paciente, en el momento indicado”.
De esta manera, “ha cambiado la historia de nuestras pacientes con cáncer de ovario”. La llegada de nuevos fármacos dirigidos como son los iPARP (enzima que repara el daño de las células y que se inhibe para que no repare las células cancerosas y éstas mueran) y su importante impacto en la supervivencia, “está cambiando el pronóstico de las mujeres con esta enfermedad y ha supuesto una auténtica revolución”.
El cáncer de ovario es uno de los más agresivos entre las mujeres, en España se diagnostican unos 3.600 casos cada año, lo que supone el 5,1 por ciento de los cánceres en mujeres, detrás de los de mama, y es más habitual entre los 50 y los 75 años, siendo el quinto tumor más frecuente en las mujeres y el cáncer ginecológico con mayor mortalidad. En este día, ha afirmado la doctora Rubio, “es importante poner en valor los logros conseguidos para el tratamiento de esta enfermedad y los retos que tenemos por delante para seguir avanzando”.
Hoy en día conocemos cuestiones como que el 50 por ciento de los tumores epiteliales de ovario de alto grado presenta un déficit en la recombinación genética, por lo que la inestabilidad genómica sigue siendo un objetivo terapéutico clave.
Actualmente es necesario conocer el estatus BRCA de estas mujeres en el momento del diagnóstico, esto es, saber si las pacientes padecen un cáncer hereditario o esporádico. Además, la combinación de estas nuevas dianas con inmunoterapia nos da una esperanza de convertir esta enfermedad en fase avanzada en una enfermedad curable.
La especialista ha insistido en la importancia de concienciar a la población para que acuda al médico ante cualquier síntoma de sospecha, pues “síntomas en principio anodinos como la sensación de gases, molestias abdominales, urinarias, y dificultad en las digestiones o distensión abdominal, nos pueden llevar a un diagnóstico de cáncer de ovario”.
Otros síntomas que nos pueden hacer sospechar son la presencia de ascitis, sensación de llenado gástrico rápido o la existencia de una masa abdominal palpable. Asimismo, ha recordado que las revisiones ginecológicas son “fundamentales” para el diagnóstico precoz de este cáncer, pues hasta un 70 por ciento de los casos se diagnostica en etapa avanzada. En estadios iniciales no suele producir ningún síntoma y el diagnóstico suele ser un hallazgo casual en una revisión.
En cáncer de ovario, el atlas del genoma “nos ha enseñado que al menos existen cinco subtipos histológicos, cada uno de ellos con diferentes alteraciones moleculares y diferente evolución y respuesta a los tratamientos”. La doctora Rubio ha querido destacar que la creencia de que, si una madre ha padecido cáncer de ovario, sus hijas lo van a heredar no es correcta, ya que, si bien tener un familiar directo con esta enfermedad es un importante factor de riesgo, esto sólo se produce entre el 10 y el 15 por ciento de los casos.
En este sentido, ha explicado que ser un familiar portador de mutación no significa que se vaya a desarrollar la enfermedad, sino que existe un mayor riesgo, por lo que la portadora sana deberá tener controles especiales y habrá que ir tomando decisiones a lo largo de la vida para reducir el riesgo de desarrollar este tumor.
La especialista ha llamado también la atención en la creencia de que al diagnosticarse un cáncer de ovario en situación avanzada no existe tratamiento curativo, y esto no es del todo así. La realidad es que, aunque la esperanza de vida es menor cuanto más avanzada está la enfermedad, sin embargo, el 70 por ciento de pacientes se diagnostican en etapa avanzada y se tratan.
La combinación de la cirugía con enfermedad residual 0 (no enfermedad macroscópica visible) seguida de quimioterapia complementaria seguida de una terapia de mantenimiento con las nuevas dianas, ha aumentado la supervivencia libre de enfermedad en pacientes con enfermedad avanzada y alto riesgo de recaída y, por qué no, la curación de la enfermedad”.
La doctora Rubio ha destacado que cada día cobra más importancia la calidad de vida y el bienestar de las pacientes. Existen estudios que demuestran que el estado de ánimo de las pacientes con cáncer está íntimamente relacionado con síntomas como el dolor, la fatiga y la somnolencia.
La alteración del sueño a su vez empeora los efectos de la quimioterapia, por lo que hay que incidir en reducir estos síntomas para mejorar el estado de bienestar de los pacientes oncológicos. El estado de ánimo no sólo está relacionado con una disminución de la quimiosensibilidad del tratamiento contra el cáncer, sino que, además, el estado de ánimo negativo influye en la aparición y agresividad de los síntomas resultado de la quimioterapia mientras que el positivo los mitiga. Así, tanto el diagnóstico como el tratamiento de quimioterapia de pacientes con cáncer requiere de tratamiento psicológico.
La doctora Rubio ha hecho hincapié en que cada día cobra más importancia lo que hoy en día se denomina oncología integral, que consiste en integrar a los tratamientos el deporte y la alimentación saludable, para que tengan mejores resultados y conseguir mayor bienestar de las pacientes con cáncer de ovario. Está demostrado que la vida sana con ejercicio y dieta saludable reduce el riesgo de esta enfermedad y mejora los resultados de las pacientes que la padecen.
La doctora Rubio ha explicado, con motivo del Día Mundial del Cáncer de Ovario, que se celebra hoy, que el conocimiento de la biología molecular y su integración dentro de la histología de los tumores “nos permite realizar una medicina de precisión, que quiere decir dar el tratamiento adecuado a cada paciente, en el momento indicado”.
De esta manera, “ha cambiado la historia de nuestras pacientes con cáncer de ovario”. La llegada de nuevos fármacos dirigidos como son los iPARP (enzima que repara el daño de las células y que se inhibe para que no repare las células cancerosas y éstas mueran) y su importante impacto en la supervivencia, “está cambiando el pronóstico de las mujeres con esta enfermedad y ha supuesto una auténtica revolución”.
El cáncer de ovario es uno de los más agresivos entre las mujeres, en España se diagnostican unos 3.600 casos cada año, lo que supone el 5,1 por ciento de los cánceres en mujeres, detrás de los de mama, y es más habitual entre los 50 y los 75 años, siendo el quinto tumor más frecuente en las mujeres y el cáncer ginecológico con mayor mortalidad. En este día, ha afirmado la doctora Rubio, “es importante poner en valor los logros conseguidos para el tratamiento de esta enfermedad y los retos que tenemos por delante para seguir avanzando”.
Hoy en día conocemos cuestiones como que el 50 por ciento de los tumores epiteliales de ovario de alto grado presenta un déficit en la recombinación genética, por lo que la inestabilidad genómica sigue siendo un objetivo terapéutico clave.
Actualmente es necesario conocer el estatus BRCA de estas mujeres en el momento del diagnóstico, esto es, saber si las pacientes padecen un cáncer hereditario o esporádico. Además, la combinación de estas nuevas dianas con inmunoterapia nos da una esperanza de convertir esta enfermedad en fase avanzada en una enfermedad curable.
Importancia de las revisiones
La especialista ha insistido en la importancia de concienciar a la población para que acuda al médico ante cualquier síntoma de sospecha, pues “síntomas en principio anodinos como la sensación de gases, molestias abdominales, urinarias, y dificultad en las digestiones o distensión abdominal, nos pueden llevar a un diagnóstico de cáncer de ovario”.
Otros síntomas que nos pueden hacer sospechar son la presencia de ascitis, sensación de llenado gástrico rápido o la existencia de una masa abdominal palpable. Asimismo, ha recordado que las revisiones ginecológicas son “fundamentales” para el diagnóstico precoz de este cáncer, pues hasta un 70 por ciento de los casos se diagnostica en etapa avanzada. En estadios iniciales no suele producir ningún síntoma y el diagnóstico suele ser un hallazgo casual en una revisión.
En cáncer de ovario, el atlas del genoma “nos ha enseñado que al menos existen cinco subtipos histológicos, cada uno de ellos con diferentes alteraciones moleculares y diferente evolución y respuesta a los tratamientos”. La doctora Rubio ha querido destacar que la creencia de que, si una madre ha padecido cáncer de ovario, sus hijas lo van a heredar no es correcta, ya que, si bien tener un familiar directo con esta enfermedad es un importante factor de riesgo, esto sólo se produce entre el 10 y el 15 por ciento de los casos.
En este sentido, ha explicado que ser un familiar portador de mutación no significa que se vaya a desarrollar la enfermedad, sino que existe un mayor riesgo, por lo que la portadora sana deberá tener controles especiales y habrá que ir tomando decisiones a lo largo de la vida para reducir el riesgo de desarrollar este tumor.
La especialista ha llamado también la atención en la creencia de que al diagnosticarse un cáncer de ovario en situación avanzada no existe tratamiento curativo, y esto no es del todo así. La realidad es que, aunque la esperanza de vida es menor cuanto más avanzada está la enfermedad, sin embargo, el 70 por ciento de pacientes se diagnostican en etapa avanzada y se tratan.
La combinación de la cirugía con enfermedad residual 0 (no enfermedad macroscópica visible) seguida de quimioterapia complementaria seguida de una terapia de mantenimiento con las nuevas dianas, ha aumentado la supervivencia libre de enfermedad en pacientes con enfermedad avanzada y alto riesgo de recaída y, por qué no, la curación de la enfermedad”.
Estado de ánimo
La doctora Rubio ha destacado que cada día cobra más importancia la calidad de vida y el bienestar de las pacientes. Existen estudios que demuestran que el estado de ánimo de las pacientes con cáncer está íntimamente relacionado con síntomas como el dolor, la fatiga y la somnolencia.
La alteración del sueño a su vez empeora los efectos de la quimioterapia, por lo que hay que incidir en reducir estos síntomas para mejorar el estado de bienestar de los pacientes oncológicos. El estado de ánimo no sólo está relacionado con una disminución de la quimiosensibilidad del tratamiento contra el cáncer, sino que, además, el estado de ánimo negativo influye en la aparición y agresividad de los síntomas resultado de la quimioterapia mientras que el positivo los mitiga. Así, tanto el diagnóstico como el tratamiento de quimioterapia de pacientes con cáncer requiere de tratamiento psicológico.
La doctora Rubio ha hecho hincapié en que cada día cobra más importancia lo que hoy en día se denomina oncología integral, que consiste en integrar a los tratamientos el deporte y la alimentación saludable, para que tengan mejores resultados y conseguir mayor bienestar de las pacientes con cáncer de ovario. Está demostrado que la vida sana con ejercicio y dieta saludable reduce el riesgo de esta enfermedad y mejora los resultados de las pacientes que la padecen.
REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL
FOTOGRAFÍAS: HOSPITAL QUIRÓNSALUD CÓRDOBA
FOTOGRAFÍAS: HOSPITAL QUIRÓNSALUD CÓRDOBA