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Manolo Castaño: “Dos Hermanas nos ha acogido muy bien y ha hecho de la marca ‘Castaño’ un referente”

Doce años después de que Manolo Castaño abriera su primer bar-restaurante, que llevaba su propio nombre, ‘Manolo Castaño’, en pleno centro de Dos Hermanas, la marca de su apellido forma parte ya de la vida social y gastronómica de una ciudad que asegura que lo acogió de forma “maravillosa” desde el primer día.


Hoy ya la marca ‘Castaño’ cuenta con nueve establecimientos, siete de ellos en Dos Hermanas y dos en la barriada sevillana de Los Bermejales, al frente de los cuales se encuentra una familia en la que el referente no es una sola persona, sino todos sus miembros, empezando por el patriarca, Manolo Castaño, siguiendo por su esposa, Rosa Mari Lineros, y acabando con sus dos hijos, Cristian, de 34 años de edad, y Dani, de 28, a los que cualquiera que los conozca sabe que tanto en la vida familiar como en la laboral van todos a una.

Manolo Castaño Verdugo es un nazareno que nació en un pequeño pueblo sevillano, Villanueva de San Juan, hace ahora 58 años. Y desde muy joven se introdujo en el mundo de la restauración, primero en Ibiza, a donde emigró de muy pequeño junto con sus padres, y luego en Dos Hermanas, donde en la actualidad cuenta con siete negocios: ‘Castaño Vino y Tapas’, ‘Vinoteca Castaño’ y la hamburguesería ‘Loco Burguer’, todos éstos en los comerciales de La Motilla; el restaurante italiano ‘Il Fratello’, en la Avenida de España; el bar de la Peña Sevillista en la calle Real Utrera, y en la zona de expansión de Entrenúcleos con el restaurante ‘Castaño Entrenúcleos’ y la abacería ‘Castaño’. Además, cuenta en Los Bermejales con otro restaurante ‘Il Fratello’ y con una abacería.


De todo ello, y de mucho más, entre otras cosas, por supuesto, del secreto de su éxito, habla ahora en esta entrevista, en la que el propio Manolo Castaño toma la palabra en primera persona.

“Llegué a Dos Hermanas después de pasar por Ibiza, a donde mis padres emigraron cuando yo tenía 5 años de edad, y donde estuve durante 36 años. Pero desde siempre, parte de mi familia, que vivía en Dos Hermanas, no dejaba de proponerme montar un negocio aquí, hasta que me decidí a hacerlo, abriendo, con un socio, el restaurante ‘Arrogui’. Aunque mi primer negocio lo abrí muy joven, recién licenciado de la ‘Mili’. Fue en Ibiza y era una hamburguesería, que, mira por dónde, resulta que el último negocio que he abierto es otra hamburguesería, que se llama ‘Loco Burguer’ y que se encuentra en La Motilla”.

“En Ibiza la verdad es que fue donde tuve el único contrato como asalariado, porque el resto han sido todos negocios abiertos por mí. Esto fue en el restaurante ‘Cala Gració’, que se encontraba en una caleta de Ibiza. Allí estuve durante 32 años, hasta que me cansé de la isla, porque eso era trabajar durante seis meses a tope, y fue entonces cuando me vine a Dos Hermanas, donde en la actualidad cuento con siete negocios, además de otros dos en Los Bermejales. Y muchos de ellos gracias a la iniciativa de mis hijos, que ya se ve que también son muy emprendedores”.

“Por ejemplo, Cristian estuvo en Alemania con 20 años, donde llegó a montar tres restaurantes: ‘Aquí España’, ‘Andalucía’ y ‘El Andaluz’. Pero ya se cansó de Hamburgo, donde se encontraba, y se vino conmigo. Y después de ‘Arrogui’, donde estuve diez años, fue cuando abrí, en 2012, el restaurante ‘Manuel Castaño’ que se encontraba justo detrás del Ayuntamiento de Dos Hermanas. Este sitio fue mi impulso, porque a partir de ahí abrimos ‘Castaño Vino y Tapas’ en La Motilla, luego la ‘Vinoteca Castaño’, también en La Motilla; el primero de nuestros italianos, ‘Il Fratello’, en la Avenida de España, el bar de la Peña Sevillista y últimamente dos más en la zona de Entrenúcleos, el restaurante ‘Castaño Entrenúcleos’ y la abacería ‘Castaño’. Como se ve, nuestra marca es ‘Castaño’, con la que hemos conseguido que la gente de Dos Hermanas nos acoja estupendamente”.

“Lo que queda claro con todo esto es que nosotros apostamos por nuestro pueblo. Yo de toda la vida he venido por Dos Hermanas, desde que tenía 16 o 17 años cuando ya era novio de Rosa Mari, porque yo aquí tenía a tíos y primos. Por entonces, recuerdo que los nazarenos y nazarenas se iban a comer a Los Palacios, a Utrera, a Sevilla…. Y cuando yo llegué a Dos Hermanas me dije que siendo una ciudad tan grande y con tanto habitantes, por qué no se podía abrir un restaurante aquí. Recuerdo, cuando me decidí a abrir mi primer local en La Motilla, hace unos seis años, que esa zona estaba por entonces regular, y le decía a mi hijo Cristian: “¿Ahí vamos a invertir?”. Y la verdad es que ahora La Motilla está de moda”.

“El secreto de nuestro negocio creo que es, además de echarle mucho cariño, que le dedicamos muchas horas y estamos todos muy pendientes de la materia prima y del trato al público. Yo, por ejemplo, esta misma mañana he ido al Mercado de Abasto a comprar pescado, entre otros productos, porque sus puestos tienen mucha calidad. En cuanto a lo de estar muy pendiente del cliente, puedo decir que a todo el que entra a trabajar con nosotros, siempre le digo que esta es nuestra casa, a la, como ocurre cuando viene alguien a ella, hay que ofrecerle lo mejor y, además, servido con cariño. Y aquí ocurre exactamente igual”.

“En todo esto, Cristian, Dani y yo somos uno más. Yo he tenido la gran suerte de tener dos hijos espectaculares, que además están todo el día pegados a mí y pendientes de todo. Y eso es algo que asumen nuestros empleados. A todo ello, se le suma la calidad de nuestros productos, porque lo mismo te comes un arroz, un buen guiso de carrillá o de cola de toro, que un buen pescado, siempre trabajando mucho con los productos de temporada. Y ya en el de Entrenúcleos, lo que hemos metido también son las carnes, porque contamos con una cocina mucho más grande y hemos podido poner una buena barbacoa. Y por supuesto, tampoco falta el arroz, un plato que trabajé mucho durante los años que estuve en Ibiza. En nuestros restaurantes, prácticamente todas las recetas de arroz son mías, que se las he ido enseñado a los jefes de cocina. Por ejemplo, el arroz ibérico no falta nunca los fines de semana. O el arroz con alcachofas, que ahora es la temporada”.

“Los restaurantes italianos nos decidimos a abrirlos porque mi hijo Cristian tenía muchas ganas. Los tres hombres de la casa cocinamos, y tanto Cristian como Dani saben preparar perfectamente la comida italiana y sus salsas. Además, contamos con la hamburguesería ‘Loco Burguer’, que hemos abierto hace poco también en La Motilla con un socio, Román, íntimo amigo de Dani, que tiene una en Triana, y con quien hemos abierto otra hace poco también en Madrid, y que la verdad es que están teniendo bastante éxito”.

“Dentro de nuestra expansión, pensamos en un momento dado dar el salto a Sevilla, donde incluso estuvimos en negociación para hacernos con un local en el centro, pero como a nosotros nos gusta estar encima de los negocios, veíamos que Sevilla se nos quedaba un poco lejos. Algo que no ha ocurrido por ejemplo con Los Bermejales, porque es una zona que la tenemos mucho más cerca”.

“Yo soy empresario y siempre digo que los negocios son como los menores de edad, sobre los que hay que estar muy pendientes. Por ejemplo, mi mujer acude cada día a los bares y va limpiando sobre limpio, porque tiene que estar todo perfecto. Y, luego, nos distinguimos por nuestra humildad y por el trabajo. Yo vengo de un pueblo pequeño, de poco más de mil habitantes, y mis padres me enseñaron que los valores de la vida eran apreciar el momento y siempre mirar hacia atrás. Ahora mismo, gracias a Dios, nos va muy bien a la familia Castaño, pero todo el que me conoce sabe que yo sigo y seguiré siendo siempre el mismo, al igual que mis hijos. Ése es nuestro gran secreto”.

FRANCISCO GIL / ANDALUCÍA DIGITAL
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