Estaba claro que el año pasado fue especial, porque por fin la barriada de Montequinto vivía una salida procesional de su Hermandad de Penitencia con nazarenos, pero lo de este Sábado de Pasión fue ya la plenitud, lejos de los nervios e improvisaciones de cualquiera primera vez.
Por eso ayer fue un día feliz y gozoso en Montequinto, donde desde primeras horas de la tarde ya se vivía y se sentía el encuentro que poco después se iba a producir entre los vecinos de esta barriada y su Hermandad. Así, la expectación a las puertas de la Parroquia de Nuestra Señora de Los Ángeles fue creciendo conforme se acercaban las seis de la tarde, momento en el que se debían abrir los portones de este templo y ver asomarse por segunda vez a los nazarenos blancos de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Humildad en Getsamení y de Nuestra Señora del Pilar en su Mayor Dolor.
Por eso cuando sonaron correrse los cerrojos de la puerta de la Parroquia, todo fueron aplausos. Con gusto, con el buen hacer de sus capataces y costaleros, ambos pasos salieron del interior del templo, donde ya se vivieron de nuevo momentos para el recuerdo y fotos, todo contemplado por el alcalde de Dos Hermanas, Paco Rodríguez; por el párroco de Nuestra Señora de los Ángeles, Francisco Nadal Villacreces; por el de Santa María Magdalena, don Manuel Sánchez de Heredia; por el presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías, Francisco Alba, y por el pregonero de la Semana Santa nazarena, Alejandro Jurado Mejías.
A partir de la populosa salida, el recorrido por las calles de la barriada fue recibido con el cariño y la entrega de los muchos fieles y devotos que salieron al encuentro con su Hermandad, que la verdad es que nunca se sintió sola. Como tampoco en el momento de tener su subir de nuevo la prolongada rampa que permite, con el lógico esfuerzo, que los costaleros puedan alcanzar la puerta de la Parroquia.
Sin duda, una nueva jornada histórica y gozosa que quedará en el recuerdo de esta joven Hermandad, que, desde luego, desfila por las calles de su barrio como si el tiempo pasado no hubiera existido.
Secuencia gráfica de la salida
Por eso ayer fue un día feliz y gozoso en Montequinto, donde desde primeras horas de la tarde ya se vivía y se sentía el encuentro que poco después se iba a producir entre los vecinos de esta barriada y su Hermandad. Así, la expectación a las puertas de la Parroquia de Nuestra Señora de Los Ángeles fue creciendo conforme se acercaban las seis de la tarde, momento en el que se debían abrir los portones de este templo y ver asomarse por segunda vez a los nazarenos blancos de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Humildad en Getsamení y de Nuestra Señora del Pilar en su Mayor Dolor.
Por eso cuando sonaron correrse los cerrojos de la puerta de la Parroquia, todo fueron aplausos. Con gusto, con el buen hacer de sus capataces y costaleros, ambos pasos salieron del interior del templo, donde ya se vivieron de nuevo momentos para el recuerdo y fotos, todo contemplado por el alcalde de Dos Hermanas, Paco Rodríguez; por el párroco de Nuestra Señora de los Ángeles, Francisco Nadal Villacreces; por el de Santa María Magdalena, don Manuel Sánchez de Heredia; por el presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías, Francisco Alba, y por el pregonero de la Semana Santa nazarena, Alejandro Jurado Mejías.
A partir de la populosa salida, el recorrido por las calles de la barriada fue recibido con el cariño y la entrega de los muchos fieles y devotos que salieron al encuentro con su Hermandad, que la verdad es que nunca se sintió sola. Como tampoco en el momento de tener su subir de nuevo la prolongada rampa que permite, con el lógico esfuerzo, que los costaleros puedan alcanzar la puerta de la Parroquia.
Sin duda, una nueva jornada histórica y gozosa que quedará en el recuerdo de esta joven Hermandad, que, desde luego, desfila por las calles de su barrio como si el tiempo pasado no hubiera existido.
Secuencia gráfica de la salida
REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL