Tras conocerse la suspensión de la estación de penitencia de la Hermandad de la Oración en el Huerto de Dos Hermanas, los abrazos y las lágrimas se sucedieron en el interior del pequeño espacio que acoge a los titulares de esta cofradía, que vio cómo la lluvia persistente hacía imposible la tan ansiada salida.
Entre todos, la atención se centró en la tarde noche de este Miércoles Santos en la figura del hermano mayor de esta Corporación, Juan Lozano, quien, junto con sus oficiales, debía tomar la dura decisión de suspender la salida procesional, algo que siempre duele pero que asegura que no tuvieron más remedio que tomar en atención a las previsiones meteorológicas.
“La decisión era clara y evidente porque daba agua”, comentó Juan Lozano pocos minutos después de que la casa hermandad abriera sus puertas en torno a las ocho de la tarde para que los fieles pudieran presentarse ante las imágenes de Nuestro Señor Jesucristo en el Huerto y Nuestra Madre y Señora de los Dolores, que se mostraban majestuosos sobre sus pasos.
El hermano mayor aseguró que llamaron al servicio de Meteorología, desde donde les comunicaron que las previsiones eran de “lluvia, lluvia y lluvia”. “Y, claro, ante ese resultado, no podíamos poner una cofradía en la calle, y más una como la nuestra con los niños que llevamos, que es el patrimonio más importante que tenemos, más incluso que el de nuestros enseres”.
En relación con esta suspensión, Juan Lozano añadió que la decisión fue, además, “unánime y rápida”, debido a que la casa hermandad no se encuentra muy acondicionada, “y mantener aquí el cuerpo de nazarenos era un sacrificio para las criaturas”.
Pese a esta decisión de suspender la salida, el hermano mayor aseguró que no fue hasta la reunión extraordinaria del Cabildo de Oficiales que convocaron para las seis de la tarde –una hora antes del inicio de la estación de penitencia-, cuando lo analizaron todo. “La verdad es que no habíamos hablado del agua en ningún momento, y fue entonces cuando lo hicimos y cuando tomamos la decisión. Lo que sí teníamos preparado eran itinerarios alternativos, por si teníamos que acortar el recorrido”.
Tras esta suspensión, y en atención a las Reglas de la Hermandad, todos los hermanos y hermanas allí presentes participaron en un acto piadoso, rezando el Vía Crucis, el Credo y la Salve, “terminando así nuestra estación de penitencia de este año, para prepara la del año que viene, si Dios quiere, que la cogeremos con más ganas. Y, además, esta Junta de Gobierno, que era su primer año. Pero por lo menos los deberes en estos cuatro meses que llevamos estaban ya hechos, y está claro que si decidimos hacer lo contrario de lo que hemos hecho hoy, hubiéramos quedado mal y tirado por tierra todo el trabajo que hemos realizado”.
Entre todos, la atención se centró en la tarde noche de este Miércoles Santos en la figura del hermano mayor de esta Corporación, Juan Lozano, quien, junto con sus oficiales, debía tomar la dura decisión de suspender la salida procesional, algo que siempre duele pero que asegura que no tuvieron más remedio que tomar en atención a las previsiones meteorológicas.
“La decisión era clara y evidente porque daba agua”, comentó Juan Lozano pocos minutos después de que la casa hermandad abriera sus puertas en torno a las ocho de la tarde para que los fieles pudieran presentarse ante las imágenes de Nuestro Señor Jesucristo en el Huerto y Nuestra Madre y Señora de los Dolores, que se mostraban majestuosos sobre sus pasos.
El hermano mayor aseguró que llamaron al servicio de Meteorología, desde donde les comunicaron que las previsiones eran de “lluvia, lluvia y lluvia”. “Y, claro, ante ese resultado, no podíamos poner una cofradía en la calle, y más una como la nuestra con los niños que llevamos, que es el patrimonio más importante que tenemos, más incluso que el de nuestros enseres”.
En relación con esta suspensión, Juan Lozano añadió que la decisión fue, además, “unánime y rápida”, debido a que la casa hermandad no se encuentra muy acondicionada, “y mantener aquí el cuerpo de nazarenos era un sacrificio para las criaturas”.
Pese a esta decisión de suspender la salida, el hermano mayor aseguró que no fue hasta la reunión extraordinaria del Cabildo de Oficiales que convocaron para las seis de la tarde –una hora antes del inicio de la estación de penitencia-, cuando lo analizaron todo. “La verdad es que no habíamos hablado del agua en ningún momento, y fue entonces cuando lo hicimos y cuando tomamos la decisión. Lo que sí teníamos preparado eran itinerarios alternativos, por si teníamos que acortar el recorrido”.
Tras esta suspensión, y en atención a las Reglas de la Hermandad, todos los hermanos y hermanas allí presentes participaron en un acto piadoso, rezando el Vía Crucis, el Credo y la Salve, “terminando así nuestra estación de penitencia de este año, para prepara la del año que viene, si Dios quiere, que la cogeremos con más ganas. Y, además, esta Junta de Gobierno, que era su primer año. Pero por lo menos los deberes en estos cuatro meses que llevamos estaban ya hechos, y está claro que si decidimos hacer lo contrario de lo que hemos hecho hoy, hubiéramos quedado mal y tirado por tierra todo el trabajo que hemos realizado”.
REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL
