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Antonio Ortega Avilés: “El pregón del 125 Aniversario del Gran Poder lo he completando a golpe de corazón”

La Parroquia de Santa María Magdalena acoge este domingo, día 10 de marzo, uno de los momentos más destacados con motivo de los actos y cultos que la Hermandad del Gran Poder ha programado con motivo de su 125 Aniversario Fundacional. Y lo hará con el pregón que por dicha efeméride encargó a uno de sus hermanos más significados, Antonio José Ortega Avilés.


Antonio José Ortega Avilés (Dos Hermanas, 1976), hijo de la nazarena barriada de Cantely, donde vivió hasta que se casó, pero en la que aún guarda a parte de su familia y a muchos de sus amigos de siempre, será la persona que pronuncie este domingo, tras la celebración de la Función Principal que acogerá a partir de las 11:00 horas la Parroquia de Santa María Magdalena en honor a Nuestro Padre Jesús del Gran Poder, el pregón con motivo de cumplirse en este 2024 el 125 Aniversario Fundacional de esta Corporación.

Desde que tuvo el privilegio, y la responsabilidad, de asumir un encargo que él mismo ha calificado como “todo un honor”, ha ido preparando un pregón con el que espera que pueda esta a la altura de su Hermandad y de dicha efeméride. Y es que no se trata de cualquier cosa.

Antonio José Ortega Avilés se ha dedicado durante toda su vida en cuerpo y alma a su Hermandad, de la que es hermano desde que nació. Y es que su familia tuvo mucha culpa de ello. Su padre, Antonio Ortega Ramos, y su madre Nieves Avilés Millán, además de sus abuelos y tíos, le inculcaron el amor por dos pasiones, la del Señor del Gran Poder y la de María Santísima del Mayor Dolor y Traspaso. Y a partir de ahí vino todo lo demás, entre ellos una familia que ha nacido a su amparo y a la de su esposa, Laura Díaz Cardona, con quien tiene dos hijas, María, de 12 años de edad, y Cayetana de 2 años, y que además será su presentadora.

Cuando mañana domingo Antonio José Ortega Avilés, funcionario de Justicia de profesión y que en la actualidad ocupa el cargo de Secretario 1º de la Junta de Gobierno del Gran Poder, se sitúe ante el atril de orador, comenzará a marcarse otro hito en la historia de una Hermandad que desde su nacimiento siempre estuvo muy arraigada en Dos Hermanas. Y de todo ello, y de algo más, habla ahora en esta entrevista.

- Estos días se estarán viviendo unas horas muy especiales en vuestro seno familiar.

- Pues sí, y de muchos nervios. También es que hemos vivido recientemente muchas vicisitudes, entre ellos el reciente fallecimiento de mi suegro, Manuel Díaz Cardona, ‘Panchito’, que también era hermano del Gran Poder. De hecho, mi mujer va a ser mi presentadora, con lo cual han sido unos días un poco complicados, porque por un lado están los nervios y la alegría por el pregón y la efeméride que se conmemora, y, por otro, la tristeza y el desánimo por este acontecimiento tan luctuoso.

- Y personalmente, ¿cómo lo lleva?

- Pues peor todavía. Yo soy una persona muy tímida. La apariencia de serio que tengo parece una coraza que esconde mi timidez. La verdad es que el pregón está hecho desde hace bastante tiempo, pero me encuentro muy inquieto y con ganas de poder soltar ya todo lo que he escrito. Es un honor para mí lo que voy a hacer, evidentemente, pero aún no percibo esa honra porque me puede la responsabilidad. Digamos que los nervios y la inquietud ahora mismo quizás no me estén haciendo disfrutar todo lo que debiera.

- Tal vez debería empezar ya a disfrutarlo, porque se trata de un pregón muy especial y le han elegido a usted. ¿Qué pensó cuando la Hermandad le comunicó el nombramiento?

- Yo, como secretario 1º de la Hermandad, formaba parte de la comisión que preparaba los actos y cultos con motivo del 125 Aniversario, y cuando se sacó el tema del pregón, ya los ojos de todos se volvieron hacia mí, aunque fue algo que no me lo tomé muy en serio. Pero esa propuesta se pasó después a junta de gobierno, donde ya directamente dieron por hecho que yo iba a ser el pregonero. Para mí, evidentemente, supone un honor, y no podía decir que no, pero conforme fue pasando el tiempo empecé a pensar que dónde me había metido y cómo iba a ser capaz de salir de este atolladero. Pero, bueno, este pregón era muy importante. No es de los que se pronuncia todos los días. De hecho, el último de ese tipo que se dio en la Hermandad, al margen de las Exaltaciones de la Juventud de cada año, y que yo también tuve el honor de darlo en el año 2006, fue hace 25 años con motivo del Centenario, en el año 1999. Y además tengo la responsabilidad y la alegría de sustituir a mi tío, José Ortega Ramos, que fue el que la dijo en esa ocasión.

- ¿Cómo ha sido el proceso desde que le comunican que iba a ser el pregonero del 125 Aniversario y hasta plasmarlo en papel?

- A mí me lo comunicaron en el mes de mayo pasado y, como había por medio mucho tiempo, me pasé bastantes semanas sólo pensando y tratando de plasmar ideas, de forma que hasta el mes de octubre no empecé a escribir. Y a partir de ahí no fue tampoco algo continuo, sino que he ido escribiendo conforme iba sintiendo, porque uno tiene muchas ideas y te pasan muchas cosas por la mente, pero algunas al final se van desechando y te vas quedando con unas y con otras. No ha sido algo por tanto de continuo, sino que ha habido parones. Al final, lo he ido completando a golpes de corazón.

- ¿Y ya ha puesto las palabras finales del ‘He dicho’ o aún queda algo aún por cambiar o incluir?

- Sí, ya está todo cerrado. Conociéndome, siempre se puede tener la tentación de cambiar algo, pero ya hace unos cuantos días que dije: “Hasta aquí”.

- ¿Cómo se pueden resumir 125 años en un pregón?

- Es imposible. Una cosa que tenía totalmente clara desde el principio era que resumir 125 años de historia de la Hermandad, en un pregón que puede durar como mucho una hora o algo más, es imposible. Y hablar especialmente de la historia, no creo que tampoco fuera el objetivo, porque para eso están las charlas y las conferencias que se van a celebrar en estos días. A mí, particularmente, los pregones no me gustan muy largos. Entonces, he procurado no hacerlo muy largo y equilibrar la parte de historia, que estará presente en el comienzo, con los momentos que yo he vivido dentro de ella, con aquello que me han ido contando, con lo que yo he ido leyendo… Al final, creo que un pregón sin emoción no lo es, por tanto, he intentado equilibrar por una parte la historia y, por otra, la sentimental.

- Y es que con tantos años ya dentro de la Hermandad, es inevitable introducir parte de su vida en ella.

- Claro. Es que la Hermandad es mi vida. Y las imágenes de la Virgen y del Señor son las advocaciones a las que yo me encomiendo diariamente. En ellos veo a mi padre, a mi familia, a mis amigos… Al final, yo no concibo mi vida sin la Hermandad después de tantos años.

- ¿Cómo le comunicó a su esposa que quería que fuera su presentadora y qué pensó ella?

- Al principio, cuando se lo comenté, ya de entrada me dijo que no. Pero yo tenía claro que tenía que ser ella, porque es la persona que me aguanta, y no sólo en los asuntos familiares y en todo lo que hemos vivido juntos, sino también la que soporta mis ausencias cuando estoy en la Hermandad, cuando tengo que asistir a un cabildo, en actos oficiales, y la que ve también los sufrimientos y los desvelos que hay dentro de la Hermandad, porque no todo son alegrías. Voy a contar una anécdota de cuando empezamos a salir. Yo estaba en el Grupo Joven, y creo que la primera frase que le dije fue: “Mira, tú y yo vamos a empezar a salir ahora, pero la Hermandad no me la vayas a quitar, entre otras cosas porque a la Hermandad la conozco mucho antes que a ti”. Así que de partida ella ya veía por dónde venía el niño. Pero es que además Laura tenía una deuda pendiente conmigo, porque cuando dio el Pregón de los Reyes Magos, me eligió a mí como presentador. Y al final aceptó encantada.

- ¿Qué tiene de especial la Hermandad del Gran Poder en Dos Hermanas que siempre arrastra a tanta gente?

- Yo creo que el Señor. De la Hermandad podría decir mil cosas, pero al final creo que lo que se refleja es la devoción al Señor, aunque yo personalmente sea más de la Virgen. Nada más hay que ir por la mañana a la capilla y ver la cantidad de personas que pasan por allí y escuchar cómo le hablan. Y durante la Madrugá, aunque ya menos porque los tiempos han cambiado, yo recuerdo salir de nazareno y ver la fila del cortejo de penitentes que iban detrás del paso, de forma que, por ejemplo, la calle Manuel de Falla la cubría completamente. Y eso lo hace la devoción. Y nosotros somos los responsables de mantenerla, de presentarla y de poder darle todo el lustre que se merece.

- ¿Hay música en el pregón?

- Al principio, la coral que va a la función, la de Francisco Javier Mena, va a interpretar un par de piezas que me gustan a mí, pero además el pregón contará con dos partes en las que voy a meter un poco de música, necesaria para llegar a donde quiero, aunque esto es algo que debería ser una sorpresa. En cualquier caso, lo que pretendo no es más que quien asista a escucharme, que lo pase bien, que sienta lo que yo quiero transmitir y que lo recuerde con cariño. Y, por mi parte, estar a la altura de la Hermandad, de la efeméride y que todos salgan medianamente contentos.

FRANCISCO GIL / ANDALUCÍA DIGITAL
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