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Alejandro Jurado Mejías: “Yo he hecho mi pregón de Semana Santa, el de mis vivencias en las hermandades”

Alejandro Jurado Mejías no es de las personas que se esconda; más bien al contrario, dice y cuenta las cosas con tal naturalidad, por muy trascendentes que sean, que consigue restarle importancia a lo que en otras circunstancias sí las tendría. Y el pregón de la Semana Santa de Dos Hermanas 2024 que pronunciará mañana, día 17 de marzo, en el Teatro Municipal, seguro que va a ir por ahí.


Alejandro Jesús Jurado Mejías es un nazareno y cofrade bastante conocido y reconocido en Dos Hermanas. Y, sobre todo, una persona muy comprometida con el mundo de las hermandades. Tal vez, seguramente, fueron estos los motivos por los que el Consejo de Hermandades y Cofradías de Dos Hermanas le quiso encargar la siempre complicada tarea de pregonar la Semana Santa nazarena, que tratará de defender de la mejor manera este domingo, día 17 de marzo, a partir de las 12:30 horas, en el Teatro Municipal Juan Rodríguez Romero

De 47 años de edad, este “nazareno y un gran defensor de mi pueblo”, es hijo de Manuel Jurado Sánchez, fallecido hace ahora 23 años, y de María Mejías Ponce, que a sus 80 años de edad seguro que se siente una de las madres más afortunadas de Dos Hermanas. “Ahora mismo puedo decir que no hay nadie en Dos Hermanas más feliz que ella”, remarca su propio hijo. “Está súper orgullosa. Además, cuando cualquier hermandad ha tenido un detalle conmigo, como fue cuando la entrega de las pastas del pregón, me la llevo siempre y la veo que está muy emocionada y feliz. Mi madre es mucho de iglesia, y eso de ver a su niño, aunque tenga ya casi 50 años, dar el pregón, era algo que no esperaba vivir”.

Y qué decir del resto de su gran y singular familia. Casado con Mari Carmen Rodríguez González, con quien tiene dos hijos, Manuel, de 8 años de edad, y Carmen, de 5 años, es hermano de Antonio Jurado, “El de las carreras”, apostilla Alejandro, quien, como todos los demás, también está viviendo unos días de gran felicidad.

Alejandro Jurado es socio, junto con José María Rey Hermoso, del despacho Estudio Jurídico Rey Abogados, donde se encarga de todo lo relacionado con Derecho Civil y Mercantil-Administrativo. Un socio que, además, será el presentador del pregonero debido a su gran amistad durante años.

En el ámbito cofrade nazareno, el pregonero es hermano de la Hermandad de la Vera-Cruz desde hace más de 40 años y La Estrella de Dos Hermanas desde hace 35 años, de la que fue hermano mayor en el período 2009-2013, además de la de Valme, Rocío y Sacramental, y, en Sevilla, del Gran Poder. Antes de pronunciar el pregón de este domingo, su experiencia en este aspecto se encuentra en la Exaltación de las Cruces de Mayo del Prendimiento del año 2022.

De todo ello, y de lo que ofrecerá mañana en su pregón, habla ahora el propio Alejandro J. Jurado Mejías en esta entrevista.

- ¿Cómo está viviendo estos días?

- De una forma muy bonita. Hace poco hablaba con un cofrade, Manolo García, al que le decía que no sabía cómo iba a resultar el pregón, porque yo tampoco soy ni Rafa González Serna ni Carlos Herrera, pero que por encima de ello me quedaba con estos días previos. Yo daré mi pregón y punto, guste más o menos, pero ya sé que me quedarán estos días que estoy viviendo, y que han sido muy bonitos, como los que he pasado con mi hermandad de la Vera-Cruz, que me invitó a bajar al Señor; con Pasión, que tuvimos un acto muy bonito; con la Amargura, con la que viví su Vía-Crucis, o el día a día con mi gente de La Borriquita, a la que yo llamo ‘Mi familia de la calle Melliza’…, al margen de los detalles que han tenido amigos y familiares. Así que estos días los estoy viviendo de una forma muy intensa y bonita.

- Hay personas que se ponen nerviosas y no lo disfrutan. No parece su caso.

- Yo lo estoy disfrutando mucho. Un amigo me decía que me veía muy tranquilo, y yo le respondía que el sábado y el domingo seguro que me pondré nervioso, y le dije que, si era así, me llevaría la toga puesta, que como estoy acostumbrado a los juicios y seguro que me relajaría algo. Yo no me encuentro agobiado, ni nervioso, sino muy bien, la verdad.

- ¿Cuál fue su reacción cuando el Consejo le comunicó que quería que fuera el pregonero de la Semana Santa?

- Fue el 15 de septiembre pasado. Yo me encontraba en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Dos Hermanas celebrando la boda civil de mi cuñado. Y de pronto recibo una llamada de Fran Alba, al que le colgué. Al instante me vuelve a llamar, y le vuelvo a colgar, y poco después una tercera llamada. Como yo me encontraba sentado al lado de mi mujer, le dije: “¿Qué pasará?” Total, que Fran me manda al instante un mensaje y me dice que me tenía que ver de forma urgente. Yo pensé que quería cambiar los Estatutos del Consejo, que fue algo que ya me comentó en dos o tres ocasiones. Entonces, le envié otro mensaje en el que le decía que estaba en la boda de mi cuñado y que en un ratito iría por el despacho, pero sólo hasta el mediodía porque íbamos luego a comer todos juntos. Entonces me dijo que se pasaría por allí. Y así lo hizo. Cuando me vio, me comentó: “Alejandro, tú vas a ser el pregonero de la Semana Santa”. Yo le respondí: “¿Tú estás loco?”. Y me contestó: “Ya te hemos designado, así que no puedes decir que no”. Y le añadí: “Fran, si yo no tengo tiempo…”. Total, que, como a mí me cuesta mucho trabajo decir que no, que es un defecto, pues al final lo tuve que aceptar. Recuerdo ahora que cuando me llamó estando en el Ayuntamiento y le dije a mi mujer que era Fran para cambiar los Estatutos, ella me dijo: “No, eso es para decirte que te han nombrado pregonero de la Semana Santa para el año que viene”. Y yo le respondí: “Tú no estás buena de la cabeza”. Pero, mira, mi mujer tiene un sexto sentido y acertó de pleno. Fran me dijo que salvo a mi madre, mi mujer y mis hijos, que no se lo contara a nadie hasta que se oficializara el nombramiento. Y yo le comenté que a mi madre y mi mujer, sí, pero que a mis hijos no se lo iba a decir porque seguro que se enteraba medio pueblo antes de tiempo. Mi mujer, claro, se puso muy contenta y me dijo: “¿Y tú que le has dicho?” Y yo le respondí: “Le he dicho que no”. “Pero lo vas a hacer, porque tú no sabes decir que no”, añadió ella. Total, que ya está. Hablé también con mi madre, que se puso loca de contenta, y ya no se lo comenté a nadie más. Pero justo el día antes de que se hiciera oficial, hablé de nuevo con Fran y le dije que había dos partes a las que se lo tenía que adelantar antes de que se supiera de forma oficial, como era al resto de mi familia -mi hermano, mi suegro…-, y, por supuesto, a mi Hermandad, a mi gente de ‘La Borriquita’. Bueno, y a mi socio José María, que es quien me va a presentar y que es como si fuera mi hermano. Que por cierto, una vez que ya se supo, la primera persona que me llamó al teléfono para felicitarme fue José Miguel García Asencio, que fue el pregonero del año pasado.

- ¿Y cómo ha ido plasmando su pregón?

- Bueno, yo al principio empecé escribiendo pensando en intentar agradar a la gente, hasta que llegó un momento en el que, como comenté antes, me dije: “Vamos a ver, yo no soy Rafa González Serna ni Antonio Burgos ni Eduardo Herrera, sino que soy Alejandro Jurado, así que lo que voy a hacer es escribir mis vivencias en la Hermandad, porque yo además es que no me considero una persona cofrade para nada”. Y empezar a plasmarlo, no fue hasta después de las Navidades. Yo no tengo tiempo, así que lo que hacía era irme al despacho a las seis de la mañana y ponerme a escribir hasta las ocho y media, que era cuando ya comenzaban a llegar el personal.

- ¿Supo desde el primer momento la responsabilidad que le había caído con este nombramiento?

- Yo soy valiente y no me da miedo nada, pero cuando empezó el aluvión de llamadas, yo me dije que esto era algo muy grande. Mi hijo, que es muy gracioso, recuerdo que iba por la calle y me decía: “Papá, llevo apuntadas ya 324 felicitaciones”. Cierto es que, como se lo decía el otro día a la gente de Pasión, creo que la responsabilidad no es toda mía en este caso, sino también del Consejo que me nombró.

- ¿Está contento con lo que ha escrito?

- No. Yo soy una persona inconformista y creo que el pregón nunca se acaba, porque siempre hay algo susceptible de poder cambiarse. Hace poco hablaba con un antiguo pregonero de mi hermandad, al que le comentaba este aspecto y al que le decía que era complicado porque yo creo que siempre se puede dar más de sí; y con José Miguel García Asencio, que me dijo que él había cambiado cosas en el mismo camerino del Teatro Municipal. Y yo le respondí: “Pues yo esa locura no la hago. Hasta aquí he llegado y punto”. Entre otras cosas, porque te puedes llegar a volver loco.

- ¿Qué pueden esperar los nazarenos y nazarenas de su pregón? ¿Será algo dentro de los cánones conocidos o algo distinto?

- Como antes comenté, yo no soy un hombre de cofradías, sino de hermandad. A mí, siendo hermano mayor, me preguntaron en una ocasión qué era lo que más me gustaba del Domingo de Ramos, y yo respondí que el Lunes Santo, cuando ya está todo recogido y a nadie le ha pasado nada. A mí me gustan más los 364 días de hermandad, una reunión tomándome un botellín inventando algo o yendo a ayudar a una familia que tiene una necesidad, que decir que voy a ver la revirá de una imagen en tal esquina, porque yo no entiendo de nada de Semana Santa. Hablando el otro día con amigos, les dije que no esperaran de mí una obra literaria, con su poesía y todo eso, y seguro que la gente de mi hermandad de La Borriquita lo va a entender mejor que nadie. Yo he hecho mi pregón, el de mis vivencias, el de los más de cuarenta años de hermano de la Vera-Cruz y los treinta y cinco de La Borriquita.

- ¿Y siempre ha estado metido en los entresijos de ambas?

- En Vera-Cruz es verdad que la vida de hermandad la desarrollé poco, pero sí desde que entré en La Borriquita, donde empecé formando parte del Grupo Inicial y luego del Grupo Joven, y asumiendo ya algunos cargos. Es verdad que tuve un momento algo tontorrón, que coincidió con la enfermedad y muerte de mi padre, pero poco después empecé a vivir de lleno el día a día de la Hermandad de La Borriquita, donde me llevé veinte años en sus juntas de gobierno, siendo secretario, segundo secretario, tesorero, segundo tesorero y hermano mayor.

- ¿Cómo fue esa etapa de hermano mayor?

- Para mí, la mejor de todas. Fue de 2009 a 2013, y pese a que todo empezó bien, al poco tiempo tuve un problema personal que me afectó mucho y por el que incluso llegué a presentar mi dimisión, aunque ni la aceptó la Junta de Gobierno ni nuestro director espiritual de aquel entonces, que eran don Lorenzo. Pero fue en ese momento cuando noté el verdadero sentido de hermandad. Por eso, cuando yo hablo de mi hermandad no hablo de La Borriquita, sino de mi familia de la calle Melliza, porque ha sido allí donde he sentido cercanía, cariño, compromiso, entrega… Aquello fue una época perfecta para mí. Yo soy un poco alma libre y me cuesta mi trabajo hacer cosas, por eso de estar sometido a una presión. A mí lo que me gusta alternar, ayudar… Y lo mismo me iba a la Hermandad un día a poner tornillos, que a una reunión con el cura o lo que surgiera. Se habla mucho de la soledad del hermano mayor, pero en mi caso no me ocurrió. Creo que fui un privilegiado en ese aspecto.

- Ha hecho referencia al cariño, al compromiso, a la entrega que recibía de su ‘familia’ de la calle Melliza. ¿Básicamente con estos términos se puede resumir su pregón?

- Yo entiendo que sí. De hecho, mi gente está presente en el pregón. Pero, además, yo tengo un concepto muy claro: las hermandades somos Iglesia, y de ahí no nos podemos salir, de manera que ese hecho de tener muy claro dónde estamos formará parte del mensaje que intentaré transmitir. El pregón lo tengo estructurado en tres partes: una primera más general en la que hablo de Dos Hermanas y del mundo cofrade, otra más dedicada a la Hermandad de la Vera-Cruz y una final a la de La Borriquita. Insisto en que nosotros somos Iglesia, y, dentro de ella, una parte muy importante somos familia, y, pese a que en todas hay problemas, los lazos que nos unen nos hacen no perder el concepto de lo que somos. Más o menos por ahí intentaré centrarme.

- Con tantos años viviendo el mundo de las hermandades, y aunque ya ha comentado que no es nada cofrade, ¿cómo ha ido viendo la evolución de la Semana Santa de Dos Hermanas en estos últimos años?

- Yo la veo bien. Yo recuerdo de niño que no teníamos nada ni el Lunes ni el Martes Santo, y ahora hay procesiones todos los días, e incluso también las de las asociaciones. Dos Hermanas creo que tiene un problema, de forma que yo, que soy un nazareno acérrimo, el hecho de que tengamos la capital tan cerca, parece como si sólo aprendiéramos de Sevilla las cosas menos buenas. Por eso yo creo que tenemos que tener claro que no podemos perder el sentido y adaptarnos a la realidad de los tiempos. Estos años no tienen nada que ver con los de hace cuarenta o cincuenta cuando la gente hacía la vida en, para y por las hermandades, porque es que además no había otra cosa. Yo tengo veinte grupos de amigos en el móvil, y uno de ellos, y muy importante, es el de la Hermandad. Entonces, hay que buscar a gente comprometida, pero también tenemos que saber en la sociedad en la que vivimos, porque esto no tiene nada que ver con cuando yo empecé en La Borriquita. Entonces, nos tenemos que adaptar, pero sin olvidar que tenemos que incidir mucho en el tema de la formación, porque no podemos convertir las hermandades en peñas, no debemos perder el concepto de que somos Iglesia, y saber que esto no es una afición… Pero, sinceramente, creo que tenemos mucho futuro, entre otras cosas porque hay gente que está comprometida, y lo que no podemos pensar es en que ni lo que había antes era lo mejor ni lo que va a venir es lo peor, porque de lo que va a venir somos nosotros ahora mismo los responsables. En definitiva, creo que las hermandades y las cofradías son parte de nosotros y no debemos dejarlas de lado, sino seguir trabajando por y para ellas, porque verdaderamente vivimos en una sociedad muy difícil y, sobre todo, a estos niños chicos que tenemos, creo que las hermandades les pueden aportar mucho.

- ¿Sale de nazareno?

- Sí. Salgo en La Borriquita. En Vera-Cruz hace unos diez o doce años que dejé de salir, aunque este año voy a volver porque me han pedido que lo hiciera por el hecho de ser pregonero. Además, salgo en el Gran Poder de Sevilla, de la que también soy hermano.

- ¿Por qué eligió a José María Rey para que le presentara?

- Me presenta mi socio porque es amigo mío de toda la vida. Su padre y el mío, aunque no se tocaban nada, eran también como hermanos, y no conozco mi vida sin la presencia de José María. Somos amigos desde hace más de cuarenta años y, de hecho, hablo y discuto más con él que con mi mujer. Está claro que la familia te toca, pero José María es una amistad verdadera y de las personas que mejor me conoce.

- ¿Qué música ha elegido para acompañar su pregón?

- Pues como no soy nada cofrade, le he tenido que pedir opinión a mi diputado mayor para que me recomendara una serie de marchas. Así que me ha pasado un listado, todas relacionadas con Virgen de la Estrella, que yo a su vez se la he dado al director de la Banda de Música Santa Ana, al que comenté que eligiera la que a ellos le viniera mejor.

FRANCISCO GIL / ANDALUCÍA DIGITAL
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