Anoche culminaba otro de los hitos que han venido marcando el devenir de la Hermandad de Valme en este histórico año 2023, con el regreso de la Virgen de Valme tras culminar su procesión extraordinaria en Sevilla, y su hermano mayor, Hugo Santos Gil, mostraba ya en Dos Hermanas su agradecimiento “por la cantidad de fieles que han estado estos días” con la Protectora.
A penas unos instantes después de que tanto la Virgen como los miembros de la junta de gobierno de la Hermandad pisaran de nuevo suelo nazareno, en el mismo arranque de la calle Nuestra Señora de Valme y mientras se acompañaba a la imagen situada aún en el asiento trasero del coche de época que la ha llevado y traído estos días, el hermano mayor de Valme aseguraba en declaraciones a este Diario Digital que se encontraba “abrumado” por todo lo vivido este fin de semana.
“La impresión que tengo ahora mismo”, dijo, “es de estar muy abrumado por la procesión de ayer, que la verdad es que nos sobrecogió por la cantidad de personas que la presenciaron, evidentemente con muchísima gente de Dos Hermanas pero también de Sevilla y de otros lugares que se desplazaron expresamente. Creo que lo que hemos vivido estos días es algo que cuesta trabajo de describir, sobre todo con lo ocurrido en la tarde de ayer con la procesión. Así que el sentimiento ahora mismo es de impacto, de estar abrumado y, por supuesto también, de mucho agradecimiento”.
El propio Hugo Santos ya aseguraba nada más tomar posesión como hermano mayor en el año 2015 que uno de los objetivos que se marcó fue el de que la devoción a la Virgen de Valme trascendiera más allá de Dos Hermanas, algo que cree que se ha ido consiguiendo en estos años. “Que la imagen de Nuestra Señora de Valme trascendiera fuera de Dos Hermanas era un objetivo que yo tenía desde que llegué al frente de la Hermandad, lo que sí que es verdad es que en este tiempo nos hemos encontrado con algunos regalos, como este último”.
“Cuando en el año 2015 yo empecé, decía esto como un deseo y un objetivo de querer ensanchar los horizontes de la devoción a la Virgen, y en la evolución que ha habido en estos años pues nos hemos encontrado con las ocasiones que nos ha deparado, como el Cincuentenario de la Coronación y ahora esta efeméride del 775 Aniversario de la Conquista de Sevilla, que ni en los mejores sueños podíamos esperar esta oportunidad de llevar a la Virgen a Sevilla. Y el año que viene, si Dios quiere, pues tendremos otro regalo más con esa participación en la procesión magna que se celebrará el 8 de diciembre”.
E insistía seguidamente Hugo Santos en estos aspectos: “Yo creo el hecho de que se extienda la devoción a la Virgen es una aspiración que debemos de tener siempre, querer hacer lo más grande posible esta devoción, por su historia, por lo que representa y por la cantidad de personas que a lo largo de los siglos han sentido el valimiento de la Virgen”.
“En definitiva”, añadió, “todo esto es lo que nos motiva. Si no fuera por la fe de los fieles, pues nada evidentemente no se podría haber sostenido durante casi ocho siglos. Y, lógicamente, ese valimiento hay que llevarlo a todas las periferias, como pide hoy la Iglesia y como pide de forma particular el propio Papa Francisco. Ese fue uno de los objetivos que nos marcamos nosotros con las misiones a los distintos barrios de Dos Hermanas, y que también ha sido un poco lo que hemos visto estos días en Sevilla, con muchas personas acercándose a conocer a la Virgen, y a partir de ahí se desencadena un movimiento que va acrecentando el fervor, que en definitiva es de lo que se trata”.
El regreso de la imagen de la Virgen en la tarde de ayer a Dos Hermanas se produjo de nuevo en medio de la expectación de los cientos de nazarenos y nazarenas que se dieron cita a lo largo de la calle Nuestra Señora de Valme y en la Plaza de la Constitución, y, especialmente, en el punto, junto a la Plaza del Arenal, donde el coche que trasladaba a la Protectora fuera de nuevo descapotado para que su imagen fuera presenciada por los fieles allí congregados. Y en esa llegada se pudo presenciar cómo el propio hermano mayor era el que ocupaba el asiento de acompañante del vehículo, junto al conductor, una experiencia que el propio Hugo Santos asegura que fue muy enriquecedora.
“La verdad es que he tenido el privilegio de venir con la Virgen en el coche de vuelta, y con lo que me quedo es con la observación de ver a personas por la carretera que veían pasar la comitiva y que se santiguaban, e incluso con una familia con sus hijos que se encontraban en la Avenida de la Palmera y que al vernos pasar, y porque sabían que venía la Virgen, les he escuchado cómo le pedían que los protegiera”.
Pero, sobre todo, con lo que se queda Hugo Santos de estos días es “con la cara de la gente, con las emociones y con las felicidades de todos, tanto el viernes al despedirla como ahora al recibirla. Con eso me quedo, con esas imágenes de la cercanía de la Virgen con sus devotos y, al revés, de los devotos con la Virgen, que, en definitiva, los ven como a su madre”.
Secuencia gráfica del regreso a Dos Hermanas
Despedida de Sevilla
Los actos que se han desarrollado estos días en Sevilla culminaron en el día de ayer con, primero, la celebración de una nueva misa en el Altar del Jubileo de la Catedral de Sevilla presidida por la imagen de Nuestra Señora de Valme, que se ofició a partir de la una y cuarto por don Francisco José Ortiz Bernal, deán de la Catedral de Santa María de la Sede, y con el inicio del camino de regreso de la Virgen a Dos Hermanas, que comenzó sobre las cinco y media de la tarde, primero para ser llevada en andas por la Plaza Virgen de los Reyes hasta el Palacio Arzobispal, y, seguidamente, tras ser subida de nuevo al coche descapotable que la llevaría hasta nuestra ciudad, brindando un último paseo por algunos espacios de la vieja Sevilla hasta la calle San Gregorio, que fue donde el coche fue de nuevo encapotado y desde donde se inició el camino de regreso.
A la Plaza del Arenal, justo al inicio de la calle Nuestra Señora de Valme, la comitiva nazarena arribó pasadas las siete de la tarde, con Hugo Santos Gil acompañando en ese viaje a la Virgen dentro del vehículo, siendo recibidos por los cientos de nazarenos y nazarenas que allí se congregaron. Y, tras ser de nuevo el coche descapotado, se inició un lento recorrido por dicha calle hasta la Parroquia de Santa María Magdalena, en medio de rezos y cantos y de los vivas y aplausos de los fieles.
Ya en Los Jardines, una de las nuevas escenas para la historia que dejará este nuevo hecho fue la fusión de la imagen de la Virgen de Valme con el fondo de las luces de Navidad que ya iluminan los monumentos y arbolados del centro de la ciudad.
Finalmente, la entrada en el templo, repleto de nazarenos y nazarenas, se produjo sobre las ocho y cuarto de la noche, con cierto retraso sobre el horario previsto ya que se preveía hacerlo poco antes de las ocho, que era cuando debería dar comienzo la misa de esa hora, celebración que, evidentemente, se inició una vez que la Virgen fuera situada a los pies del altar mayor. Culminaba así este histórico viaje, con el que se cierra igualmente para la Hermandad la sucesión de los grandes acontecimientos vividos en este año.
Secuencia gráfica de la despedida de Sevilla
A penas unos instantes después de que tanto la Virgen como los miembros de la junta de gobierno de la Hermandad pisaran de nuevo suelo nazareno, en el mismo arranque de la calle Nuestra Señora de Valme y mientras se acompañaba a la imagen situada aún en el asiento trasero del coche de época que la ha llevado y traído estos días, el hermano mayor de Valme aseguraba en declaraciones a este Diario Digital que se encontraba “abrumado” por todo lo vivido este fin de semana.
“La impresión que tengo ahora mismo”, dijo, “es de estar muy abrumado por la procesión de ayer, que la verdad es que nos sobrecogió por la cantidad de personas que la presenciaron, evidentemente con muchísima gente de Dos Hermanas pero también de Sevilla y de otros lugares que se desplazaron expresamente. Creo que lo que hemos vivido estos días es algo que cuesta trabajo de describir, sobre todo con lo ocurrido en la tarde de ayer con la procesión. Así que el sentimiento ahora mismo es de impacto, de estar abrumado y, por supuesto también, de mucho agradecimiento”.
El propio Hugo Santos ya aseguraba nada más tomar posesión como hermano mayor en el año 2015 que uno de los objetivos que se marcó fue el de que la devoción a la Virgen de Valme trascendiera más allá de Dos Hermanas, algo que cree que se ha ido consiguiendo en estos años. “Que la imagen de Nuestra Señora de Valme trascendiera fuera de Dos Hermanas era un objetivo que yo tenía desde que llegué al frente de la Hermandad, lo que sí que es verdad es que en este tiempo nos hemos encontrado con algunos regalos, como este último”.
“Cuando en el año 2015 yo empecé, decía esto como un deseo y un objetivo de querer ensanchar los horizontes de la devoción a la Virgen, y en la evolución que ha habido en estos años pues nos hemos encontrado con las ocasiones que nos ha deparado, como el Cincuentenario de la Coronación y ahora esta efeméride del 775 Aniversario de la Conquista de Sevilla, que ni en los mejores sueños podíamos esperar esta oportunidad de llevar a la Virgen a Sevilla. Y el año que viene, si Dios quiere, pues tendremos otro regalo más con esa participación en la procesión magna que se celebrará el 8 de diciembre”.
E insistía seguidamente Hugo Santos en estos aspectos: “Yo creo el hecho de que se extienda la devoción a la Virgen es una aspiración que debemos de tener siempre, querer hacer lo más grande posible esta devoción, por su historia, por lo que representa y por la cantidad de personas que a lo largo de los siglos han sentido el valimiento de la Virgen”.
“En definitiva”, añadió, “todo esto es lo que nos motiva. Si no fuera por la fe de los fieles, pues nada evidentemente no se podría haber sostenido durante casi ocho siglos. Y, lógicamente, ese valimiento hay que llevarlo a todas las periferias, como pide hoy la Iglesia y como pide de forma particular el propio Papa Francisco. Ese fue uno de los objetivos que nos marcamos nosotros con las misiones a los distintos barrios de Dos Hermanas, y que también ha sido un poco lo que hemos visto estos días en Sevilla, con muchas personas acercándose a conocer a la Virgen, y a partir de ahí se desencadena un movimiento que va acrecentando el fervor, que en definitiva es de lo que se trata”.
El regreso de la imagen de la Virgen en la tarde de ayer a Dos Hermanas se produjo de nuevo en medio de la expectación de los cientos de nazarenos y nazarenas que se dieron cita a lo largo de la calle Nuestra Señora de Valme y en la Plaza de la Constitución, y, especialmente, en el punto, junto a la Plaza del Arenal, donde el coche que trasladaba a la Protectora fuera de nuevo descapotado para que su imagen fuera presenciada por los fieles allí congregados. Y en esa llegada se pudo presenciar cómo el propio hermano mayor era el que ocupaba el asiento de acompañante del vehículo, junto al conductor, una experiencia que el propio Hugo Santos asegura que fue muy enriquecedora.
“La verdad es que he tenido el privilegio de venir con la Virgen en el coche de vuelta, y con lo que me quedo es con la observación de ver a personas por la carretera que veían pasar la comitiva y que se santiguaban, e incluso con una familia con sus hijos que se encontraban en la Avenida de la Palmera y que al vernos pasar, y porque sabían que venía la Virgen, les he escuchado cómo le pedían que los protegiera”.
Pero, sobre todo, con lo que se queda Hugo Santos de estos días es “con la cara de la gente, con las emociones y con las felicidades de todos, tanto el viernes al despedirla como ahora al recibirla. Con eso me quedo, con esas imágenes de la cercanía de la Virgen con sus devotos y, al revés, de los devotos con la Virgen, que, en definitiva, los ven como a su madre”.
Secuencia gráfica del regreso a Dos Hermanas
Despedida de Sevilla
Los actos que se han desarrollado estos días en Sevilla culminaron en el día de ayer con, primero, la celebración de una nueva misa en el Altar del Jubileo de la Catedral de Sevilla presidida por la imagen de Nuestra Señora de Valme, que se ofició a partir de la una y cuarto por don Francisco José Ortiz Bernal, deán de la Catedral de Santa María de la Sede, y con el inicio del camino de regreso de la Virgen a Dos Hermanas, que comenzó sobre las cinco y media de la tarde, primero para ser llevada en andas por la Plaza Virgen de los Reyes hasta el Palacio Arzobispal, y, seguidamente, tras ser subida de nuevo al coche descapotable que la llevaría hasta nuestra ciudad, brindando un último paseo por algunos espacios de la vieja Sevilla hasta la calle San Gregorio, que fue donde el coche fue de nuevo encapotado y desde donde se inició el camino de regreso.
A la Plaza del Arenal, justo al inicio de la calle Nuestra Señora de Valme, la comitiva nazarena arribó pasadas las siete de la tarde, con Hugo Santos Gil acompañando en ese viaje a la Virgen dentro del vehículo, siendo recibidos por los cientos de nazarenos y nazarenas que allí se congregaron. Y, tras ser de nuevo el coche descapotado, se inició un lento recorrido por dicha calle hasta la Parroquia de Santa María Magdalena, en medio de rezos y cantos y de los vivas y aplausos de los fieles.
Ya en Los Jardines, una de las nuevas escenas para la historia que dejará este nuevo hecho fue la fusión de la imagen de la Virgen de Valme con el fondo de las luces de Navidad que ya iluminan los monumentos y arbolados del centro de la ciudad.
Finalmente, la entrada en el templo, repleto de nazarenos y nazarenas, se produjo sobre las ocho y cuarto de la noche, con cierto retraso sobre el horario previsto ya que se preveía hacerlo poco antes de las ocho, que era cuando debería dar comienzo la misa de esa hora, celebración que, evidentemente, se inició una vez que la Virgen fuera situada a los pies del altar mayor. Culminaba así este histórico viaje, con el que se cierra igualmente para la Hermandad la sucesión de los grandes acontecimientos vividos en este año.
Secuencia gráfica de la despedida de Sevilla
REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL
FOTOGRAFÍAS: DHDD Y JUANMA RODRÍGUEZ
FOTOGRAFÍAS: DHDD Y JUANMA RODRÍGUEZ