Ir al contenido principal

Mariani Molina ‘devuelve a la vida’ a pregoneros de la Romería de Valme en un acto único y muy emotivo

Mariani Molina es desde luego una mujer de palabra. Tan sólo unas horas antes de conducir el homenaje que la Hermandad de Valme quería ofrecer a quienes fueron pregoneros de la Romería, ya adelantó que se trataría de algo único. Y así fue. Único porque es probable que no se conozca nunca nada igual. Pero también tuvo muchas más cosas, además de grandes testimonios: la emotividad de dar la vida a pregoneros que nos dejaron en su día pero que legaron para siempre con sus escritos su eterna devoción a la Virgen.


Hoy se respiraba un ambiente distinto en el interior de la Parroquia de Santa María Magdalena. Desde las diez de la mañana se había vivido la función religiosa en honor a la Virgen de Valme que presidiría el arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses, y ya para las doce se reservaba el tiempo para recuperar el pasado. Lo que no sabía nadie, salvo los protagonistas, era qué tipo de pasado.

Porque lo que hizo que la gente acudiera en masa hasta llenar por completo la Parroquia no era lo tradicional; es decir, el pronunciamiento del Pregón de la Romería de Valme, algo que se venía haciendo, aunque con algunas interrupciones, desde el año 1954, como la propia Mariani Molina se encargó de recordar a todos. Lo que hizo que los nazarenos y nazarenas acudieran era otra cosa totalmente novedosa: rendir un homenaje a la historia de los pregones de la Romería, algo que se vistió con el nombre de ‘Valme, el pregón de un pueblo’.


Y en quien pensó la Hermandad se puede confirma ya que fue un tremendo acierto, porque la periodista nazarena Mariani Molina, directora y conductora del espacio ‘Más Sevilla’, del programa ‘Herrera en la Cope’, desde luego que no defraudó a nadie. Eso también, tuvo la habilidad, cosa complicada en un pueblo, de mantener casi en secreto qué iba a hacer ante el atril del altar mayor de la Parroquia, y, claro, la sorpresa fue aún mayor, porque lo que hizo es, a través de voces del presente, recuperar las de quienes pregonaron en su momento a la Virgen de Valme pero que ya hoy no están con nosotros.

Ella mismo ya lo advirtió en sus primeras palabras: “No están todos los que son”, por falta de tiempo o por distintas circunstancias, aclaró, “pero sí son todos los que están”. “Voces vivas para almas eternas”, dijo. “Estamos devolviendo a la vida por unos minutos, a través de las voces de pregoneros y pregoneras, a aquellos que anteriormente exaltaron a la Virgen y que ya no están con nosotros”. Por tanto, un acto totalmente excepcional que se concibió con motivo de haberse cumplido en este 2023 el 50 Aniversario de la Coronación Canónica de la Virgen de Valme y la celebración del Año Jubilar concedido por su Santidad el Papa Francisco.

Mariani Molina, con un gran dominio de la situación y dejándose gustar, se dirigió a todos para recordar primero que los pregones a la Virgen se iniciaron en el año 1954 de la mano de José Luis de La Rosa, quien un año antes fuera pregonero de la Semana Santa de Sevilla. “Sin embargo, el pregón tuvo una trayectoria irregular en este tiempo, para después retomarse allá por el año 1968. En aquella época todos los pregoneros fueron ilustres personalidades del mundo literario, periodístico o cofrade de Sevilla”.


Pero fue a partir del año 1982 cuando el pregón comenzó a celebrarse de manera ininterrumpida hasta nuestros días, y en 1986 cuando sería un nazareno, el historiador Antonio José López Gutiérrez, el que por primera vez lo pronunciaría. “Desde entonces”, dijo Mariani, “todos los pregoneros, y años más tarde pregoneras, son nazarenos o han tenido una vinculación estrecha y directa con nuestra ciudad”.

“En un día como hoy”, continuó a modo aún de introducción, “el pregón una vez más es el protagonista, aunque lo será de manera diferente. Durante estos años, hombres y mujeres han pregonado a la Virgen de Valme con un denominador común: su devoción por Ella. Hoy muchos de ellos pueden disfrutar de esta insigne efeméride, pero ¿y los que ya no están? ¿Por qué no devolverles a la vida por unos minutos a través de los que nos contaron en sus pregones?”, se preguntó.

Y, claro, dicho y hecho. “Hoy me acompañan un grupo de hombres y mujeres que con su participación en este acto van a engrandecer aún más el mismo. Cada uno de ellos tiene un cometido fundamental en el desarrollo de esta experiencia única. De modo que, sin más preámbulos, les invito a que me acompañen a este viaje apasionante a través del tiempo, que desde luego no les va a dejar indiferentes”, aseveró la conductora de este acto, quien ya instantes antes advirtió de que el desarrollo del mismo iría acompañado de la lírica, de la poesía de ilustres escritores y profesores y de la música, ésta última a través de la Asociación Musical Regina Coeli y del Coro de la Hermandad de Valme.


Ese grupo de hombres y mujeres antes adelantado fueron los que, introducidos por Mariani, fueron dando vida a voces ya apagadas, pero cuyas letras y memoria, a través de sus pregones a Valme, perdurarán siempre. Así fue como se pudo escuchar a Rafael López Márquez, pregonero en el año 2009, dando vida al pregón que pronunció José Luis de la Rosa; a Ester Moreno Moreno, pregonera en 1999, dando vida al de Joaquín Carlos López Lozano (1968); a Antonio Luis Márquez Tobajas, pregonero en 1995, al de Joaquín Romero Murube (1969); a Ana Trujillo Rubio (1996), de Salvador de Quintas Rodríguez (1974); a Pablo Oñós Gutiérrez (2019), del de su padre Rafael Oñós Caro; a Federico Juan Martínez Martín (2001), del periodista nazareno José María Gómez Sánchez (1990); a Enrique Varela Díaz (2000), del su padre Juan Varela Gómez (1991); a Francisco Javier Mena Hervás (2002), de Pepi González (1993); y, por último, a Francisco de Paula Muriel Rivas (1998), de su tío Casimiro Rivas (1987).

Y porque le tocaba especialmente en vena, aquí se detuvo por unos instantes Mariani Molina para referirse de forma muy cariñosa a Casimiro Rivas. “Mi querido maestro, mi mentor, mi consejero, mi confidente”, quien recordara que la primera prueba que le hizo para entrar en la añorada ‘Radio Estrella’ fue una retransmisión imaginaria de la Virgen de Valme. “Ahora, aún con dolor por tu partida, estoy tranquila y en paz porque te siento. Y sé que estás aquí. Mil veces te diré que te debo una vida. Gracias por haberme dado tanto”.


Pero, claro, no fueron estos los únicos momentos emotivos. Ya refiriéndose al recientemente fallecido Casimiro Rivas se le notaron sus pequeños ojos humedecidos, que cuando habló de los suyos, de su familia, de esa misma que le seguía con emoción desde uno de los bancos laterales, ya se convirtieron en lágrimas vivas. “Madre”, dijo refiriéndose a la Virgen de Valme, “hemos llegado al final de esta misión que nos has encomendado hoy. Gracias por traerme hasta aquí. Tú riges el sendero de mi vida, y así ha sido desde que nací. Has estado en cada momento de alegría y de zozobra, jamás has permitido que me desviara del camino, porque incluso cuando me alejaba sólo unos metros, ya te encargabas tú de demostrarme que no había más camino que el que tú trazabas”.

“Luz perpetua que alumbra mi camino” continuó en medio de la emoción, “tú y yo sabemos cuántas cosas nos unen a lo largo de este tiempo. Tampoco me dejaste de la mano cuando un día de Romería, mientras te marchabas a la Ermita de Cuarto, te pedí, imposibilitada, a que me ayudaras a sacar a mi niña adelante en un embarazo de riesgo. Allí estuviste una vez más cuando su padre salió a acompañarte y rogarte que las dos sobreviviéramos a aquel trance. Y sólo tú sabes por qué. Aquel día encontró una medalla de tu Coronación en el suelo, que desde entonces se convirtió en mi compañera de cabecera hasta que la luz de mi casa nació. Años más tarde, cuando ya adulta hizo su camino por primera vez acompañándote, ella llevó esa medalla, que incluso ya la protegía desde la fe. Esa medalla que hoy también está acompañándome”.


Totalmente entregada ya en sus vivencias, Mariani confesó a todos que, además de esa medalla, llevaba junto a su pecho otra más. “Llevo también en mi pecho otra medalla, la de la mujer que me dio la vida y que tiene más de 60 años. La mujer que me inculcó mi amor por ti y la que hoy necesita de tu fuerza y de tu aliento. No me la desampares. Cuídamela que es el palo mayor de mi casa. No soy nada de compartir vivencias personales, pero hoy tenía que hacerlo con mis vecinos para cantar a los cuatro vientos el amor por ti. Ilumina nuestras almas. Válenos como siempre, Madre, protégenos bajo tu manto. Danos fortaleza y consuelo… En tus manos de luz depositamos nuestra fe”.


Y entregada en el alma, se quiso dirigir igualmente a su pueblo: “Y a ti, Dos Hermanas, antes de irte, te digo: ámala sin condiciones como Ella te ama, protégela como siempre te protege. Ella es el aliento de nuestras vidas, el apoyo incansable de la madre, la que nunca te falta, la que siempre te espera, la que te guía. Por eso, el domingo que viene, cuando llega de Cuarto cansada, sea la hora que sea, sal a la calle a esperarla. Abarrota el camino por donde Ella pasa. Que no haya huecos en las aceras, que la algarabía de su pueblo la lleve en volandas, que los Jardines estén abarrotaítos de gente como siempre para implorarla, para mimarla y para venerarla. He dicho”, dijo instantes antes de que el interior del templo mayor nazareno rompiera en un efusivo y prolongado aplauso dirigido a quien había sido capaz de dirigir un acto único, desde luego, pero de forma tremendamente ágil, original y emotiva, y que quedará sin duda en el recuerdo de quienes lo presenciaron.

Presidencia del arzobispo de Sevilla


El acto contó con la presencia y presidencia del arzobispo de Sevilla, quien se encontraba acompañado por el párroco de Santa María Magdalena, don Manuel Sánchez de Heredia; del alcalde de Dos Hermanas, Francisco Rodríguez; del hermano mayor de Valme, Hugo Santos Gil, y del presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías, Francisco Alba.


Ya concluido el ‘pregón de pregones’, por parte de la Hermandad de Valme se quiso tener un detalle especial no sólo con cuantos habían puesto sus voces, sino también con los poetas y profesores que se sumaron al acto recitando poemas dedicados a la Virgen de Valme, como Miguel Cruz Giráldez, Jesús Cotta, Jesús Tortajada, Enrique Barreo Rodríguez o Manuel Rámila. Un reconocimiento que se hizo igualmente de forma especial hacia el considerado como ‘decano de los pregoneros de Valme, Fernando Cano, quien lo pronunciara en el año 1983.

REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL
© 2020 Dos Hermanas Diario Digital · Quiénes somos · montilladigital@gmail.com

Designed by Open Themes & Nahuatl.mx.