Dos efemérides, otros dijeron que la providencia, han hecho que Madre e Hija, Ana y Valme, puedan estar juntas para festejar sus respectivas celebraciones, que, al final, son las mismas que para un todo un pueblo. Las dos se encuentran desde anoche en el interior del Monasterio de San José de las Carmelitas Descalzas y ambas culminarán sus salidas extraordinarias presidiendo una misa y regresando juntas a sus lugares de origen.
Ya son varios los momentos históricos que está viviendo Dos Hermanas en estos días, en una sucesión que hoy se verá culminado con dos acontecimientos igualmente destacados y, por supuesto, históricos para la vida de ambas hermandades y de la propia ciudad. El primero, la Solemne Misa Estacional que Santa Ana y la Virgen de Valme van a presidir en el patio interior del Monasterio y que estará oficiada por el arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses. Y el segundo, la procesión que ambas imágenes, seguidamente, protagonizarán juntas hasta el templo mayor nazareno, la Parroquia de Santa María Magdalena.
Pero todo tuvo un antes. La Patrona recorrió parte de la ciudad para alcanzar el Monasterio de las Carmelitas en la noche de este jueves, camino que hizo con el acompañamiento de fieles y devotos. Y la Protectora lo hizo en la noche de ayer, igualmente acompañada en todo momento por muchos nazarenos y nazarenas, que por momentos llegaron a formar una especie de río humano en algunos de sus tramos.
Tras salir desde Santa María Magdalena unos minutos antes de las ocho de la tarde, la Virgen de Valme inició su camino luciendo un colorido y llamativo manto que estrenaba para la ocasión realizado con un espolín antiguo brocado en oro, plata y sedas, procedente de una donación particular junto con el encaje de Concha de Oro, en una la labor de confección que fue llevada a cabo de manera desinteresada por Ana María Martínez Montaño. De igual forma, en el cojín lleva diversos broches y exvotos relacionados con la patrona Santa Ana, así como el escudo en plata de las Carmelitas Descalzas, donado por ellas con motivo de la visita al Monasterio de San José en mayo de 1990.
De esta guisa, el paso fue llevado en andas por cuantas personas, hombres y mujeres, jóvenes y mayores, así lo quisieron, completando un camino que pasó por momentos llamativos, como fue el caso del paso por el puente elevado sobre la vía del tren y que enlaza la calle Isaac Peral con la glorieta de la Comunidad Autónoma de Andalucía, que permitió contemplar el río humano que se gustaba de marcar el camino que debía seguir hasta el Monasterio.
Hasta que llegó a este lugar de recogimiento, algo más allá de la zona de Las Infantas, por un Arco Norte que ha ido rodeando el recinto carmelita de numerosas urbanizaciones de casas adosadas. Pasaban por entonces las diez de la noche, ya cerrada, y fue tal el número de fieles y devotos que no quisieron perderse este momento, que no pusieron fácil la entrada a la pequeña capilla de la Virgen de Valme, en cuyo interior aguardaban ya con ansia las hermanas carmelitas y una representación de la Hermandad de Santa Ana.
Tras ser levantada de su paso, la Protectora fue entregada a las hermanas carmelitas, quienes la situaron dentro de su espacio reservado ya próxima a la Santa, de forma que Madre e Hija se fundieron en una especie de encuentro que se prolongará hasta la tarde de hoy. Allí, las Carmelitas Descalzas agradecieron a ambas hermandades la confianza depositada en ellas, quienes a partir de entonces se convirtieron en las fieles guardianes de sus figuras.
Poco antes, y en una capilla repleta de personas que hizo que se vivieran momentos de cierto sofoco, el párroco de Santa María Magdalena recordó a todos que se estaba viviendo sin duda una jornada histórica. “Será una jornada para la historia que pervivirá siempre en el recuerdo del corazón. Quinientos años de historia de la Hermandad de nuestra Patrona, cincuenta años de la coronación canónica de la Celestial Protectora. ¡Qué suerte tenemos los nazarenos de tener por Patrona a Santa Ana y por Celestial Protectora a la Virgen de Valme”, dijo.
Asimismo, y en nombre de la Hermandad de Santa Ana, su diputado de Cultos, Juventud y Formación, Jaime Alanís, fue quien pronunció unas palabras para destacar que “a este años de celebraciones se ha sumado la visita de los dos tesoros que los nazarenos veneran desde hace siglos. Ayer por la noche llegaba a este bendito lugar la imagen de la Señora Santa Ana”.
“La providencia”, añadió, hizo que “Madre e Hija, Ana y Valme”, pasen la noche custodiadas por las hermanas carmelitas, para concluir agradeciendo “a la Abuela Santa Ana “por entregarnos a tu bendita Hija, la madre de Cristo”.
Solemne Misa Estacional y regreso juntas
La Solemne Misa Estacional que presidirá el arzobispo de Sevilla en el Monasterio de las Carmelitas Descalzas se iniciará a las 20:00 horas de hoy, ante las imágenes de Santa Ana y Virgen de Valme, y será después cuando, juntas, inicien el regreso a la Parroquia de Santa María Magdalena, que lo hará por el siguiente recorrido: Fernando Quiñones, Miguel Hernández, Luis Cernuda, Garcilaso de la Vega, Las Cruces, Avenida de España, Puente, Avenida de Sevilla, Botica, Lope de Vega, Aníbal González, Santa María Magdalena, Melliza, Cervantes, San Luis, Nuestra Señora de Valme, Plaza de la Constitución y entrada en la Parroquia.
Secuencia gráfica del camino hasta el Monasterio
Ya son varios los momentos históricos que está viviendo Dos Hermanas en estos días, en una sucesión que hoy se verá culminado con dos acontecimientos igualmente destacados y, por supuesto, históricos para la vida de ambas hermandades y de la propia ciudad. El primero, la Solemne Misa Estacional que Santa Ana y la Virgen de Valme van a presidir en el patio interior del Monasterio y que estará oficiada por el arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses. Y el segundo, la procesión que ambas imágenes, seguidamente, protagonizarán juntas hasta el templo mayor nazareno, la Parroquia de Santa María Magdalena.
Pero todo tuvo un antes. La Patrona recorrió parte de la ciudad para alcanzar el Monasterio de las Carmelitas en la noche de este jueves, camino que hizo con el acompañamiento de fieles y devotos. Y la Protectora lo hizo en la noche de ayer, igualmente acompañada en todo momento por muchos nazarenos y nazarenas, que por momentos llegaron a formar una especie de río humano en algunos de sus tramos.
Tras salir desde Santa María Magdalena unos minutos antes de las ocho de la tarde, la Virgen de Valme inició su camino luciendo un colorido y llamativo manto que estrenaba para la ocasión realizado con un espolín antiguo brocado en oro, plata y sedas, procedente de una donación particular junto con el encaje de Concha de Oro, en una la labor de confección que fue llevada a cabo de manera desinteresada por Ana María Martínez Montaño. De igual forma, en el cojín lleva diversos broches y exvotos relacionados con la patrona Santa Ana, así como el escudo en plata de las Carmelitas Descalzas, donado por ellas con motivo de la visita al Monasterio de San José en mayo de 1990.
De esta guisa, el paso fue llevado en andas por cuantas personas, hombres y mujeres, jóvenes y mayores, así lo quisieron, completando un camino que pasó por momentos llamativos, como fue el caso del paso por el puente elevado sobre la vía del tren y que enlaza la calle Isaac Peral con la glorieta de la Comunidad Autónoma de Andalucía, que permitió contemplar el río humano que se gustaba de marcar el camino que debía seguir hasta el Monasterio.
Hasta que llegó a este lugar de recogimiento, algo más allá de la zona de Las Infantas, por un Arco Norte que ha ido rodeando el recinto carmelita de numerosas urbanizaciones de casas adosadas. Pasaban por entonces las diez de la noche, ya cerrada, y fue tal el número de fieles y devotos que no quisieron perderse este momento, que no pusieron fácil la entrada a la pequeña capilla de la Virgen de Valme, en cuyo interior aguardaban ya con ansia las hermanas carmelitas y una representación de la Hermandad de Santa Ana.
Tras ser levantada de su paso, la Protectora fue entregada a las hermanas carmelitas, quienes la situaron dentro de su espacio reservado ya próxima a la Santa, de forma que Madre e Hija se fundieron en una especie de encuentro que se prolongará hasta la tarde de hoy. Allí, las Carmelitas Descalzas agradecieron a ambas hermandades la confianza depositada en ellas, quienes a partir de entonces se convirtieron en las fieles guardianes de sus figuras.
Poco antes, y en una capilla repleta de personas que hizo que se vivieran momentos de cierto sofoco, el párroco de Santa María Magdalena recordó a todos que se estaba viviendo sin duda una jornada histórica. “Será una jornada para la historia que pervivirá siempre en el recuerdo del corazón. Quinientos años de historia de la Hermandad de nuestra Patrona, cincuenta años de la coronación canónica de la Celestial Protectora. ¡Qué suerte tenemos los nazarenos de tener por Patrona a Santa Ana y por Celestial Protectora a la Virgen de Valme”, dijo.
Asimismo, y en nombre de la Hermandad de Santa Ana, su diputado de Cultos, Juventud y Formación, Jaime Alanís, fue quien pronunció unas palabras para destacar que “a este años de celebraciones se ha sumado la visita de los dos tesoros que los nazarenos veneran desde hace siglos. Ayer por la noche llegaba a este bendito lugar la imagen de la Señora Santa Ana”.
“La providencia”, añadió, hizo que “Madre e Hija, Ana y Valme”, pasen la noche custodiadas por las hermanas carmelitas, para concluir agradeciendo “a la Abuela Santa Ana “por entregarnos a tu bendita Hija, la madre de Cristo”.
Solemne Misa Estacional y regreso juntas
La Solemne Misa Estacional que presidirá el arzobispo de Sevilla en el Monasterio de las Carmelitas Descalzas se iniciará a las 20:00 horas de hoy, ante las imágenes de Santa Ana y Virgen de Valme, y será después cuando, juntas, inicien el regreso a la Parroquia de Santa María Magdalena, que lo hará por el siguiente recorrido: Fernando Quiñones, Miguel Hernández, Luis Cernuda, Garcilaso de la Vega, Las Cruces, Avenida de España, Puente, Avenida de Sevilla, Botica, Lope de Vega, Aníbal González, Santa María Magdalena, Melliza, Cervantes, San Luis, Nuestra Señora de Valme, Plaza de la Constitución y entrada en la Parroquia.
Secuencia gráfica del camino hasta el Monasterio
REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL