Cuenta el propio artista Rafa López que no se trata seguramente de su proyecto más ambicioso, pero sí del más colosal, ya que el gran mural que ayer mismo culminó tras un mes de trabajo se ha extendido sobre 600 metros cuadrados de los muros y columnas que soportan el paso del Metro en su parte superior y que es la puerta de acceso a la Universidad Pablo de Olavide.
No hace ni 24 horas que Rafa López daba los últimos brochazos a su último e impactante reto: darle vida a un espacio por el que pasan cada día miles de vehículos que se dirigen a Sevilla y por el que, durante el curso, cruzan cientos de estudiantes y profesores para asistir a sus clases en la Universidad Pablo de Olavide. Y bien que lo ha conseguido, porque no hay más que ver los rostros de sorpresa de cuantos estos días ya lo han visto y se han quedado maravillados con el colosal trabajo que ha estado realizando este artista nazareno, pese a las olas de calor que ha tenido que soportar.
Pero cuando ya le quedaba, eso, algún que otro brochazo para ver culminada su obra, que dio por finalizada en la tarde-noche de ayer, miraba a su alrededor y dejaba ver su satisfacción por el trabajo realizado. “Yo estoy muy satisfecho con lo que he hecho. Ya preveía cómo iba a ser el resultado, pero me gusta más ahora porque se trata de un mural diferente a lo que estamos acostumbrados a ver, entre otros motivos por ser una intervención en un espacio amplio, con unos pilares, lo que lo hacía un poco inmersivo, que es lo que yo realmente pretendía”.
Y, claro, durante este mes continuo de trabajo, le han sucedido cientos de anécdotas, desde el ciclista que pasaba por el túnel todos los días y le gritaba “El Picasso de Dos Hermanas’, hasta el coche de alta gama que un bien día se detuvo de forma precipitada y casi racheando, y del que se bajaron tres chinos con la intención de encargarle a Rafa la realización de otro mural, aunque por eso de que éstos no se expresaban muy bien en español no sabe si al final contactarán con él o no para concretarlo.
El propio Rafa López recuerda, ya más relajado después de este mes de trabajo diario y soportando altas temperaturas, que la posibilidad de ejecutar esta obra surgió hace ahora unos dos años a raíz de la culminación de otro mural, el que se inauguró en el año 2021 sobre una de las fachadas del Colegio Antonio Gala, de Dos Hermanas, y que llamó la atención de varios miembros del equipo de Gobierno del Ayuntamiento, entre ellos de Juan Pedro Rodríguez, por entonces delegado de Juventud, quien ese mismo día le habló de la posibilidad de que le encargaran la realización de otro mural.
“Todo se fue prolongando en el tiempo, la verdad, hasta que a principios de año se retomó el proyecto, pero entre los preparativos y los permisos, porque hemos tenido que pedir permiso a todo el mundo, desde a Demarcación de Carreteras hasta Metro de Sevilla, Universidad Pablo de Olavide o Junta de Andalucía, hasta que no los concedieron todos no pude empezar”.
Y cuenta Rafa López que cuando se lo plantearon, “para nada me pareció una locura”. Al revés, “porque los proyectos nuevos y diferentes me gustan, me hacen salir un poco de mi habitual línea de confort, y más por tener que abordar un mural diferente al que se suele realizar sobre una única pared”.
Porque, para quien no conozca este espacio, se trata de un túnel que conecta la Avenida Rectora Rosario Valpuesta, próxima a Montequinto, con la entrada natural en coche o andando al campus de la Universidad Pablo de Olavide, y sobre cuya parte superior circula la Línea 1 del Metro de Sevilla. Hasta ahora, se trataba de otro de los muchos túneles que mostraban el color gris del cemento, pero, dentro de la idea del Ayuntamiento nazareno de dar vida a espacios emblemáticos, como ocurre con este acceso a una universidad pública, se consideraba que debía cobrar vida, y qué mejor que con el particular estilo pictórico de este artista que mezcla la abstracción con el surrealismo y con un neoexpresionismo, y que le ha hecho convertirse en uno de los pintores jóvenes locales con más proyección nacional e internacional.
Rafa López describe su intervención partiendo de la base de que tenía que actuar sobre una estructura algo compleja, y queriendo reflejar algo diferente para cada tipo de soporte. “Aquí no valía hacer lo mismo que en una pared vertical de treinta metros cuadrados, ya que se trata de una estructura diferente, de ahí que mi intención ha sido la de ir integrando la pintura dentro de esta propia estructura y realizar una intervención que fuera un poco interactiva para que el público, cuando pase por ella, se le venga todo encima”.
En cuanto al proceso, el artista asegura que frente “a un muralista normal, que hubiera hecho primero un boceto en pequeño, yo lo he evitado para no estar trabajando sobre una fotocopia, sino creando continuamente conforme avanzaba. Desde luego, he preferido abordarlo todo como algo nuevo y ha sido la propia pintura la que me ha ido guiando. Se ha tratado, en definitiva, del resultado del diálogo que he ido teniendo cada día con la obra”.
Al tratarse de un proyecto en el que ha colaborado tanto el Ayuntamiento como la Universidad Pablo de Olavide, y de ser el acceso principal a su campus, Rafa López ha incluido en el mural aquellos elementos que lo identifican, y que van desde la forma en la que ha narrado la vida de Pablo de Olavide, a la simbólica torre de su campus o el campo de fútbol y aulas al aire libre, a conceptos propios de una universidad como son el conocimiento, la investigación, el individuo, la era digital o la ecología.
En definitiva, para este artista nazareno, que desde siempre se ha considerado “un creativo”, asumir retos como el de este mural le satisfacen de forma personal y artística “porque al final me hace salirme de la rutina. Se ha tratado de un proyecto colosal que va dirigido a un público más abierto que el que se suele acercar por una galería de arte o por un museo”.
No hace ni 24 horas que Rafa López daba los últimos brochazos a su último e impactante reto: darle vida a un espacio por el que pasan cada día miles de vehículos que se dirigen a Sevilla y por el que, durante el curso, cruzan cientos de estudiantes y profesores para asistir a sus clases en la Universidad Pablo de Olavide. Y bien que lo ha conseguido, porque no hay más que ver los rostros de sorpresa de cuantos estos días ya lo han visto y se han quedado maravillados con el colosal trabajo que ha estado realizando este artista nazareno, pese a las olas de calor que ha tenido que soportar.
Pero cuando ya le quedaba, eso, algún que otro brochazo para ver culminada su obra, que dio por finalizada en la tarde-noche de ayer, miraba a su alrededor y dejaba ver su satisfacción por el trabajo realizado. “Yo estoy muy satisfecho con lo que he hecho. Ya preveía cómo iba a ser el resultado, pero me gusta más ahora porque se trata de un mural diferente a lo que estamos acostumbrados a ver, entre otros motivos por ser una intervención en un espacio amplio, con unos pilares, lo que lo hacía un poco inmersivo, que es lo que yo realmente pretendía”.
Y, claro, durante este mes continuo de trabajo, le han sucedido cientos de anécdotas, desde el ciclista que pasaba por el túnel todos los días y le gritaba “El Picasso de Dos Hermanas’, hasta el coche de alta gama que un bien día se detuvo de forma precipitada y casi racheando, y del que se bajaron tres chinos con la intención de encargarle a Rafa la realización de otro mural, aunque por eso de que éstos no se expresaban muy bien en español no sabe si al final contactarán con él o no para concretarlo.
El propio Rafa López recuerda, ya más relajado después de este mes de trabajo diario y soportando altas temperaturas, que la posibilidad de ejecutar esta obra surgió hace ahora unos dos años a raíz de la culminación de otro mural, el que se inauguró en el año 2021 sobre una de las fachadas del Colegio Antonio Gala, de Dos Hermanas, y que llamó la atención de varios miembros del equipo de Gobierno del Ayuntamiento, entre ellos de Juan Pedro Rodríguez, por entonces delegado de Juventud, quien ese mismo día le habló de la posibilidad de que le encargaran la realización de otro mural.
“Todo se fue prolongando en el tiempo, la verdad, hasta que a principios de año se retomó el proyecto, pero entre los preparativos y los permisos, porque hemos tenido que pedir permiso a todo el mundo, desde a Demarcación de Carreteras hasta Metro de Sevilla, Universidad Pablo de Olavide o Junta de Andalucía, hasta que no los concedieron todos no pude empezar”.
Y cuenta Rafa López que cuando se lo plantearon, “para nada me pareció una locura”. Al revés, “porque los proyectos nuevos y diferentes me gustan, me hacen salir un poco de mi habitual línea de confort, y más por tener que abordar un mural diferente al que se suele realizar sobre una única pared”.
Porque, para quien no conozca este espacio, se trata de un túnel que conecta la Avenida Rectora Rosario Valpuesta, próxima a Montequinto, con la entrada natural en coche o andando al campus de la Universidad Pablo de Olavide, y sobre cuya parte superior circula la Línea 1 del Metro de Sevilla. Hasta ahora, se trataba de otro de los muchos túneles que mostraban el color gris del cemento, pero, dentro de la idea del Ayuntamiento nazareno de dar vida a espacios emblemáticos, como ocurre con este acceso a una universidad pública, se consideraba que debía cobrar vida, y qué mejor que con el particular estilo pictórico de este artista que mezcla la abstracción con el surrealismo y con un neoexpresionismo, y que le ha hecho convertirse en uno de los pintores jóvenes locales con más proyección nacional e internacional.
Rafa López describe su intervención partiendo de la base de que tenía que actuar sobre una estructura algo compleja, y queriendo reflejar algo diferente para cada tipo de soporte. “Aquí no valía hacer lo mismo que en una pared vertical de treinta metros cuadrados, ya que se trata de una estructura diferente, de ahí que mi intención ha sido la de ir integrando la pintura dentro de esta propia estructura y realizar una intervención que fuera un poco interactiva para que el público, cuando pase por ella, se le venga todo encima”.
En cuanto al proceso, el artista asegura que frente “a un muralista normal, que hubiera hecho primero un boceto en pequeño, yo lo he evitado para no estar trabajando sobre una fotocopia, sino creando continuamente conforme avanzaba. Desde luego, he preferido abordarlo todo como algo nuevo y ha sido la propia pintura la que me ha ido guiando. Se ha tratado, en definitiva, del resultado del diálogo que he ido teniendo cada día con la obra”.
Al tratarse de un proyecto en el que ha colaborado tanto el Ayuntamiento como la Universidad Pablo de Olavide, y de ser el acceso principal a su campus, Rafa López ha incluido en el mural aquellos elementos que lo identifican, y que van desde la forma en la que ha narrado la vida de Pablo de Olavide, a la simbólica torre de su campus o el campo de fútbol y aulas al aire libre, a conceptos propios de una universidad como son el conocimiento, la investigación, el individuo, la era digital o la ecología.
En definitiva, para este artista nazareno, que desde siempre se ha considerado “un creativo”, asumir retos como el de este mural le satisfacen de forma personal y artística “porque al final me hace salirme de la rutina. Se ha tratado de un proyecto colosal que va dirigido a un público más abierto que el que se suele acercar por una galería de arte o por un museo”.
REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL