La mañana se ha levantado este domingo limpia, radiante, perfecta para salir a la calle a pasear y entremezclarse con el ambiente tan especial que el centro de la ciudad de Dos Hermanas vive siempre que sale la procesión del Corpus Christi. Y así ha sido, sólo que en su tramo final el sol directo hizo que se buscaran de forma obligatoria los espacios más sombreados de las plazas y calles.
Sobre las nueve de la mañana, en el interior de la Parroquia de Santa María Magdalena tuvo lugar, como es tradicional, la celebración de la Santa Misa, que ofició el titular de la misma, don Manuel Sánchez de Heredia, y a su finalización se organizó el cortejo, que comenzó a salir con cierto retraso sobre la hora prevista.
Las calles por las que se iba a realizar el recorrido se encontraban ya cubiertas de la tradicional alfombra de lentisco, y algunos de los lugares más señalados del recorrido habían sido adornados con pequeños altares, mientras muchos balcones habían sido engalanados para recibir a la procesión.
Después de la salida de los primeros tramos de integrantes del cortejo, el primer paso en salir, acompañado por la Agrupación Musical Nuestra Señora de Valme, fue el que portaba la imagen del beato Bienvenido María de Dos Hermanas, que se venera en la capilla del Colegio San Hermenegildo y que fue el primer nazareno ascendido a los altares.
Esta imagen sobria abrió una procesión que incluyó nuevamente a un grupo de niños y niñas vestidos con sus trajes de primera comunión, las representaciones de las hermandades de Penitencia, de Gloria y Sacramentales, y los pasos con Sor Ángela de la Cruz, que lo hacía por primera vez; San Fernando, Divina Pastora de las Almas, a la que acompañó la Banda de Cornetas y Tambores Nuestro Padre Jesús de la Presentación al Pueblo; del Niño Jesús y del Santísimo Sacramento, en su Custodia de plata, acompaña este último por la Banda de Música de Santa Ana de Dos Hermanas.
Por delante de la Custodia, la representación de la Hermandad Sacramental de Dos Hermanas, con su hermano mayor, Alberto Díaz Cardona, al frente, y, justo detrás de la misma, la religiosa, presidida por don Manuel Sánchez de Heredia. Y cerrando este último tramo procesional, la representación del Ayuntamiento nazareno, con el alcalde al frente, Francisco Rodríguez, quien se encontraba acompañado por algunos de los miembros de su equipo de gobierno, y concejales de distintos grupos, como fueron los casos de Mari Carmen Espada, Adrián Trashorras o Fernando Carrillo.
Uno de los momentos más emotivos del recorrido procesional fue de nuevo el encuentro con los numerosos altares, muchos de ellos colocados por distintas hermandades nazarenas, y en el que destacó un año más el que se encontraba a los pies del monumento a la Virgen de Valme en la Plazoleta o el que presidía el Señor de la Cena, cuya Hermandad había situado a su titular en la Plaza de Villa Pepita en esta ocasión con sus apóstoles, y que esa misma mañana fue trasladado por costaleros de dicha corporación. E, igualmente, el recorrido que realizó el cortejo procesional por la calle Nuestra Señora de Valme, cuyo aspecto cubierto con lonas ofrece un ambiente especial.
Ya de nuevo en la Plaza de la Constitución, las campanas de la Parroquia saludaron a la comitiva, que realizó su entrada en el templo rodeado de numerosas personas que no quisieron faltar a la cita, pese al calor que ya apretaba bastante por entonces, con una de las más señaladas tradiciones religiosas de la ciudad.
Secuencia gráfica de la salida
Sobre las nueve de la mañana, en el interior de la Parroquia de Santa María Magdalena tuvo lugar, como es tradicional, la celebración de la Santa Misa, que ofició el titular de la misma, don Manuel Sánchez de Heredia, y a su finalización se organizó el cortejo, que comenzó a salir con cierto retraso sobre la hora prevista.
Las calles por las que se iba a realizar el recorrido se encontraban ya cubiertas de la tradicional alfombra de lentisco, y algunos de los lugares más señalados del recorrido habían sido adornados con pequeños altares, mientras muchos balcones habían sido engalanados para recibir a la procesión.
Después de la salida de los primeros tramos de integrantes del cortejo, el primer paso en salir, acompañado por la Agrupación Musical Nuestra Señora de Valme, fue el que portaba la imagen del beato Bienvenido María de Dos Hermanas, que se venera en la capilla del Colegio San Hermenegildo y que fue el primer nazareno ascendido a los altares.
Esta imagen sobria abrió una procesión que incluyó nuevamente a un grupo de niños y niñas vestidos con sus trajes de primera comunión, las representaciones de las hermandades de Penitencia, de Gloria y Sacramentales, y los pasos con Sor Ángela de la Cruz, que lo hacía por primera vez; San Fernando, Divina Pastora de las Almas, a la que acompañó la Banda de Cornetas y Tambores Nuestro Padre Jesús de la Presentación al Pueblo; del Niño Jesús y del Santísimo Sacramento, en su Custodia de plata, acompaña este último por la Banda de Música de Santa Ana de Dos Hermanas.
Por delante de la Custodia, la representación de la Hermandad Sacramental de Dos Hermanas, con su hermano mayor, Alberto Díaz Cardona, al frente, y, justo detrás de la misma, la religiosa, presidida por don Manuel Sánchez de Heredia. Y cerrando este último tramo procesional, la representación del Ayuntamiento nazareno, con el alcalde al frente, Francisco Rodríguez, quien se encontraba acompañado por algunos de los miembros de su equipo de gobierno, y concejales de distintos grupos, como fueron los casos de Mari Carmen Espada, Adrián Trashorras o Fernando Carrillo.
Uno de los momentos más emotivos del recorrido procesional fue de nuevo el encuentro con los numerosos altares, muchos de ellos colocados por distintas hermandades nazarenas, y en el que destacó un año más el que se encontraba a los pies del monumento a la Virgen de Valme en la Plazoleta o el que presidía el Señor de la Cena, cuya Hermandad había situado a su titular en la Plaza de Villa Pepita en esta ocasión con sus apóstoles, y que esa misma mañana fue trasladado por costaleros de dicha corporación. E, igualmente, el recorrido que realizó el cortejo procesional por la calle Nuestra Señora de Valme, cuyo aspecto cubierto con lonas ofrece un ambiente especial.
Ya de nuevo en la Plaza de la Constitución, las campanas de la Parroquia saludaron a la comitiva, que realizó su entrada en el templo rodeado de numerosas personas que no quisieron faltar a la cita, pese al calor que ya apretaba bastante por entonces, con una de las más señaladas tradiciones religiosas de la ciudad.
Secuencia gráfica de la salida
REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL
FOTOGRAFÍA: X
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