Catalina de Ribera, la noble sevillana que levantó el Hospital de las Cinco Llagas, es el centro de la nueva novela que ha publicado recientemente la escritora nazarena Loly López Guerrero y que presentó en público este miércoles en la Biblioteca Municipal Pedro Laín Entralgo de Dos Hermanas.
Se puede afirmar con rotundidad que la segunda novela con fondo histórico de Loly López tiene su raíz en ‘María Cerezo, la esposa sevillana de Américo Vespucio’, una obra también histórica publicada en 2014. “Este libro llega porque cuando escribí el libro sobre María Cerezo, a través de ella conocí a Catalina de Ribera, que eran amigas, y me llamó mucho la atención que una mujer tan importante dedicara su vida a levantar hospitales para que las mujeres parieran y no murieran durante el parto, ni ellas ni sus hijos. Por eso creó un hospital en la calle Santiago, y cuando se quedó pequeño, el Hospital de las Cinco Llagas”.
De aquella novela sobre María Cerezo, que fue traducida al italiano, le quedó grabada en su memoria la vida y obra de Catalina de Ribera, ambas contemporáneas de la Sevilla del siglo XVI, y, aprovechando el confinamiento que nos retuvo en casa a todos durante varios meses, se decidió a dar el paso de ponerse a investigar sobre esta conocida noble sevillana. “Aunque yo me ilusiono mucho con todos mis libros, sí es verdad que tenía muchas ganas de escribir este último, que pude hacerlo aprovechando todo el confinamiento, lo que me permitió además ponerme en contacto con mucha gente que me ha ido ayudando, algunos de los cuales hasta me han hecho el mapa de la Sevilla del siglo XVI, y otro el árbol genealógico de la familia Ribera”.
Lo que sí se ha dado cuenta Loly López, que tiene ya siete novelas publicadas y que es presidenta en la actualidad de la Agrupación Literaria María Muñoz Crespillo, es de que le encanta la historia como excusa para escribir novelas. “Siempre me ha gustado la historia, aunque reconozca me da trabajo porque tienes que investigar mucho y documentarte bien, de ahí que haya tenido que recurrir en esta ocasión a una persona muy comprometida con la historia para que lo repasara y no cometer fallos históricos, que es lo peor que puede pasar”.
Pero todo trabajo tiene su recompensa, y, además de la satisfacción de publicar una nueva novela, Loly López confiesa que le ha encantado conocer la vida de Catalina de Ribera. “Su vida hay que comprenderla, porque su madre era una mujer muy importante en Sevilla [María de Mendoza], que tuvo cinco hijas con su esposo [Pedro Enríquez de Quiñones], pero al quedarse viuda, la familia del padre le quería quitar toda su herencia, de ahí que toda la familia Mendoza, incluido el cardenal, luchara por conservar su patrimonio”.
“A mí lo que me gusta de Catalina”, asegura esta escritora nazarena, “es que, además de crear el Hospital de las Cinco Llagas, compró un terreno y levantó la Casa de Pilatos, dándose la circunstancia de que su hijo Fadrique [Enríquez de Ribera] realizó un viaje a Tierra Santa, en Jerusalén, y estando allí contó los pasos que había desde la Casa de Poncio Pilatos hasta el lugar donde crucificaron a Cristo, en el Monte Calvario, cosa que hizo igual cuando regresó Sevilla, de forma que donde terminaba esa medida, puso una cruz, que era hasta donde iban de peregrinación todos los viernes de Semana Santa. Y esa es la famosa Cruz del Campo, que todos conocemos, y que en torno a este hecho hay quien entiende que se encuentra el inicio de la Semana Santa de Sevilla”.
Se puede afirmar con rotundidad que la segunda novela con fondo histórico de Loly López tiene su raíz en ‘María Cerezo, la esposa sevillana de Américo Vespucio’, una obra también histórica publicada en 2014. “Este libro llega porque cuando escribí el libro sobre María Cerezo, a través de ella conocí a Catalina de Ribera, que eran amigas, y me llamó mucho la atención que una mujer tan importante dedicara su vida a levantar hospitales para que las mujeres parieran y no murieran durante el parto, ni ellas ni sus hijos. Por eso creó un hospital en la calle Santiago, y cuando se quedó pequeño, el Hospital de las Cinco Llagas”.
De aquella novela sobre María Cerezo, que fue traducida al italiano, le quedó grabada en su memoria la vida y obra de Catalina de Ribera, ambas contemporáneas de la Sevilla del siglo XVI, y, aprovechando el confinamiento que nos retuvo en casa a todos durante varios meses, se decidió a dar el paso de ponerse a investigar sobre esta conocida noble sevillana. “Aunque yo me ilusiono mucho con todos mis libros, sí es verdad que tenía muchas ganas de escribir este último, que pude hacerlo aprovechando todo el confinamiento, lo que me permitió además ponerme en contacto con mucha gente que me ha ido ayudando, algunos de los cuales hasta me han hecho el mapa de la Sevilla del siglo XVI, y otro el árbol genealógico de la familia Ribera”.
Lo que sí se ha dado cuenta Loly López, que tiene ya siete novelas publicadas y que es presidenta en la actualidad de la Agrupación Literaria María Muñoz Crespillo, es de que le encanta la historia como excusa para escribir novelas. “Siempre me ha gustado la historia, aunque reconozca me da trabajo porque tienes que investigar mucho y documentarte bien, de ahí que haya tenido que recurrir en esta ocasión a una persona muy comprometida con la historia para que lo repasara y no cometer fallos históricos, que es lo peor que puede pasar”.
Pero todo trabajo tiene su recompensa, y, además de la satisfacción de publicar una nueva novela, Loly López confiesa que le ha encantado conocer la vida de Catalina de Ribera. “Su vida hay que comprenderla, porque su madre era una mujer muy importante en Sevilla [María de Mendoza], que tuvo cinco hijas con su esposo [Pedro Enríquez de Quiñones], pero al quedarse viuda, la familia del padre le quería quitar toda su herencia, de ahí que toda la familia Mendoza, incluido el cardenal, luchara por conservar su patrimonio”.
“A mí lo que me gusta de Catalina”, asegura esta escritora nazarena, “es que, además de crear el Hospital de las Cinco Llagas, compró un terreno y levantó la Casa de Pilatos, dándose la circunstancia de que su hijo Fadrique [Enríquez de Ribera] realizó un viaje a Tierra Santa, en Jerusalén, y estando allí contó los pasos que había desde la Casa de Poncio Pilatos hasta el lugar donde crucificaron a Cristo, en el Monte Calvario, cosa que hizo igual cuando regresó Sevilla, de forma que donde terminaba esa medida, puso una cruz, que era hasta donde iban de peregrinación todos los viernes de Semana Santa. Y esa es la famosa Cruz del Campo, que todos conocemos, y que en torno a este hecho hay quien entiende que se encuentra el inicio de la Semana Santa de Sevilla”.
REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL