Una afición que ha llevado a rastras esta temporada pudo soltar anoche su furia tras disfrutar de la nueva gesta que el Sevilla FC logró al proclamarse por séptima vez campeón de la UEFA Europa League. Y la fiesta se vivió en esta ocasión junto a la sede de la Peña Sevillista de Dos Hermanas, donde se congregó el grueso de la afición.
Desde algunas horas antes del inicio del partido, ya fueron muchos los aficionados sevillistas que, con sus camisetas y bufandas, se fueron congregando en torno a la sede de la Peña Sevillista de Dos Hermanas en la calle Real Utrera, entre otros motivos para coger un buen sitio desde donde ver la retransmisión del encuentro entre el Sevilla FC y la Roma desde la pantalla gigante colocada en ese entorno.
Y allí se empezó a vivir un partido que pasó por momentos malos y buenos, y que concluyó prácticamente iniciada ya la madrugada con una nueva victoria del Sevilla FC tras una sufrida tanda de penaltis. Siete finales, siete victorias. Algo inimaginable para cualquier aficionado, pero que se materializó cuando el campeón del Mundo Montiel convirtió el penalti definitivo.
A partir de ahí la fiesta ya fue total, con abrazos y besos entre los aficionados que se encontraban en este lugar y con tenían ganas también de recorrer la ciudad para proclamar esta nueva gesta de su equipo. Una noche larga que se celebró por todo lo alto.
Desde algunas horas antes del inicio del partido, ya fueron muchos los aficionados sevillistas que, con sus camisetas y bufandas, se fueron congregando en torno a la sede de la Peña Sevillista de Dos Hermanas en la calle Real Utrera, entre otros motivos para coger un buen sitio desde donde ver la retransmisión del encuentro entre el Sevilla FC y la Roma desde la pantalla gigante colocada en ese entorno.
Y allí se empezó a vivir un partido que pasó por momentos malos y buenos, y que concluyó prácticamente iniciada ya la madrugada con una nueva victoria del Sevilla FC tras una sufrida tanda de penaltis. Siete finales, siete victorias. Algo inimaginable para cualquier aficionado, pero que se materializó cuando el campeón del Mundo Montiel convirtió el penalti definitivo.
A partir de ahí la fiesta ya fue total, con abrazos y besos entre los aficionados que se encontraban en este lugar y con tenían ganas también de recorrer la ciudad para proclamar esta nueva gesta de su equipo. Una noche larga que se celebró por todo lo alto.
REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL
