El sueño de una veintena de amigos de la barriada de Ibarburu que solían encontrarse en los bares de la zona, se hizo por fin realidad en el año 1973. De la nada, sin recursos, ni campo propio, ni siquiera camisetas, crearon un club que con el tiempo forma parte ya de la historia de Dos Hermanas. Por eso, ahora que cumple cincuenta años de existencia, quieren conmemorar este aniversario celebrando dos partidos de fútbol, el primero de los cuales será este mismo sábado, día 20 de mayo.
Joaquín Jurado Alanís es el actual presidente del Ibarburu CF, pero también uno de sus socios fundadores junto con Pedro Sánchez, Francisco González, Francisco Coto, Rafael Redondo y José Cuevas. Tras una primera etapa como presidente en el período 2000-2009, en agosto del pasado año decidió regresar después de que un grupo de compañeros se lo pidiera. “Yo llevaba ya 17 años fuera, aunque nunca he dejado de ser directivo, pero como las circunstancias lo requirieron, y como es algo que me gusta, pues decidí echar una mano otra vez, porque esto es una cosa que nos duele porque lo hemos parío”.
Y el término “parío” nunca se asemeja más a la realidad cando se recuerda todo lo relacionado con su nacimiento como club. “El club lo fundamos un grupo de unos quince o veinte amigos que nos reuníamos en la barriada en algunos bares, aunque, por circunstancias, a la hora de inscribirlo en la Federación sólo fuimos seis los que pudimos aportar económicamente lo que se necesitaba en ese momento”.
Esos primeros pasos los comenzaron a dar en el año 1972, de forma que ya al año siguiente, ese sueño de chavales amantes del fútbol lo pudieron hacer realidad. “Es que éramos unos chavales. La mayoría trabajábamos en la construcción, y nos gustaba jugar en el barrio. E incluso todavía hay un jugador de entonces que hoy sigue en la directiva con nosotros, Cristóbal Sánchez Morato, ‘Tobalo’, que jugó el primer año que lo hicieron federados en un partido que disputamos en el estadio Miguel Román”.
En esos momentos, el recién creado Ibarburu no tenía campo propio, de ahí que sus partidos tuviera que disputarlos en los existentes por entonces en Marqués de Contadero, Tablada, Piscinas Sevilla o en La Raza junto al Puerto de Sevilla. Joaquín Jurado recuerda que, una vez ya federado el club, la primera temporada la disputaron como local en el Miguel Román, pero, para sorpresa de ellos, cuando se encontraban en plena disputa de la siguiente, “nos echaron”.
Dice que cuando les comunicaron que no podían seguir en este estadio, que fue un lunes, se encontraron con el hándicap de que al domingo siguiente debían jugar como locales, lo que les hizo moverse con rapidez para tratar de habilitar un espacio donde poder disputar ese partido. “Nos fuimos entonces a la barriada del Chaparral, donde había un campo con dos palos de la luz, y le pedimos permiso a la asociación de vecinos. Buscamos dos porterías, cemento y ladrillos para levantar dos tabiques y fabricar una ducha para el árbitro, y estuvimos trabajando todos esos días hasta las tantas de la noche para poder tener el campo. Es más, las porterías se terminaron de poner casi a las dos de la mañana del mismo día del partido, ayudados por la luz de un vespino arrancado mientras con la palanqueta se abría el hoyo y luego se le echaba el hormigón. El caso es que hemos luchado mucho, y entre ellos algunas personas que faltan ya y que dieron la vida por el club. Aquí todo el mundo tiene un cachito, porque aquí éramos socios y al mismo tiempo trabajadores, directivos y de lo que fuera”.
Un campo hecho a machamartillo
Al igual que aquel primitivo campo hecho a machamartillo, el actual del Ibarburu “también lo hicimos todo nosotros”. El presidente de este club cuenta que cuando iniciaron los trabajos, todavía no estaba creado el Patronato Municipal de Deportes, de forma que tuvieron que moverse por su cuenta para contar, primero, con ese campo propio. Hablaron para ello con los dueños de los terrenos, los Marqueses de Pickman, con quienes llegaron a celebrar reuniones en República Argentina, en Sevilla, y hasta en la Hacienda Ibarburu.
Una vez conseguido el terreno, recurrieron a la entonces Cooperativa de Ibarburu, a la que todos la conocían como ‘la empresa del Macaco’, que fue la que les sirvió los materiales, y que fueron pagando poco a poco. Como no tenían taquilla, lo que hacían era pasar una bolsa entre los asistentes al campo, donde había unos que le echaban desde veinte duros a cinco o uno, a otros que dejaban caer un tornillo. Pero así fue como consiguieron pagar poco a poco el cerramiento del campo.
“Pero a pesar de que el campo lo hicimos nosotros”, cuenta Joaquín Jurado, “el Ayuntamiento se apoderó de él y lo hizo municipal, aunque hasta hoy, quienes mandan aquí somos nosotros”. Eso sí, ahora, “aunque nos cuesta nuestras peleíllas”, y por el hecho de ser un Campo Municipal, si necesitan algún arreglo, se lo solicitan, y gracias a ello se les puso el césped artificial y más recientemente se cambió la iluminación antigua por luces Led de bajo consumo.
Eso sí, desde el Ibarburu CF se presume de ser “el club más antiguo de Dos Hermanas”. “Eso de que el decano del fútbol es la Unión Deportiva, no es cierto”, afirma el presidente, quien añade que si se le solicitara un informe a la Federación Andaluza de Fútbol, se vería que el Ibarburu tiene el número de inscripción 1.169 y la Unión Deportiva, alguno más del 1.500. “Y es que cuando se fundó el Ibarburu, ellos no existían en ese momento, porque estuvieron unos años sin participar en competiciones federadas, de forma que cuando volvieron, tuvieron que inscribirse de nuevo. Por tanto, los más antiguos de Dos Hermanas somos nosotros, que hemos estado federados cincuenta años de forma ininterrumpida, sin deberle un duro a nadie y sin cambiar de nombre”.
Durante estos cincuenta años de existencia, el Ibarburu ha pasado lógicamente por todo tipo de etapas, una de las más gloriosas cuando estuvieron durante ocho años consecutivos en la Preferente, con Bernardo Carreño como presidente, quien ha sido la persona que más tiempo ha estado al frente, y que, al igual que Joaquín Jurado, también tuvo que asumir la presidencia en dos etapas distintas.
Disputa de dos partidos amistosos
Sea como fuere, con estos altibajos, con humildad y mucha dedicación por parte de todos cuantos han pertenecido a este club, el caso es que han logrado alcanzar la nada desdeñable cifra de cincuenta años de existencia, que, de forma modesta porque no tienen para más, van a celebrar con dos amistosos. El primero de ellos se disputa este sábado, día 20, a partir de las 19:00 horas en su Campo Municipal entre el conjunto sénior que entrena Juan José Fernández, y que, pese a la juventud de la plantilla, ha completado una segunda vuelta en la Tercera Andaluza Sevilla espectacular, y los sénior del Real Betis ‘C’ que entrena el ex futbolista Capi y que hace poco se proclamó campeón de su categoría.
Con motivo de este partido, desde el club han cursado invitaciones para que les acompañen en este momento desde al Ayuntamiento de Dos Hermanas, cuyo alcalde, Francisco Rodríguez, ya ha confirmado su asistencia, a todos los clubs de la ciudad, a antiguos entrenadores y jugadores, con quienes, tras este encuentro, departirán mientras se disfruta de un aperitivo. Asimismo, se procederá a la entrega de unos pequeños obsequios, como es el caso de una gorra conmemorativa de este aniversario y que entregarán a los 120 socios con los que el Ibarburu cuenta en la actualidad.
Y el segundo amistoso será el siguiente sábado, día 27 de mayo, entre los veteranos del Ibarburu y los veteranos del Sevilla FC, también en su campo y a partir de las 11:30 horas. Curiosamente, en él estará con el conjunto sevillista el ex jugador Antoñito, quien durante un año, antes de fichar por el conjunto hispalense, jugó en el Ibarburu. Y es que por este club nazareno han pasado algunos futbolistas que llegaron en su momento a debutar en Primera División, como fueron los casos de David Llano o Javi Flores en el Betis, el citado Antoñito y Juan Velasco en el Sevilla, o Juan Carlos Dorado, quien lo hizo con el Recreativo de Huelva. Y, junto a ellos, se encontraron entrenadores históricos, como fueron los casos de Antonio Millán, su primer entrenador, o los de Julio Cortés, Pepe Arévalo, Nicolás Sánchez Osuna o Paco Peralta, y que en sus respectivas etapas marcaron una época.
Según Joaquín Jurado, el Ibarburu ahora mismo se encuentra en un estado de “tranquilidad”. “La temporada pasada”, cuenta, “tuvimos la circunstancia de que contamos con pocos equipos de la cantera, pero estamos trabajando para que haya más, de forma que puedan pasar de los cuatro actuales a, al menos, ocho”. Y en cuanto al primer equipo, desde el club ya piensan que el objetivo de la próxima temporada debe ser el ascenso de categoría. “Esta que ahora ha acabado nos ha servido para formar el equipo, que, con catorce futbolistas procedentes de los juveniles, ha completado una segunda vuelta espectacular, llegando a sumando 34 puntos”.
Con todo, desde la directiva del club se es consciente de que nada será fácil, especialmente si se mira a una directiva que continúa integrada por algunos de los que lo fundaron y al hecho de que la gente joven “no aprieta”. Una dificultad a la que añaden la que consideran “nula” ayuda que reciben de la Federación Andaluza de Fútbol, “que cada vez nos ponen más impedimentos”.
El presidente del Ibaburu va incluso más allá y asegura que la Federación “se ha convertido en una empresa” que “no mira por los clubs”, y eso que “somos los que la mantenemos”. “Por aportar, “añade, “no aportan ni un banderín, y parece que sólo va a machacarte y a ponerte sanciones. Y si vas a su sede, ni te atienden, sólo por teléfono o internet”. La relación está tan tirante entre este club y la Federación, que de hecho no la han invitado a los actos programados con motivo de su 50 Aniversario.
Joaquín Jurado Alanís es el actual presidente del Ibarburu CF, pero también uno de sus socios fundadores junto con Pedro Sánchez, Francisco González, Francisco Coto, Rafael Redondo y José Cuevas. Tras una primera etapa como presidente en el período 2000-2009, en agosto del pasado año decidió regresar después de que un grupo de compañeros se lo pidiera. “Yo llevaba ya 17 años fuera, aunque nunca he dejado de ser directivo, pero como las circunstancias lo requirieron, y como es algo que me gusta, pues decidí echar una mano otra vez, porque esto es una cosa que nos duele porque lo hemos parío”.
Y el término “parío” nunca se asemeja más a la realidad cando se recuerda todo lo relacionado con su nacimiento como club. “El club lo fundamos un grupo de unos quince o veinte amigos que nos reuníamos en la barriada en algunos bares, aunque, por circunstancias, a la hora de inscribirlo en la Federación sólo fuimos seis los que pudimos aportar económicamente lo que se necesitaba en ese momento”.
Esos primeros pasos los comenzaron a dar en el año 1972, de forma que ya al año siguiente, ese sueño de chavales amantes del fútbol lo pudieron hacer realidad. “Es que éramos unos chavales. La mayoría trabajábamos en la construcción, y nos gustaba jugar en el barrio. E incluso todavía hay un jugador de entonces que hoy sigue en la directiva con nosotros, Cristóbal Sánchez Morato, ‘Tobalo’, que jugó el primer año que lo hicieron federados en un partido que disputamos en el estadio Miguel Román”.
En esos momentos, el recién creado Ibarburu no tenía campo propio, de ahí que sus partidos tuviera que disputarlos en los existentes por entonces en Marqués de Contadero, Tablada, Piscinas Sevilla o en La Raza junto al Puerto de Sevilla. Joaquín Jurado recuerda que, una vez ya federado el club, la primera temporada la disputaron como local en el Miguel Román, pero, para sorpresa de ellos, cuando se encontraban en plena disputa de la siguiente, “nos echaron”.
Dice que cuando les comunicaron que no podían seguir en este estadio, que fue un lunes, se encontraron con el hándicap de que al domingo siguiente debían jugar como locales, lo que les hizo moverse con rapidez para tratar de habilitar un espacio donde poder disputar ese partido. “Nos fuimos entonces a la barriada del Chaparral, donde había un campo con dos palos de la luz, y le pedimos permiso a la asociación de vecinos. Buscamos dos porterías, cemento y ladrillos para levantar dos tabiques y fabricar una ducha para el árbitro, y estuvimos trabajando todos esos días hasta las tantas de la noche para poder tener el campo. Es más, las porterías se terminaron de poner casi a las dos de la mañana del mismo día del partido, ayudados por la luz de un vespino arrancado mientras con la palanqueta se abría el hoyo y luego se le echaba el hormigón. El caso es que hemos luchado mucho, y entre ellos algunas personas que faltan ya y que dieron la vida por el club. Aquí todo el mundo tiene un cachito, porque aquí éramos socios y al mismo tiempo trabajadores, directivos y de lo que fuera”.
Un campo hecho a machamartillo
Al igual que aquel primitivo campo hecho a machamartillo, el actual del Ibarburu “también lo hicimos todo nosotros”. El presidente de este club cuenta que cuando iniciaron los trabajos, todavía no estaba creado el Patronato Municipal de Deportes, de forma que tuvieron que moverse por su cuenta para contar, primero, con ese campo propio. Hablaron para ello con los dueños de los terrenos, los Marqueses de Pickman, con quienes llegaron a celebrar reuniones en República Argentina, en Sevilla, y hasta en la Hacienda Ibarburu.
Una vez conseguido el terreno, recurrieron a la entonces Cooperativa de Ibarburu, a la que todos la conocían como ‘la empresa del Macaco’, que fue la que les sirvió los materiales, y que fueron pagando poco a poco. Como no tenían taquilla, lo que hacían era pasar una bolsa entre los asistentes al campo, donde había unos que le echaban desde veinte duros a cinco o uno, a otros que dejaban caer un tornillo. Pero así fue como consiguieron pagar poco a poco el cerramiento del campo.
“Pero a pesar de que el campo lo hicimos nosotros”, cuenta Joaquín Jurado, “el Ayuntamiento se apoderó de él y lo hizo municipal, aunque hasta hoy, quienes mandan aquí somos nosotros”. Eso sí, ahora, “aunque nos cuesta nuestras peleíllas”, y por el hecho de ser un Campo Municipal, si necesitan algún arreglo, se lo solicitan, y gracias a ello se les puso el césped artificial y más recientemente se cambió la iluminación antigua por luces Led de bajo consumo.
Eso sí, desde el Ibarburu CF se presume de ser “el club más antiguo de Dos Hermanas”. “Eso de que el decano del fútbol es la Unión Deportiva, no es cierto”, afirma el presidente, quien añade que si se le solicitara un informe a la Federación Andaluza de Fútbol, se vería que el Ibarburu tiene el número de inscripción 1.169 y la Unión Deportiva, alguno más del 1.500. “Y es que cuando se fundó el Ibarburu, ellos no existían en ese momento, porque estuvieron unos años sin participar en competiciones federadas, de forma que cuando volvieron, tuvieron que inscribirse de nuevo. Por tanto, los más antiguos de Dos Hermanas somos nosotros, que hemos estado federados cincuenta años de forma ininterrumpida, sin deberle un duro a nadie y sin cambiar de nombre”.
Durante estos cincuenta años de existencia, el Ibarburu ha pasado lógicamente por todo tipo de etapas, una de las más gloriosas cuando estuvieron durante ocho años consecutivos en la Preferente, con Bernardo Carreño como presidente, quien ha sido la persona que más tiempo ha estado al frente, y que, al igual que Joaquín Jurado, también tuvo que asumir la presidencia en dos etapas distintas.
Disputa de dos partidos amistosos
Sea como fuere, con estos altibajos, con humildad y mucha dedicación por parte de todos cuantos han pertenecido a este club, el caso es que han logrado alcanzar la nada desdeñable cifra de cincuenta años de existencia, que, de forma modesta porque no tienen para más, van a celebrar con dos amistosos. El primero de ellos se disputa este sábado, día 20, a partir de las 19:00 horas en su Campo Municipal entre el conjunto sénior que entrena Juan José Fernández, y que, pese a la juventud de la plantilla, ha completado una segunda vuelta en la Tercera Andaluza Sevilla espectacular, y los sénior del Real Betis ‘C’ que entrena el ex futbolista Capi y que hace poco se proclamó campeón de su categoría.
Con motivo de este partido, desde el club han cursado invitaciones para que les acompañen en este momento desde al Ayuntamiento de Dos Hermanas, cuyo alcalde, Francisco Rodríguez, ya ha confirmado su asistencia, a todos los clubs de la ciudad, a antiguos entrenadores y jugadores, con quienes, tras este encuentro, departirán mientras se disfruta de un aperitivo. Asimismo, se procederá a la entrega de unos pequeños obsequios, como es el caso de una gorra conmemorativa de este aniversario y que entregarán a los 120 socios con los que el Ibarburu cuenta en la actualidad.
Y el segundo amistoso será el siguiente sábado, día 27 de mayo, entre los veteranos del Ibarburu y los veteranos del Sevilla FC, también en su campo y a partir de las 11:30 horas. Curiosamente, en él estará con el conjunto sevillista el ex jugador Antoñito, quien durante un año, antes de fichar por el conjunto hispalense, jugó en el Ibarburu. Y es que por este club nazareno han pasado algunos futbolistas que llegaron en su momento a debutar en Primera División, como fueron los casos de David Llano o Javi Flores en el Betis, el citado Antoñito y Juan Velasco en el Sevilla, o Juan Carlos Dorado, quien lo hizo con el Recreativo de Huelva. Y, junto a ellos, se encontraron entrenadores históricos, como fueron los casos de Antonio Millán, su primer entrenador, o los de Julio Cortés, Pepe Arévalo, Nicolás Sánchez Osuna o Paco Peralta, y que en sus respectivas etapas marcaron una época.
Según Joaquín Jurado, el Ibarburu ahora mismo se encuentra en un estado de “tranquilidad”. “La temporada pasada”, cuenta, “tuvimos la circunstancia de que contamos con pocos equipos de la cantera, pero estamos trabajando para que haya más, de forma que puedan pasar de los cuatro actuales a, al menos, ocho”. Y en cuanto al primer equipo, desde el club ya piensan que el objetivo de la próxima temporada debe ser el ascenso de categoría. “Esta que ahora ha acabado nos ha servido para formar el equipo, que, con catorce futbolistas procedentes de los juveniles, ha completado una segunda vuelta espectacular, llegando a sumando 34 puntos”.
Con todo, desde la directiva del club se es consciente de que nada será fácil, especialmente si se mira a una directiva que continúa integrada por algunos de los que lo fundaron y al hecho de que la gente joven “no aprieta”. Una dificultad a la que añaden la que consideran “nula” ayuda que reciben de la Federación Andaluza de Fútbol, “que cada vez nos ponen más impedimentos”.
El presidente del Ibaburu va incluso más allá y asegura que la Federación “se ha convertido en una empresa” que “no mira por los clubs”, y eso que “somos los que la mantenemos”. “Por aportar, “añade, “no aportan ni un banderín, y parece que sólo va a machacarte y a ponerte sanciones. Y si vas a su sede, ni te atienden, sólo por teléfono o internet”. La relación está tan tirante entre este club y la Federación, que de hecho no la han invitado a los actos programados con motivo de su 50 Aniversario.
REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL