Una Feria no deja de ser un gran sueño, algo así como el gran sueño de la vida. Un gran sueño en el que cada uno juega a lo que quiera, porque para algo se inventaron las ilusiones, o a lo que pueda. Y ahí es donde se entremezclan deseos con fantasías y donde las edades determinan un papel importante. Por eso unos juegan al fútbol donde pueden y otros beben y bailan, o charlan simplemente de cosas de la vida.
El viernes de la Feria de Dos Hermanas volvió a deparar momentos tranquilos con otros en los que el bullicio se adueñó de un Real en el que se sintió por momentos algo de frío, pero que no restó ni un ápice el ánimo del personal. Justo en el ecuador de esta celebración, el contraste entre la mañana, algo relajada hasta que bien entró la tarde, y la noche fue patente, ganando, aunque no por goleada, esta última, que dibujó de nuevo escenas de diversión, de cenas de amigos a familias, de mucho ajetreo en los bares de las casetas, y de muchos bailes, ya fueran sevillanas, rumbas o repertorios de las múltiples modalidades de baile moderno que se estilan.
Eso sí, ya el paseo de caballos recuperó el aspecto de los grandes días de Feria, dibujando como siempre escenas que hacen que el recinto se convierta en un gran teatro donde cada uno sabe perfectamente cuál es su papel, y que se mueven armoniosos al son de la música que sale desde el interior de las casetas.
Lo que desde los organismos municipales se transmite es que la Feria se está desarrollando con absoluta normalidad, dentro de alguna casi inevitable escena de pelea o de algún cacharrito que otro que se avería dejando a personas en su interior durante algunos minutos. Pero las casetas se llenaron durante la noche y la madrugada, con algunas de ellas, como las de Izquierda Unidad o CCOO, que acaparan prácticamente a una chavalería en busca de diversión y buen ambiente, algo que contrasta con las reuniones de familias y amigos que se ven en otras casetas, eso sí, con muchos apoderándose del acerado para tratar de alternar mientras se disfrutaba de la buena temperatura exterior, pese a mostrarse más bien fresca conforme avanzaba la noche.
Por eso está resultando de nuevo una Feria ejemplar, que se adentra desde hoy sábado en su fin de semana y en casi su fin de fiesta, y que deberá ser rematada no sólo por los nazarenos y nazarenas que ya la viven, sino por los que llegarán de fuera y desean sumarse también a la diversión.
Secuencia gráfica del viernes de Feria
El viernes de la Feria de Dos Hermanas volvió a deparar momentos tranquilos con otros en los que el bullicio se adueñó de un Real en el que se sintió por momentos algo de frío, pero que no restó ni un ápice el ánimo del personal. Justo en el ecuador de esta celebración, el contraste entre la mañana, algo relajada hasta que bien entró la tarde, y la noche fue patente, ganando, aunque no por goleada, esta última, que dibujó de nuevo escenas de diversión, de cenas de amigos a familias, de mucho ajetreo en los bares de las casetas, y de muchos bailes, ya fueran sevillanas, rumbas o repertorios de las múltiples modalidades de baile moderno que se estilan.
Eso sí, ya el paseo de caballos recuperó el aspecto de los grandes días de Feria, dibujando como siempre escenas que hacen que el recinto se convierta en un gran teatro donde cada uno sabe perfectamente cuál es su papel, y que se mueven armoniosos al son de la música que sale desde el interior de las casetas.
Lo que desde los organismos municipales se transmite es que la Feria se está desarrollando con absoluta normalidad, dentro de alguna casi inevitable escena de pelea o de algún cacharrito que otro que se avería dejando a personas en su interior durante algunos minutos. Pero las casetas se llenaron durante la noche y la madrugada, con algunas de ellas, como las de Izquierda Unidad o CCOO, que acaparan prácticamente a una chavalería en busca de diversión y buen ambiente, algo que contrasta con las reuniones de familias y amigos que se ven en otras casetas, eso sí, con muchos apoderándose del acerado para tratar de alternar mientras se disfrutaba de la buena temperatura exterior, pese a mostrarse más bien fresca conforme avanzaba la noche.
Por eso está resultando de nuevo una Feria ejemplar, que se adentra desde hoy sábado en su fin de semana y en casi su fin de fiesta, y que deberá ser rematada no sólo por los nazarenos y nazarenas que ya la viven, sino por los que llegarán de fuera y desean sumarse también a la diversión.
Secuencia gráfica del viernes de Feria
REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL