La empresa montalbeña La Abuela Carmen, líder en la producción y en la comercialización de ajo negro, ha viajado hasta Filipinas para dar a conocer su amplia gama de productos en el marco de una misión agroalimentaria promovida por la Empresa Pública Andaluza de Promoción Exterior (Extenda).
"En Filipinas existe un déficit de producción local que genera una alta dependencia de las importaciones para cubrir la demanda de alimentos", subrayaron desde la entidad pública adscrita al proyecto Andalucía TRADE, toda vez que precisaron que este déficit agroalimentario se registra tanto en productos procesados como no procesados.
Los datos aportados por Extenda confirman que, en la última década, el Producto Interior Bruto (PIB) de Filipinas ha aumentado en un 8,3 por ciento, mientras que la renta per cápita alcanza ya los 3.549 dólares. "Los clientes filipinos prefieren comprar ajo importado antes que el local, cuyo precio triplica al producto extranjero", resaltaron desde La Abuela Carmen, representada en la misión comercial por los hermanos Natividad y Manuel Vaquero.
"Hemos podido constatar que los consumidores filipinos prefieren comprar ajos más grandes y baratos en lugar de los bulbos pequeños y autóctonos, que son de sabor diferente y mucho más picantes", explicó Manuel Vaquero, quien hizo hincapié en que la "experiencia acumulada en exportación por parte de La Abuela Carmen genera una enorme confianza en los mercados asiáticos".
Además de participar en varias reuniones comerciales y en eventos que han contado con la presencia de Miguel Utray Delgado, embajador de España en Manila, Natividad y Manuel Vaquero han aprovechado su estancia en Filipinas para ampliar sus conocimientos sobre este mercado y, además, para tratar de introducir nuevos productos.
"Los países asiáticos valoran enormemente la calidad y la singularidad de nuestros productos, de ahí que esta misión comercial haya resultado tan interesante para abrir mercado en un contexto de déficit de producción local de ajos", comentó Natividad Vaquero.
Desde hace más de una década, La Abuela Carmen viene apostando por nuevas alternativas de comercialización para el ajo a través del procesado de productos de cuarta y quinta gama. Comercializan productos como ajo en conserva para ensaladas o pastas (en aceite de oliva a las finas hierbas, al pimentón, picante), ajo pelado, picado, laminado, frito en aceite de oliva (su producto más demandado), deshidratado o pulpa de ajo. Tienen igualmente una línea de productos ecológicos certificada por Ecovalia.
También en colaboración con el centro Ifapa de Palma del Río, en 2013 pusieron a punto la producción de ajo negro, donde a partir de ajo fresco y mediante un proceso que combina temperatura y humedad produce un ajo fermentado con múltiples propiedades saludables. Han sido pioneros en Andalucía en su producción.
A finales del año 2021, La Abuela Carmen lanzó al mercado sus nuevos Chips de Ajo, un producto que no solo potencia el sabor de las elaboraciones sino que, además, evita el engorroso proceso doméstico de pelar, cortar y freír este ingrediente.
"En Filipinas existe un déficit de producción local que genera una alta dependencia de las importaciones para cubrir la demanda de alimentos", subrayaron desde la entidad pública adscrita al proyecto Andalucía TRADE, toda vez que precisaron que este déficit agroalimentario se registra tanto en productos procesados como no procesados.
Los datos aportados por Extenda confirman que, en la última década, el Producto Interior Bruto (PIB) de Filipinas ha aumentado en un 8,3 por ciento, mientras que la renta per cápita alcanza ya los 3.549 dólares. "Los clientes filipinos prefieren comprar ajo importado antes que el local, cuyo precio triplica al producto extranjero", resaltaron desde La Abuela Carmen, representada en la misión comercial por los hermanos Natividad y Manuel Vaquero.
"Hemos podido constatar que los consumidores filipinos prefieren comprar ajos más grandes y baratos en lugar de los bulbos pequeños y autóctonos, que son de sabor diferente y mucho más picantes", explicó Manuel Vaquero, quien hizo hincapié en que la "experiencia acumulada en exportación por parte de La Abuela Carmen genera una enorme confianza en los mercados asiáticos".
Además de participar en varias reuniones comerciales y en eventos que han contado con la presencia de Miguel Utray Delgado, embajador de España en Manila, Natividad y Manuel Vaquero han aprovechado su estancia en Filipinas para ampliar sus conocimientos sobre este mercado y, además, para tratar de introducir nuevos productos.
"Los países asiáticos valoran enormemente la calidad y la singularidad de nuestros productos, de ahí que esta misión comercial haya resultado tan interesante para abrir mercado en un contexto de déficit de producción local de ajos", comentó Natividad Vaquero.
Una firma innovadora y referente del sector
La empresa que comercializa bajo la marca La Abuela Carmen tiene su sede central en Montalbán de Córdoba, donde cuenta con más de 5.000 metros cuadrados. También dispone de instalaciones en Santaella, de más de 12.000 metros cuadrados, dedicadas a la limpieza, clasificación del ajo y almacenaje.Desde hace más de una década, La Abuela Carmen viene apostando por nuevas alternativas de comercialización para el ajo a través del procesado de productos de cuarta y quinta gama. Comercializan productos como ajo en conserva para ensaladas o pastas (en aceite de oliva a las finas hierbas, al pimentón, picante), ajo pelado, picado, laminado, frito en aceite de oliva (su producto más demandado), deshidratado o pulpa de ajo. Tienen igualmente una línea de productos ecológicos certificada por Ecovalia.
También en colaboración con el centro Ifapa de Palma del Río, en 2013 pusieron a punto la producción de ajo negro, donde a partir de ajo fresco y mediante un proceso que combina temperatura y humedad produce un ajo fermentado con múltiples propiedades saludables. Han sido pioneros en Andalucía en su producción.
A finales del año 2021, La Abuela Carmen lanzó al mercado sus nuevos Chips de Ajo, un producto que no solo potencia el sabor de las elaboraciones sino que, además, evita el engorroso proceso doméstico de pelar, cortar y freír este ingrediente.
J.P. BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR
FOTOGRAFÍA: JOSÉ ANTONIO AGUILAR