Día feliz y gozoso el que se vivió en la tarde y noche de ayer en Montequinto, que salió, en una jornada que ya ha pasado a la historia de este popular barrio, al encuentro de su primera Hermandad de Penitencia y al saludo de sus primeros nazarenos, que lucieron esplendorosos sus inmaculadas túnicas y capirotes blancos.
La expectación a las puertas de la Parroquia de Nuestra Señora de Los Ángeles fue creciendo conforme se acercaban las seis de la tarde, momento en el que se debían abrir los portones de este templo y ver asomarse por primera vez a los nazarenos de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Humildad en Getsamení y de Nuestra Señora del Pilar en su Mayor Dolor.
Por eso cuando sonaron correrse los cerrojos de la puerta de la Parroquia, todo fueron aplausos; eso sí, de los pocos que no empleaban sus manos en captar con el móvil, foto a foto o con una grabación, ese momento que tantos esperaban en la barriada de Montequinto.
Con gusto, con el buen hacer de sus capataces y costaleros, ambos pasos salieron del interior del templo, donde ya se vivieron momentos para el recuerdo y fotos para la historia, todo contemplado por el alcalde de Dos Hermanas, Francisco Rodríguez; por el párroco de Santa María Magdalena, don Manuel Sánchez de Heredia; por el presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías, Francisco Alba, y por el pregonero de la Semana Santa nazarena, José Miguel García Asencio. Se podría decir que nadie quiso perderse ese momento histórico.
A partir de la populosa salida, el recorrido por las calles de la barriada fue recibido con el cariño y la entrega de los muchos fieles y devotos que salieron al encuentro con su Hermandad, que la verdad es que nunca se sintió sola. Como tampoco en el momento de tener su subir de nuevo la prolongada rampa que permite, con el lógico esfuerzo, que los costaleros puedan alcanzar la puerta de la Parroquia.
Sin duda, una jornada histórica que quedará en el recuerdo y en la memoria de los vecinos y vecinas de Montequinto y de quienes quisieron también por primera vez realizar la estación de penitencia ocultos bajo el blanco capirote.
Secuencia gráfica de la salida
La expectación a las puertas de la Parroquia de Nuestra Señora de Los Ángeles fue creciendo conforme se acercaban las seis de la tarde, momento en el que se debían abrir los portones de este templo y ver asomarse por primera vez a los nazarenos de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Humildad en Getsamení y de Nuestra Señora del Pilar en su Mayor Dolor.
Por eso cuando sonaron correrse los cerrojos de la puerta de la Parroquia, todo fueron aplausos; eso sí, de los pocos que no empleaban sus manos en captar con el móvil, foto a foto o con una grabación, ese momento que tantos esperaban en la barriada de Montequinto.
Con gusto, con el buen hacer de sus capataces y costaleros, ambos pasos salieron del interior del templo, donde ya se vivieron momentos para el recuerdo y fotos para la historia, todo contemplado por el alcalde de Dos Hermanas, Francisco Rodríguez; por el párroco de Santa María Magdalena, don Manuel Sánchez de Heredia; por el presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías, Francisco Alba, y por el pregonero de la Semana Santa nazarena, José Miguel García Asencio. Se podría decir que nadie quiso perderse ese momento histórico.
A partir de la populosa salida, el recorrido por las calles de la barriada fue recibido con el cariño y la entrega de los muchos fieles y devotos que salieron al encuentro con su Hermandad, que la verdad es que nunca se sintió sola. Como tampoco en el momento de tener su subir de nuevo la prolongada rampa que permite, con el lógico esfuerzo, que los costaleros puedan alcanzar la puerta de la Parroquia.
Sin duda, una jornada histórica que quedará en el recuerdo y en la memoria de los vecinos y vecinas de Montequinto y de quienes quisieron también por primera vez realizar la estación de penitencia ocultos bajo el blanco capirote.
Secuencia gráfica de la salida
REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL