El pasado martes 28 de marzo se presentaron los resultados del proyecto Historia Crítica del Periodismo Andaluz (HI[C]PAN) en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla. En ella, tuve el honor de ofrecer un breve resumen de mi capítulo En los orígenes del Periodismo Andaluz. El gaceterismo en el Siglo de Oro, dentro del libro colectivo Historia Crítica del Periodismo Andaluz: Trayectorias y Memorias para una relectura desde la periferia (siglos XVI-XX) (2023), editado por María Eugenia Gutiérrez Jiménez.
El objetivo de esta jornada era transmitir los resultados del esfuerzo de diferentes investigadores andaluces para reconstruir la Historia del Periodismo de nuestra región desde una perspectiva crítica y periférica. En lo que a mí respecta, quisiera ofrecer aquí un breve resumen del citado capítulo, en tanto que considero que puede ser interesante para reconstruir nuestra Historia.
El Periodismo surge en Europa en el siglo XV, y se consolidará en los siglos XVI y XVII. Durante este período, se desarrolla una red de intercambio informativo en el que se integrarán, que sepamos, al menos nueve nodos informativos andaluces hasta 1629.
Durante todo este período, Andalucía se constituyó como la región informativa más activa de la Península Ibérica. Ni en Portugal, ni en el resto de Castilla, ni en los territorios del Reino de Aragón hubo un desarrollo regional con tales dimensiones.
La información impresa se transmitía en verso y en prosa, redactada por auténticos artesanos de la palabra –si es que los periodistas han dejado de serlo alguna vez–, que solían quedar en el anonimato. Unos redactores que ofrecieron información de actualidad difundida a través de diferentes prácticas de lectura colectiva.
Sevilla fue el nodo más productivo de Castilla hasta la década de 1590, y mantuvo un rol relevante hasta el final del período. Es en la Ciudad del Betis donde se publica la primera publicación informativa de la que tengo constancia hacia 1497. Como es común en el período, el título del texto es larguísimo. Modernizamos el texto para facilitar su lectura:
Obra hecha por Hernando Vázquez de Tapia, escribiendo en suma algo de las fiestas y recibimiento que se hicieron al tiempo que la muy esclarecida y excelente princesa nuestra señora doña Margarita de Flandes hija del emperador Maximiliano desembarcó en la villa de Santander, y así mismo de cómo fue festejada del señor condestable de Castilla, y de cómo vinieron el rey, y príncipe nuestros señores a su alteza, y de como el reverendísimo señor patriarca en un lugar que se dice Villasevil tomo las manos al príncipe y princesa nuestros señores, y de cómo llegaron todos juntamente sábado de Ramos (19 de marzo de 1497) a la ciudad de Burgos adonde los príncipes nuestros señores fueron suntuosamente recibidos, &. Sevilla, Meinardo Ungut y Estanislao Polono, [c. 1497].
Hay quien considera que hubo textos anteriores, y quizá sea así. Un error común es datar en la década de 1470 la siguiente publicación postincunable (o sea, posterior a 1499 y anterior a 1521), que autores como Julián Martín Abad o Alexander Wilkinson datan hacia 1508:
Tratado en que se contiene el recibimiento que en Sevilla se hizo al rey don Fernando, en el cual se contienen los rótulos de los aros triunfales y todas las invenciones que sacaron las iglesias y la ciudad. Sevilla, Jacobo Cromberger, [c. 1508].
En cualquier caso, aquí comienza el primer período del gaceterismo o primer periodismo andaluz. Este período se caracterizará por la rápida consolidación del verso, como consecuencia de su carácter folclórico y popular. Asimismo, la información tendrá en numerosas ocasiones un fuerte componente propagandístico, e informará sobre hechos acontecidos en la Corte. Aunque no siempre, como evidencia la primera muestra de periodismo de sucesos conservado (disponible aquí):
Coplas hechas sobre un caso acontecido en Jerez de la Frontera de un hombre que mató veinte y dos personas a traición. [Sevilla], [Jacobo Cromberger], [c. 1515].
Un segundo período lo ubicamos entre 1530 y la década de 1550. Surge en Sevilla el primer impresor especializado en obras menores o ‘menudencia’, Bartolomé Pérez. Este naipero será el primero en aplicar diferentes prácticas informativas que hoy nos parecen normales, como el uso de imágenes elaboradas de manera expresa para ilustrar una noticia o la utilización de mapas sencillos para mostrar avances militares.
Por otro lado, como herencia de la retórica epistolar, se consolidan dos familias de publicaciones en prosa. Por un lado, textos monotemáticos que ofrecían en detalle un acontecimiento. Por otro, publicaciones politemáticas que ofrecían compilaciones de diferentes noticias y avisos. Esta familia es muy importante porque reflejará noticias de diferentes nodos del sistema de intercambio de información europeo y, además, será la familia de la que provendrá la gaceta, último antecedente del periódico. Con mucha probabilidad, la primera publicación politemática andaluza es la siguiente:
Nuevas de Italia venidas de Bolonia a Madrid, sábado 15. de enero año de Mil y quinientos y treinta, después de Pascua, que las trajo un criado del conde de Oropesa, las escribió el mayordomo mayor de su Majestad a la señora doña Inés Manrique. Sevilla, Bartolomé Pérez, 1530.
En la década de 1550 aparecen nuevos nodos andaluces. En especial, en el Oriente andaluz. Granada ya cuenta con imprenta mucho antes de esta década. Sin embargo, ya sea por retraso o por pérdida de lo publicado, no encontramos publicaciones informativas de este nodo hasta mediados del siglo XVI. Antequera y Baeza también tendrán su relevancia por estas fechas, aunque la mayor parte de las publicaciones de este período se ha perdido. Por otro lado, Córdoba se incorpora a través de la publicación de diferentes textos.
Así, llegamos al final del siglo XVI con una situación económica muy compleja, empeorada por la consolidación de Madrid como capital y gran nodo informativo de la Península. Se produce una situación de hipercompetitividad que obligará a varios impresores a buscar nuevos mercados. También se experimentará, encontrándonos así con un primer intento de serialidad por parte del impresor Rodrigo de Cabrera.
En este cuarto período del gaceterismo andaluz, diferentes impresores sevillanos imprimirán en la provincia de Cádiz, destacando Fernando Rey –Hernando en algunas fuentes–, primer impresor oficial de Jerez de la Frontera y principal referencia de la Provincia. También vemos la consolidación como imprentas informativas de Córdoba, Baeza y Antequera.
Por último, en 1618 comienza la Guerra de los Treinta Años y se produce una explosión informativa en toda Europa. Se multiplican las publicaciones, aumenta el número de imprentas y se empieza a desarrollar la periodicidad.
En poco tiempo aparecen las imprentas de Málaga y Montilla, que imprimirán información desde el primer momento y con una importante difusión. También nos encontraremos las luminarias del Periodismo Andaluz y del Periodismo Español. Juan Serrano de Vargas imprimirá y redactará información en Sevilla y Málaga, ofreciéndonos la primera gaceta española (disponible aquí):
Gaceta romana, y relación general, de avisos de todos los reinos y provincias del mundo. Sevilla, Juan Serrano de Vargas, 1618.
Surgirán grandes editores de noticias como Juan René o Juan de Cabrera. También el primer periodista estrella, Andrés Almansa y Mendoza. Luminarias que dejarían a Andalucía como cabeza de lanza del Periodismo en Castilla, a pesar de la mayor productividad del nodo madrileño.
Así, llegamos al año 1629 con, al menos, nueve nodos informativos a los que se les sumarían Écija y Marchena, entre otras localidades, en muy poco tiempo. Un desarrollo regional único en toda la Península Ibérica que es desconocido incluso por numerosos especialistas.
En la década de 1630 comenzará la decadencia de ese primer periodismo andaluz en beneficio del relato impuesto desde la Corte. Sin embargo, todavía tendrá relatos locales que ofrecer durante varias décadas, dejando numerosas publicaciones periódicas y eventuales.
Cierro aquí con la pena de no poder desarrollar más esta cuestión. En cualquier caso, invito a todos a consultar el citado libro que, en mi opinión, es un hito en la reconstrucción de la Historia del Periodismo desarrollado en Andalucía.
El objetivo de esta jornada era transmitir los resultados del esfuerzo de diferentes investigadores andaluces para reconstruir la Historia del Periodismo de nuestra región desde una perspectiva crítica y periférica. En lo que a mí respecta, quisiera ofrecer aquí un breve resumen del citado capítulo, en tanto que considero que puede ser interesante para reconstruir nuestra Historia.
El Periodismo surge en Europa en el siglo XV, y se consolidará en los siglos XVI y XVII. Durante este período, se desarrolla una red de intercambio informativo en el que se integrarán, que sepamos, al menos nueve nodos informativos andaluces hasta 1629.
Durante todo este período, Andalucía se constituyó como la región informativa más activa de la Península Ibérica. Ni en Portugal, ni en el resto de Castilla, ni en los territorios del Reino de Aragón hubo un desarrollo regional con tales dimensiones.
La información impresa se transmitía en verso y en prosa, redactada por auténticos artesanos de la palabra –si es que los periodistas han dejado de serlo alguna vez–, que solían quedar en el anonimato. Unos redactores que ofrecieron información de actualidad difundida a través de diferentes prácticas de lectura colectiva.
Sevilla fue el nodo más productivo de Castilla hasta la década de 1590, y mantuvo un rol relevante hasta el final del período. Es en la Ciudad del Betis donde se publica la primera publicación informativa de la que tengo constancia hacia 1497. Como es común en el período, el título del texto es larguísimo. Modernizamos el texto para facilitar su lectura:
Obra hecha por Hernando Vázquez de Tapia, escribiendo en suma algo de las fiestas y recibimiento que se hicieron al tiempo que la muy esclarecida y excelente princesa nuestra señora doña Margarita de Flandes hija del emperador Maximiliano desembarcó en la villa de Santander, y así mismo de cómo fue festejada del señor condestable de Castilla, y de cómo vinieron el rey, y príncipe nuestros señores a su alteza, y de como el reverendísimo señor patriarca en un lugar que se dice Villasevil tomo las manos al príncipe y princesa nuestros señores, y de cómo llegaron todos juntamente sábado de Ramos (19 de marzo de 1497) a la ciudad de Burgos adonde los príncipes nuestros señores fueron suntuosamente recibidos, &. Sevilla, Meinardo Ungut y Estanislao Polono, [c. 1497].
Hay quien considera que hubo textos anteriores, y quizá sea así. Un error común es datar en la década de 1470 la siguiente publicación postincunable (o sea, posterior a 1499 y anterior a 1521), que autores como Julián Martín Abad o Alexander Wilkinson datan hacia 1508:
Tratado en que se contiene el recibimiento que en Sevilla se hizo al rey don Fernando, en el cual se contienen los rótulos de los aros triunfales y todas las invenciones que sacaron las iglesias y la ciudad. Sevilla, Jacobo Cromberger, [c. 1508].
En cualquier caso, aquí comienza el primer período del gaceterismo o primer periodismo andaluz. Este período se caracterizará por la rápida consolidación del verso, como consecuencia de su carácter folclórico y popular. Asimismo, la información tendrá en numerosas ocasiones un fuerte componente propagandístico, e informará sobre hechos acontecidos en la Corte. Aunque no siempre, como evidencia la primera muestra de periodismo de sucesos conservado (disponible aquí):
Coplas hechas sobre un caso acontecido en Jerez de la Frontera de un hombre que mató veinte y dos personas a traición. [Sevilla], [Jacobo Cromberger], [c. 1515].
Un segundo período lo ubicamos entre 1530 y la década de 1550. Surge en Sevilla el primer impresor especializado en obras menores o ‘menudencia’, Bartolomé Pérez. Este naipero será el primero en aplicar diferentes prácticas informativas que hoy nos parecen normales, como el uso de imágenes elaboradas de manera expresa para ilustrar una noticia o la utilización de mapas sencillos para mostrar avances militares.
Por otro lado, como herencia de la retórica epistolar, se consolidan dos familias de publicaciones en prosa. Por un lado, textos monotemáticos que ofrecían en detalle un acontecimiento. Por otro, publicaciones politemáticas que ofrecían compilaciones de diferentes noticias y avisos. Esta familia es muy importante porque reflejará noticias de diferentes nodos del sistema de intercambio de información europeo y, además, será la familia de la que provendrá la gaceta, último antecedente del periódico. Con mucha probabilidad, la primera publicación politemática andaluza es la siguiente:
Nuevas de Italia venidas de Bolonia a Madrid, sábado 15. de enero año de Mil y quinientos y treinta, después de Pascua, que las trajo un criado del conde de Oropesa, las escribió el mayordomo mayor de su Majestad a la señora doña Inés Manrique. Sevilla, Bartolomé Pérez, 1530.
En la década de 1550 aparecen nuevos nodos andaluces. En especial, en el Oriente andaluz. Granada ya cuenta con imprenta mucho antes de esta década. Sin embargo, ya sea por retraso o por pérdida de lo publicado, no encontramos publicaciones informativas de este nodo hasta mediados del siglo XVI. Antequera y Baeza también tendrán su relevancia por estas fechas, aunque la mayor parte de las publicaciones de este período se ha perdido. Por otro lado, Córdoba se incorpora a través de la publicación de diferentes textos.
Así, llegamos al final del siglo XVI con una situación económica muy compleja, empeorada por la consolidación de Madrid como capital y gran nodo informativo de la Península. Se produce una situación de hipercompetitividad que obligará a varios impresores a buscar nuevos mercados. También se experimentará, encontrándonos así con un primer intento de serialidad por parte del impresor Rodrigo de Cabrera.
En este cuarto período del gaceterismo andaluz, diferentes impresores sevillanos imprimirán en la provincia de Cádiz, destacando Fernando Rey –Hernando en algunas fuentes–, primer impresor oficial de Jerez de la Frontera y principal referencia de la Provincia. También vemos la consolidación como imprentas informativas de Córdoba, Baeza y Antequera.
Por último, en 1618 comienza la Guerra de los Treinta Años y se produce una explosión informativa en toda Europa. Se multiplican las publicaciones, aumenta el número de imprentas y se empieza a desarrollar la periodicidad.
En poco tiempo aparecen las imprentas de Málaga y Montilla, que imprimirán información desde el primer momento y con una importante difusión. También nos encontraremos las luminarias del Periodismo Andaluz y del Periodismo Español. Juan Serrano de Vargas imprimirá y redactará información en Sevilla y Málaga, ofreciéndonos la primera gaceta española (disponible aquí):
Gaceta romana, y relación general, de avisos de todos los reinos y provincias del mundo. Sevilla, Juan Serrano de Vargas, 1618.
Surgirán grandes editores de noticias como Juan René o Juan de Cabrera. También el primer periodista estrella, Andrés Almansa y Mendoza. Luminarias que dejarían a Andalucía como cabeza de lanza del Periodismo en Castilla, a pesar de la mayor productividad del nodo madrileño.
Así, llegamos al año 1629 con, al menos, nueve nodos informativos a los que se les sumarían Écija y Marchena, entre otras localidades, en muy poco tiempo. Un desarrollo regional único en toda la Península Ibérica que es desconocido incluso por numerosos especialistas.
En la década de 1630 comenzará la decadencia de ese primer periodismo andaluz en beneficio del relato impuesto desde la Corte. Sin embargo, todavía tendrá relatos locales que ofrecer durante varias décadas, dejando numerosas publicaciones periódicas y eventuales.
Cierro aquí con la pena de no poder desarrollar más esta cuestión. En cualquier caso, invito a todos a consultar el citado libro que, en mi opinión, es un hito en la reconstrucción de la Historia del Periodismo desarrollado en Andalucía.
RAFAEL SOTO