Lo bueno y mucho que Miguel Gil Pachón hizo en vida se volvió a recordar este miércoles con motivo de la inauguración de la céntrica plaza que lleva ya su nombre. El acto se desarrolló con mucha emotividad, pero también con mucha alegría, la que transmitió su propia familia y la gran cantidad de amigos y vecinos que se dieron cita en un día que pasará a la historia de la ciudad, al igual que ya lo es el propio homenajeado.
Porque tanto y tan bueno hizo en vida esta buena persona, que pareció como si cada uno de los presentes en esta nueva plaza hubieran acudido allí para darle las gracias a Miguel Gil Pachón, fallecido en Dos Hermanas el 3 de septiembre de 2021 a la edad de 91 años. Y en verdad que así fue. Convocados por la Coral Regina Coeli, de donde partió la idea de que Miguel contara con un lugar que lo recordara eternamente, allí estuvieron presentes el alcalde de Dos Hermanas, Francisco Rodríguez, así como una parte importante de los miembros del equipo de gobierno; el párroco de Santa María Magdalena, don Manuel Sánchez de Heredia; su antecesor, don Lorenzo Nieto, y con ellos representantes del Consejo Local de Hermandades y Cofradías, del Club de Baloncesto, de ANIDI, de la Residencia de Mayores San Rafael, del Centro de Salud Santa Ana y del Centro de Orientación Familiar. Y, por supuesto, toda su familia, esa que lleva con orgullo el amplio legado que Miguel dejó en vida.
Fue el director de la Coral Regina Coeli, Nicolás Barbero, quien hizo de maestro de ceremonias, tan previsto como improvisado, y quien recordó cómo hace algo más de un año cuando, con motivo de cumplirse el 25 aniversario de la creación de dicha coral, se acercó al alcalde de la ciudad para pedirle que la figura de Gil Pachón fuera recordada para siempre, y, si era posible, con una calle que se rotulara con su nombre. Petición que fue asumida en ese mismo instante por Francisco Rodríguez y que ya ayer se convirtió en realidad.
Como de tantas otras de las muchas e importantes iniciativas que Miguel Gil Pachón tuvo en vida, la Coral Regina Coeli fue precisamente una de ellas, de ahí que su Coral y su director quisieran tener un sencillo detalle con motivo de la inauguración de la plaza interpretando dos piezas musicales, la primera de ellas compuesta por el propio Gil Pachón.
“Homenaje a una persona que amó profundamente a Dos Hermanas”
Pero también Nicolás Barbero tomó el uso de la palabra, especialmente para destacar que para ellos era un día muy especial. “Hoy inauguramos una plaza maravillosa que viene a enriquecer y a engrandecer el centro histórico de Dos Hermanas”, dijo. “Y lo vamos a hacer para rendir homenaje a una persona que amó profundamente a esta ciudad y que trabajó por ella a lo largo de toda su vida”, de ahí que añadiera que el Coro, “su Coro”, estaba en deuda con Miguel desde hacía mucho tiempo, “algo que queremos devolverle. Y los que lo conocimos y crecimos con él, lo que nos queda ahora es mantener su legado”.
El director de la Coral aseguró que cuando le lanzaron al alcalde la idea de que alguna calle llevara el nombre de Miguel Gil Pachón, no se pudieron imaginar que fuera “este inmenso regalo”. “Yo ya la veía por El Pensador, pero ¿una plaza para Miguel en pleno centro histórico?”, se preguntó, para afirmar luego que tenía que ser así “porque esta plaza está muy cerquita de donde él vivía, en una zona por la que habrá pasado infinidad de veces para ir a su parroquia a ver a los titulares de su hermandad de La Borriquita, a ver a su Virgen de Valme y a las puertas del Consejo de Hermandades y Cofradías que él presidió”.
“Un hombre que hizo tanto en el ámbito civil y en el eclesiástico”
Fue tras esta intervención, cuando María Dolores Gil Díaz, la mayor de los hijos del matrimonio formado por Miguel y Dolores Díaz Núñez, tomó la palabra para dirigirse a los allí presentes en nombre de sus hermanos (Miguel Ángel, Concepción, Esperanza y María José) para agradecer al alcalde nazareno la cesión de este céntrico espacio para perpetuar la figura de su padre.
“Estos días, desde que se anunció la rotulación de la Plaza”, dijo, “los estamos viviendo con especial intensidad. Qué duda cabe que Miguel era una persona popular, un hombre entrañable, conocido y querido en el pueblo”, y destacando todo lo bueno que hizo tanto en el ámbito civil como en el eclesiástico: “Sus desvelos para logar la apertura del Hogar del Pensionista y del ambulatorio de la Seguridad Social, su etapa como concejal del Ayuntamiento, su implicación en loables iniciativas sociales, culturales y deportivas, como el Club de Baloncesto; la creación de Anidi, la fundación de varios conjuntos de música polifónica, desde la Escolanía Nuestra Señora de Valme hasta la Coral Regina Coeli; su labor como secretario de la agrupación local de la Cruz Roja o ayudando en la puesta en marcha de la Residencia San Rafael”.
“Y qué decir de su continuo sentir con la Iglesia”, añadió: Su pertenencia a la Acción Católica en los tiempos de don José Ruiz Mantero, la reorganización de la Hermandad de La Borriquita, su trato cercano a los distintos sacerdotes, su apoyo y sabios consejos a todas las hermandades y asociaciones, su colaboración estrecha con los cardenales Bueno Monreal y Amigo Vallejo, una fiel dedicación a la Iglesia que le hizo merecedor de la Cruz Pro Ecclesia et Pontifice y de la Medalla Pro Eclesia Hispalense. “Sin embargo, para mí y para mis hermanos, Miguel es y será siempre Papá”, aseguró. “Un padre que hasta el último momento se desvivió por todos y cada uno de nosotros, y que puso toda su vida a disposición de los demás”. "Querido Papá, no sabes bien lo orgullosos que estamos y que nos sentimos, especialmente hoy, porque además de ser tus hijos, si esta plaza va a llevar tu nombre es porque desde nuestro Ayuntamiento se ha reconocido todo lo que siempre y de corazón has hecho por la gente de este pueblo en el que quisiste vivir y morir”.
“Papá”, continuó, “desde este sitio privilegiado vas a seguir estando donde te gustaba y como te gustaba: con la gente, en el corazón mismo del pueblo, cerca de lugares emblemáticos especialmente queridos para ti y en torno a los cuales transcurrió buena parte de tu vida nazarena. Ahora eres un vecino más de la calle Real de Utrera, ¡y qué buen palco tienes para ver pasar las cofradías! Las calles y las plazas son la memoria de la ciudad. Es justo y necesario honrar de esta forma a quienes vivieron dándolo todo por los demás, sirviendo al bien común desde diferentes facetas. Así, la inauguración de esta plaza no es sólo un homenaje a mi padre, sino a toda una generación de mujeres y hombres que, aún en tiempo difíciles, se afanaron por construir una sociedad mejor”.
Compartir un momento de felicidad
Fue el alcalde de Dos Hermanas quien cerró el acto, y lo hizo refiriéndose de forma muy cariñosa “a un vecino ilustre de nuestro pueblo”, recordando que cuando el director de la Coral le hizo esa petición, ”sin dudarlo le dije que lo llevaríamos a cabo porque era de justicia”, dedicándole finalmente una nueva plaza “que hemos puesto en valor para uso y disfrute de todos los vecinos en el corazón de nuestro pueblo… y para recordar lo bien y lo bueno que hizo Miguel por mucha gente”.
Secuencia gráfica del acto
Porque tanto y tan bueno hizo en vida esta buena persona, que pareció como si cada uno de los presentes en esta nueva plaza hubieran acudido allí para darle las gracias a Miguel Gil Pachón, fallecido en Dos Hermanas el 3 de septiembre de 2021 a la edad de 91 años. Y en verdad que así fue. Convocados por la Coral Regina Coeli, de donde partió la idea de que Miguel contara con un lugar que lo recordara eternamente, allí estuvieron presentes el alcalde de Dos Hermanas, Francisco Rodríguez, así como una parte importante de los miembros del equipo de gobierno; el párroco de Santa María Magdalena, don Manuel Sánchez de Heredia; su antecesor, don Lorenzo Nieto, y con ellos representantes del Consejo Local de Hermandades y Cofradías, del Club de Baloncesto, de ANIDI, de la Residencia de Mayores San Rafael, del Centro de Salud Santa Ana y del Centro de Orientación Familiar. Y, por supuesto, toda su familia, esa que lleva con orgullo el amplio legado que Miguel dejó en vida.
Fue el director de la Coral Regina Coeli, Nicolás Barbero, quien hizo de maestro de ceremonias, tan previsto como improvisado, y quien recordó cómo hace algo más de un año cuando, con motivo de cumplirse el 25 aniversario de la creación de dicha coral, se acercó al alcalde de la ciudad para pedirle que la figura de Gil Pachón fuera recordada para siempre, y, si era posible, con una calle que se rotulara con su nombre. Petición que fue asumida en ese mismo instante por Francisco Rodríguez y que ya ayer se convirtió en realidad.
Como de tantas otras de las muchas e importantes iniciativas que Miguel Gil Pachón tuvo en vida, la Coral Regina Coeli fue precisamente una de ellas, de ahí que su Coral y su director quisieran tener un sencillo detalle con motivo de la inauguración de la plaza interpretando dos piezas musicales, la primera de ellas compuesta por el propio Gil Pachón.
“Homenaje a una persona que amó profundamente a Dos Hermanas”
Pero también Nicolás Barbero tomó el uso de la palabra, especialmente para destacar que para ellos era un día muy especial. “Hoy inauguramos una plaza maravillosa que viene a enriquecer y a engrandecer el centro histórico de Dos Hermanas”, dijo. “Y lo vamos a hacer para rendir homenaje a una persona que amó profundamente a esta ciudad y que trabajó por ella a lo largo de toda su vida”, de ahí que añadiera que el Coro, “su Coro”, estaba en deuda con Miguel desde hacía mucho tiempo, “algo que queremos devolverle. Y los que lo conocimos y crecimos con él, lo que nos queda ahora es mantener su legado”.
El director de la Coral aseguró que cuando le lanzaron al alcalde la idea de que alguna calle llevara el nombre de Miguel Gil Pachón, no se pudieron imaginar que fuera “este inmenso regalo”. “Yo ya la veía por El Pensador, pero ¿una plaza para Miguel en pleno centro histórico?”, se preguntó, para afirmar luego que tenía que ser así “porque esta plaza está muy cerquita de donde él vivía, en una zona por la que habrá pasado infinidad de veces para ir a su parroquia a ver a los titulares de su hermandad de La Borriquita, a ver a su Virgen de Valme y a las puertas del Consejo de Hermandades y Cofradías que él presidió”.
“Un hombre que hizo tanto en el ámbito civil y en el eclesiástico”
Fue tras esta intervención, cuando María Dolores Gil Díaz, la mayor de los hijos del matrimonio formado por Miguel y Dolores Díaz Núñez, tomó la palabra para dirigirse a los allí presentes en nombre de sus hermanos (Miguel Ángel, Concepción, Esperanza y María José) para agradecer al alcalde nazareno la cesión de este céntrico espacio para perpetuar la figura de su padre.
“Estos días, desde que se anunció la rotulación de la Plaza”, dijo, “los estamos viviendo con especial intensidad. Qué duda cabe que Miguel era una persona popular, un hombre entrañable, conocido y querido en el pueblo”, y destacando todo lo bueno que hizo tanto en el ámbito civil como en el eclesiástico: “Sus desvelos para logar la apertura del Hogar del Pensionista y del ambulatorio de la Seguridad Social, su etapa como concejal del Ayuntamiento, su implicación en loables iniciativas sociales, culturales y deportivas, como el Club de Baloncesto; la creación de Anidi, la fundación de varios conjuntos de música polifónica, desde la Escolanía Nuestra Señora de Valme hasta la Coral Regina Coeli; su labor como secretario de la agrupación local de la Cruz Roja o ayudando en la puesta en marcha de la Residencia San Rafael”.
“Y qué decir de su continuo sentir con la Iglesia”, añadió: Su pertenencia a la Acción Católica en los tiempos de don José Ruiz Mantero, la reorganización de la Hermandad de La Borriquita, su trato cercano a los distintos sacerdotes, su apoyo y sabios consejos a todas las hermandades y asociaciones, su colaboración estrecha con los cardenales Bueno Monreal y Amigo Vallejo, una fiel dedicación a la Iglesia que le hizo merecedor de la Cruz Pro Ecclesia et Pontifice y de la Medalla Pro Eclesia Hispalense. “Sin embargo, para mí y para mis hermanos, Miguel es y será siempre Papá”, aseguró. “Un padre que hasta el último momento se desvivió por todos y cada uno de nosotros, y que puso toda su vida a disposición de los demás”. "Querido Papá, no sabes bien lo orgullosos que estamos y que nos sentimos, especialmente hoy, porque además de ser tus hijos, si esta plaza va a llevar tu nombre es porque desde nuestro Ayuntamiento se ha reconocido todo lo que siempre y de corazón has hecho por la gente de este pueblo en el que quisiste vivir y morir”.
“Papá”, continuó, “desde este sitio privilegiado vas a seguir estando donde te gustaba y como te gustaba: con la gente, en el corazón mismo del pueblo, cerca de lugares emblemáticos especialmente queridos para ti y en torno a los cuales transcurrió buena parte de tu vida nazarena. Ahora eres un vecino más de la calle Real de Utrera, ¡y qué buen palco tienes para ver pasar las cofradías! Las calles y las plazas son la memoria de la ciudad. Es justo y necesario honrar de esta forma a quienes vivieron dándolo todo por los demás, sirviendo al bien común desde diferentes facetas. Así, la inauguración de esta plaza no es sólo un homenaje a mi padre, sino a toda una generación de mujeres y hombres que, aún en tiempo difíciles, se afanaron por construir una sociedad mejor”.
Compartir un momento de felicidad
Fue el alcalde de Dos Hermanas quien cerró el acto, y lo hizo refiriéndose de forma muy cariñosa “a un vecino ilustre de nuestro pueblo”, recordando que cuando el director de la Coral le hizo esa petición, ”sin dudarlo le dije que lo llevaríamos a cabo porque era de justicia”, dedicándole finalmente una nueva plaza “que hemos puesto en valor para uso y disfrute de todos los vecinos en el corazón de nuestro pueblo… y para recordar lo bien y lo bueno que hizo Miguel por mucha gente”.
Secuencia gráfica del acto
REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL