La cántabra Julia Zambudio Pérez está considerada como una de las principales exponentes de un grupo de mujeres que han entrado con fuerza en el mundo de las carreras de caballos, llegando a convertirse a sus 23 años en una de las grandes jocketas del panorama en España, acumulando ya primeros puestos en numerosos grandes premios, incluido alguno de los que ha corrido en esta temporada en Dos Hermanas.
Este martes, 28 de Febrero, último día de la temporada de invierno en el Gran Hipódromo de Dos Hermanas, Julia Zambudio se encuentra a priori entre el ramillete de jockeys que aspiran de forma seria a conquistar el Gran Premio de Andalucía, con el que, de ser así, podría completar un periplo nazareno en el que ya tiene incluido el Memorial Javier Piñar Hafner, donde se impuso montando a ‘Sophie’s Watch’. “Esta prueba”, rezaba la crónica de la carrera disputada el pasado 19 de febrero, “celebrada sobre 1.800 metros en la pista de hierba y reservada para los tres años, tuvo como puntera a esta potra entrenada por Óscar Anaya y que no dejó la cabeza del lote hasta el espejo de meta”.
Una breve reseña que puede ser reflejo de ese espíritu rebelde que encarna esta jocketa, forjado en un mundo dominado por los hombres y que le acompaña desde que, por primera vez, y con apenas 8 años de edad, montara sobre un caballo en su Laredo natal. Por eso se ha convertido en una igual, gracias a ese espíritu indomable que le ha caracterizado y a un afán de superación que la ha elevado al estrellato.
Julia recuerda estos días que su afición por los caballos le vino por casualidad. En Laredo hay un centro de equitación, ‘El Regatón’, al que con esos inocentes 8 años llegó un buen día con sus tíos a dar un paseo junto con su hermana, “y desde ese mismo instante supe a qué me quería dedicar. Es más, desde entonces no me he bajado de un caballo hasta hoy. De hecho, ese mismo día, sin que yo me hubiera subido antes a un caballo, ya dejaba un espacio con el que iba delante para que el mío saliese galopando en su búsqueda”.
Ese galopar continuo que le perseguía hizo que comenzara a dar clases y a que Enrique Laredo la llevara a su cuadra y comenzara a darle caballos de carreras, hasta debutar como amazona gentleman en el año 2014 en el derbi de Laredo que se corre por la playa. “Nada, quedé atrás”, confiesa, pero fue un primer momento que, salvo simas que fueron apareciendo en algunos momentos, siempre fue en busca de las grandes cimas. “A partir de ahí estuve montando, no mucho, la verdad, y con caballos además sin opciones, porque se trata de un deporte mixto en el que normalmente se prefiere a los hombres y en el que las mujeres no teníamos entonces el sitio que ahora sí tenemos”.
En plena efervescencia, decidió dar un paso adelante y marcharse a la Escuela de Jockeys de París, donde permaneció durante unos cuatro años, pero sin encontrar tal vez la suerte que fue a buscar. “Recuerdo que todo el mundo me decía que era muy buena, pero a la hora de la verdad nadie me daba oportunidades”. Baja de ánimo, decidió entonces dejar las carreras. “Me cansé”, recuerda.
Así, cansada, sin correr, sólo yendo a entrenar algo por las mañanas, estuvo durante unos tres años, hasta que, gracias al descargo de un kilo que le pusieron a las mujeres, un entrenador y amigo de San Sebastián, Miguel Alonso, la convenció para que lo intentase de nuevo. “Aunque yo no quería, el caso es que fue volver y en un mes y medio gané dieciséis carreras”. Y desde ahí ha sido un no parar: ha batido el récord de victorias en un año como aprendiz, por encima incluso de los hombres; el año pasado ganó 37 carreras, batiendo un récord impensable que estaba antes en 27, ha ganado grandes premios y se ha convertido en la primera mujer con un contrato de montas, y, para propia satisfacción, con uno de los mejores propietarios españoles, el Marqués de Miraflores.
“Es muy importante lo que hemos conseguido las mujeres en este mundo de las carreras de caballos. Yo, sinceramente, siempre he dicho que las mujeres no ganamos por el descargo, porque al final es un kilo y los chicos descargan casi lo mismo, pero sí que es verdad que esto ha hecho que los entrenadores, en los casos en los que tienen caballos altos de peso, que normalmente son los mejores, pues les interese quitarles el peso, y así nos han empezado a dar oportunidades. De esta forma, hemos podido montar caballos que antes no los hubiésemos montado nunca. Y gracias a ello han empezado a ver que somos igual de competentes que los demás”.
En un mundo dominado de forma histórica por los hombres, y pese a lo “chocante” que le resultó el año pasado “porque siempre se quejaban de que era demasiado descargo y porque nunca nos tenían como a un rival igual”, a día de hoy cree que ya se están acostumbrando y que las cosas han cambiado.
Entre los premios y grandes premios que ha ganado, Julia recuerda algunos de forma especial, como los dos primeros que conquistó estando en la Categoría B, como fueron el Andrés Covarrubias y el Premio Hola, pero también el del Gran Critérium de San Sebastián o el Gran Premio Abcise, en Madrid, e incluso el Memorial Javier Piñar Hafner disputado este año en el Gran Hipódromo de Dos Hermanas.
Julia Zambudio reconoce que en España, el Hipódromo de Madrid es el más importante, estando en un segundo plano los de Dos Hermanas y San Sebastián, “pero creo que aquí en Dos Hermanas han mejorado mucho las cosas, se han subido los premios, se están corriendo grandes premios, y, si esto sigue así, en próximas temporadas seguro que vendrán más caballos. Nosotros, por ejemplo”, se refiere a la cuadra que entrena Christian Delcher, “nos hemos venido este año a hacer toda la temporada, algo que no ocurría desde hace años. Y el año que viene seguiremos, y, como nosotros, seguro que con más entrenadores”.
Este martes, 28 de Febrero, último día de la temporada de invierno en el Gran Hipódromo de Dos Hermanas, Julia Zambudio se encuentra a priori entre el ramillete de jockeys que aspiran de forma seria a conquistar el Gran Premio de Andalucía, con el que, de ser así, podría completar un periplo nazareno en el que ya tiene incluido el Memorial Javier Piñar Hafner, donde se impuso montando a ‘Sophie’s Watch’. “Esta prueba”, rezaba la crónica de la carrera disputada el pasado 19 de febrero, “celebrada sobre 1.800 metros en la pista de hierba y reservada para los tres años, tuvo como puntera a esta potra entrenada por Óscar Anaya y que no dejó la cabeza del lote hasta el espejo de meta”.
Una breve reseña que puede ser reflejo de ese espíritu rebelde que encarna esta jocketa, forjado en un mundo dominado por los hombres y que le acompaña desde que, por primera vez, y con apenas 8 años de edad, montara sobre un caballo en su Laredo natal. Por eso se ha convertido en una igual, gracias a ese espíritu indomable que le ha caracterizado y a un afán de superación que la ha elevado al estrellato.
Julia recuerda estos días que su afición por los caballos le vino por casualidad. En Laredo hay un centro de equitación, ‘El Regatón’, al que con esos inocentes 8 años llegó un buen día con sus tíos a dar un paseo junto con su hermana, “y desde ese mismo instante supe a qué me quería dedicar. Es más, desde entonces no me he bajado de un caballo hasta hoy. De hecho, ese mismo día, sin que yo me hubiera subido antes a un caballo, ya dejaba un espacio con el que iba delante para que el mío saliese galopando en su búsqueda”.
Ese galopar continuo que le perseguía hizo que comenzara a dar clases y a que Enrique Laredo la llevara a su cuadra y comenzara a darle caballos de carreras, hasta debutar como amazona gentleman en el año 2014 en el derbi de Laredo que se corre por la playa. “Nada, quedé atrás”, confiesa, pero fue un primer momento que, salvo simas que fueron apareciendo en algunos momentos, siempre fue en busca de las grandes cimas. “A partir de ahí estuve montando, no mucho, la verdad, y con caballos además sin opciones, porque se trata de un deporte mixto en el que normalmente se prefiere a los hombres y en el que las mujeres no teníamos entonces el sitio que ahora sí tenemos”.
En plena efervescencia, decidió dar un paso adelante y marcharse a la Escuela de Jockeys de París, donde permaneció durante unos cuatro años, pero sin encontrar tal vez la suerte que fue a buscar. “Recuerdo que todo el mundo me decía que era muy buena, pero a la hora de la verdad nadie me daba oportunidades”. Baja de ánimo, decidió entonces dejar las carreras. “Me cansé”, recuerda.
Así, cansada, sin correr, sólo yendo a entrenar algo por las mañanas, estuvo durante unos tres años, hasta que, gracias al descargo de un kilo que le pusieron a las mujeres, un entrenador y amigo de San Sebastián, Miguel Alonso, la convenció para que lo intentase de nuevo. “Aunque yo no quería, el caso es que fue volver y en un mes y medio gané dieciséis carreras”. Y desde ahí ha sido un no parar: ha batido el récord de victorias en un año como aprendiz, por encima incluso de los hombres; el año pasado ganó 37 carreras, batiendo un récord impensable que estaba antes en 27, ha ganado grandes premios y se ha convertido en la primera mujer con un contrato de montas, y, para propia satisfacción, con uno de los mejores propietarios españoles, el Marqués de Miraflores.
“Es muy importante lo que hemos conseguido las mujeres en este mundo de las carreras de caballos. Yo, sinceramente, siempre he dicho que las mujeres no ganamos por el descargo, porque al final es un kilo y los chicos descargan casi lo mismo, pero sí que es verdad que esto ha hecho que los entrenadores, en los casos en los que tienen caballos altos de peso, que normalmente son los mejores, pues les interese quitarles el peso, y así nos han empezado a dar oportunidades. De esta forma, hemos podido montar caballos que antes no los hubiésemos montado nunca. Y gracias a ello han empezado a ver que somos igual de competentes que los demás”.
En un mundo dominado de forma histórica por los hombres, y pese a lo “chocante” que le resultó el año pasado “porque siempre se quejaban de que era demasiado descargo y porque nunca nos tenían como a un rival igual”, a día de hoy cree que ya se están acostumbrando y que las cosas han cambiado.
Entre los premios y grandes premios que ha ganado, Julia recuerda algunos de forma especial, como los dos primeros que conquistó estando en la Categoría B, como fueron el Andrés Covarrubias y el Premio Hola, pero también el del Gran Critérium de San Sebastián o el Gran Premio Abcise, en Madrid, e incluso el Memorial Javier Piñar Hafner disputado este año en el Gran Hipódromo de Dos Hermanas.
Julia Zambudio reconoce que en España, el Hipódromo de Madrid es el más importante, estando en un segundo plano los de Dos Hermanas y San Sebastián, “pero creo que aquí en Dos Hermanas han mejorado mucho las cosas, se han subido los premios, se están corriendo grandes premios, y, si esto sigue así, en próximas temporadas seguro que vendrán más caballos. Nosotros, por ejemplo”, se refiere a la cuadra que entrena Christian Delcher, “nos hemos venido este año a hacer toda la temporada, algo que no ocurría desde hace años. Y el año que viene seguiremos, y, como nosotros, seguro que con más entrenadores”.
REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL