Año tras año, muchas familias nazarenas realizan la presentación de sus hijos, la mayoría de ellos recién nacidos, ante la Virgen de Valme, que es situada a los pies del altar mayor de la Parroquia de Santa María Magdalena, cumpliendo así con una tradición que se remonta al año 1989 con motivo de la Festividad de la Candelaria.
El espectáculo en la Parroquia de Santa María Magdalena cada 2 de febrero es increíble. Y es que presenciar el pasillo central de este templo y los laterales literalmente repletos de carritos, así como oír esas peculiares voces que suenan a inocencia o incluso algún que otro llanto, hace que se transforme todo en un ambiente que sólo provoca entre los mayores sonrisas de complacencia.
Pasados unos minutos las cinco y media de la tarde de este jueves, día 2 de febrero, el párroco de Santa María Magdalena, don Manuel Sánchez de Heredia, dio la bienvenida a todos, asegurando que cada familia traía “lo mejor de cada casa a la Virgen María. Presentamos a nuestros bebés para que la Virgen María los proteja, los guarde y les dé su valimiento en todas las circunstancias y en todo momento”. Y, poco después, uno a uno, comenzaran a ser llamados los 88 niños y niñas –algo menos que años anteriores- que se habían inscrito previamente para asistir a este acto.
Junto a la Protectora, don Manuel Sánchez de Heredia fue cogiendo uno a uno a todos los pequeños que acudieron con sus padres o abuelos, colocándolos ante la imagen, mientras que María Luisa Díaz, camarera de la Virgen, los cubría con el manto para que los protegiera y purificara. De esta forma se daba cumplimiento un año más a la celebración de la Festividad de la Candelaria, con la que se conmemora la Purificación de la Virgen María y la presentación del Niño Jesús en el Templo.
El espectáculo en la Parroquia de Santa María Magdalena cada 2 de febrero es increíble. Y es que presenciar el pasillo central de este templo y los laterales literalmente repletos de carritos, así como oír esas peculiares voces que suenan a inocencia o incluso algún que otro llanto, hace que se transforme todo en un ambiente que sólo provoca entre los mayores sonrisas de complacencia.
Pasados unos minutos las cinco y media de la tarde de este jueves, día 2 de febrero, el párroco de Santa María Magdalena, don Manuel Sánchez de Heredia, dio la bienvenida a todos, asegurando que cada familia traía “lo mejor de cada casa a la Virgen María. Presentamos a nuestros bebés para que la Virgen María los proteja, los guarde y les dé su valimiento en todas las circunstancias y en todo momento”. Y, poco después, uno a uno, comenzaran a ser llamados los 88 niños y niñas –algo menos que años anteriores- que se habían inscrito previamente para asistir a este acto.
Junto a la Protectora, don Manuel Sánchez de Heredia fue cogiendo uno a uno a todos los pequeños que acudieron con sus padres o abuelos, colocándolos ante la imagen, mientras que María Luisa Díaz, camarera de la Virgen, los cubría con el manto para que los protegiera y purificara. De esta forma se daba cumplimiento un año más a la celebración de la Festividad de la Candelaria, con la que se conmemora la Purificación de la Virgen María y la presentación del Niño Jesús en el Templo.
REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL
