La Hermandad de Valme de Dos Hermanas ha aprobado en la noche de hoy, durante un Cabildo Extraordinario celebrado a tal efecto, la solicitud realizada por el Cabildo de la Catedral de Sevilla para que su titular, la Virgen de Valme, forme parte de la procesión extraordinaria que tendrá lugar el próximo 25 de noviembre por el entorno de la seo hispalense y en la también estará presente la imagen de San Fernando.
[La Virgen de Valme, en la Catedral de Sevilla en el año 1948]
Esta salida procesional se enmarca dentro del programa de actos que el Cabildo catedralicio prepara para conmemorar el 775º aniversario de la restitución del culto cristiano en Sevilla. El itinerario se basará en el que cada año recorre la Virgen de los Reyes el 15 de agosto, por las gradas bajas de la Catedral, aunque con algunas modificaciones.
Cabe recordar que la venerada imagen ya formó parte, el 23 de noviembre de 1948, de la magna procesión de advocaciones fernandinas celebrada para conmemorar los 700 años de la recuperación de Sevilla para el cristianismo, invitada entonces por el cardenal Segura, quien promovió la celebración de numerosos actos y cultos en la ciudad con motivo de dicha efeméride, entre los que se incluyó también el Santo Entierro Grande.
La Hermandad y el Cabildo catedralicio, junto a la Delegación de Hermandades y Cofradías del Arzobispado de Sevilla, concretarán en los próximos meses la forma en que se podrá llevar a cabo el traslado de Nuestra Señora de Valme desde la Parroquia de Santa María Magdalena de Dos Hermanas, donde recibe culto, hasta la Santa Iglesia Catedral.
La devoción a la Virgen de Valme y su vínculo con Sevilla
[La Virgen de Valme, en la puerta de la Catedral en el año 1948]
La Virgen de Valme es una talla anónima de origen medieval, de las denominadas ‘fernandinas’ por su vinculación con Fernando III ‘El Santo’ y con la ciudad de Sevilla a lo largo de los siglos. Se trata de una de las imágenes marianas más bellas y con mayor devoción de las que se remontan al proceso repoblador de Andalucía a partir de la segunda mitad del siglo XIII. Su nombre proviene de la súplica ‘Váleme Señora’, pronunciada por el Santo Rey en los actuales terrenos del Cortijo de Cuarto –en el barrio de Bellavista– durante el asedio a Isbilia en 1248.
Según recogen autores como Diego Ortiz de Zúñiga, Leandro José de Flores o Fernán Caballero, al disponerse el monarca a lanzar el ataque definitivo para la reconquista de la ciudad, se encomendó a una pequeña imagen de la Virgen, de su particular devoción, con estas palabras: "Váleme, Señora, en esta empresa que acometí en nombre de Dios y gloria vuestra, y yo os ofreceré en este lugar el primer pendón que a los enemigos de España y de nuestra Santa Fe conquiste".
El 23 de noviembre de 1248, tras dieciséis meses de asedio, el rey castellanoleonés entró victorioso en la ciudad y, cumpliendo su promesa, en la cumbre del cerro de Cuartos, hizo labrar una capilla en la que entronizó la imagen de la Virgen que, en recuerdo de su invocación, se denominó “Valme”. A sus pies colocó el pendón conquistado al último rey moro de Sevilla, Axataf, el cual conserva actualmente la Hermandad, restaurado por los duques de Montpensier, y que, en estos días, se puede admirar en la sede central de la Fundación Cajasol, dentro de la exposición ‘Váleme Señora. 775 años de devoción entre Dos Hermanas y Sevilla’, que permanecerá abierta hasta el próximo 1 de febrero.
Esta muestra se enmarca dentro del programa de actos que la Hermandad de Valme está llevando a cabo en el Año Jubilar concedido por la Santa Sede con motivo del 50º aniversario de la coronación canónica de la Protectora de Dos Hermanas, y que concluirá el 8 de octubre, por lo que la procesión extraordinaria prevista por las calles de la capital hispalense para finales de noviembre supondrá un brillante colofón a esta conmemoración.
[La Virgen de Valme, en la Catedral de Sevilla en el año 1948]
Esta salida procesional se enmarca dentro del programa de actos que el Cabildo catedralicio prepara para conmemorar el 775º aniversario de la restitución del culto cristiano en Sevilla. El itinerario se basará en el que cada año recorre la Virgen de los Reyes el 15 de agosto, por las gradas bajas de la Catedral, aunque con algunas modificaciones.
Cabe recordar que la venerada imagen ya formó parte, el 23 de noviembre de 1948, de la magna procesión de advocaciones fernandinas celebrada para conmemorar los 700 años de la recuperación de Sevilla para el cristianismo, invitada entonces por el cardenal Segura, quien promovió la celebración de numerosos actos y cultos en la ciudad con motivo de dicha efeméride, entre los que se incluyó también el Santo Entierro Grande.
La Hermandad y el Cabildo catedralicio, junto a la Delegación de Hermandades y Cofradías del Arzobispado de Sevilla, concretarán en los próximos meses la forma en que se podrá llevar a cabo el traslado de Nuestra Señora de Valme desde la Parroquia de Santa María Magdalena de Dos Hermanas, donde recibe culto, hasta la Santa Iglesia Catedral.
La devoción a la Virgen de Valme y su vínculo con Sevilla
[La Virgen de Valme, en la puerta de la Catedral en el año 1948]
La Virgen de Valme es una talla anónima de origen medieval, de las denominadas ‘fernandinas’ por su vinculación con Fernando III ‘El Santo’ y con la ciudad de Sevilla a lo largo de los siglos. Se trata de una de las imágenes marianas más bellas y con mayor devoción de las que se remontan al proceso repoblador de Andalucía a partir de la segunda mitad del siglo XIII. Su nombre proviene de la súplica ‘Váleme Señora’, pronunciada por el Santo Rey en los actuales terrenos del Cortijo de Cuarto –en el barrio de Bellavista– durante el asedio a Isbilia en 1248.
Según recogen autores como Diego Ortiz de Zúñiga, Leandro José de Flores o Fernán Caballero, al disponerse el monarca a lanzar el ataque definitivo para la reconquista de la ciudad, se encomendó a una pequeña imagen de la Virgen, de su particular devoción, con estas palabras: "Váleme, Señora, en esta empresa que acometí en nombre de Dios y gloria vuestra, y yo os ofreceré en este lugar el primer pendón que a los enemigos de España y de nuestra Santa Fe conquiste".
El 23 de noviembre de 1248, tras dieciséis meses de asedio, el rey castellanoleonés entró victorioso en la ciudad y, cumpliendo su promesa, en la cumbre del cerro de Cuartos, hizo labrar una capilla en la que entronizó la imagen de la Virgen que, en recuerdo de su invocación, se denominó “Valme”. A sus pies colocó el pendón conquistado al último rey moro de Sevilla, Axataf, el cual conserva actualmente la Hermandad, restaurado por los duques de Montpensier, y que, en estos días, se puede admirar en la sede central de la Fundación Cajasol, dentro de la exposición ‘Váleme Señora. 775 años de devoción entre Dos Hermanas y Sevilla’, que permanecerá abierta hasta el próximo 1 de febrero.
Esta muestra se enmarca dentro del programa de actos que la Hermandad de Valme está llevando a cabo en el Año Jubilar concedido por la Santa Sede con motivo del 50º aniversario de la coronación canónica de la Protectora de Dos Hermanas, y que concluirá el 8 de octubre, por lo que la procesión extraordinaria prevista por las calles de la capital hispalense para finales de noviembre supondrá un brillante colofón a esta conmemoración.
REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL