El
acto contó con la presencia de varios miembros del gobierno local como Lourdes
López, delegada de Bienestar Social, Juan Antonio Vilches, delegado de hacienda
y Participación Ciudadana, y Juan Pedro Rodríguez, delegado de Juventud, Salud y
Consumo.
Lourdes
López fue la encargada de leer una proclama, en la que se indicaba que “el porcentaje
de población joven que declara haber padecido problemas de salud mental con
mucha frecuencia ha pasado del 6,2% en 2017 al 15,9% en 2021”, y que este “se trata
de un grupo de la población al que no se suele prestar demasiada atención en
materia de salud mental”.
La
proclama continuaba expresando que “se debe incrementar la inversión para
promocionar el bienestar psicológico y emocional de las personas más jóvenes, y
que se desarrolle una atención de calidad, asequible y a tiempo”, además de “promover
el empleo juvenil y la lucha contra la precariedad laboral que impide a las
personas jóvenes comenzar su proyecto de vida, con el consecuente impacto en su
salud mental”.
Por
otra parte, se solicitaba “la creación de una estrategia a nivel estatal que
permita articular los mecanismos de prevención y actuación necesarios para
abordar y prevenir los abusos sexuales a menores, así como el acoso escolar o
ciberbullying, o la soledad no deseada”.
Por
último, incidía en la concienciación y se invitaba a la ciudadanía “a que
participen en las actividades con las que se conmemorará el Día Mundial de la
Salud Mental de este año 2022 con el ánimo de cuidar la salud mental de las
personas más jóvenes, y por tanto, de quienes representan nuestro futuro”.
En
primera persona
María
Dolores González, usuaria del proyecto que Asaenes está llevando a cabo en Dos
Hermanas desde el mes de junio, procedió a la lectura de un manifiesto escrito
en primera persona en el que se pedía a la sociedad en general “una lectura
sincera y exigente de los Derechos Humanos, y de los valores que lo sustentan,
como son la igualdad de oportunidades y la no discriminación”.
Asimismo,
González indicó algunos datos sobre la salud mental, ya que 1 de cada 7 jóvenes
entre 10 y 19 años padece algún tipo de trastorno mental, o que 9 de cada 100
jóvenes experimentó ideas de suicidio “continuamente o con mucha frecuencia”.
Además,
abogó por una “mayor coordinación entre los ámbitos sanitario y educativo, para
una perspectiva múltiple e integradora”. Igualmente echaba en falta “una
educación emocional que prepare a la persona joven a la frustración, en esta
sociedad de la imagen, individualista y competitiva”.
“En definitiva, tenemos que transformar los síntomas de tristeza, del cansancio, de la apatía o de la ansiedad, en emociones como la esperanza o la ilusión. Y para que la vida sea, ante todo, un lugar para vivir”.