El alcalde de Dos
Hermanas, Francisco Rodríguez, intervino en el día de ayer en la Junta General
Extraordinaria de Emasesa, junto a los alcaldes de todas las localidades
abastecidas por la empresa metropolitana, para tratar sobre la hoja de ruta a
seguir durante el Estado de Alerta ante la falta de precipitaciones y, por
tanto, el agravamiento de la situación de sequía.
La reunión ha contado con
la presencia del secretario de Estado de Medio Ambiente del Ministerio para la
Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Hugo Morán, quien previamente había
mantenido un encuentro de trabajo con ellos para analizar la coyuntura en la
cuenca del Guadalquivir y, específicamente, la del conjunto del área
metropolitana suministrada por Emasesa.
Sobre este asunto, el
Alcalde de Dos Hermanas ha aclarado que
“desde Emasesa debemos abordar la preocupante situación que vivimos de
sequía provocada por la falta de precipitaciones. Debido a las importantes
inversiones realizadas durante estos años para mejorar la red de almacenamiento
y abastecimiento de agua estamos enfrentando esta situación mejor que otras
zonas del país. Pero debido a la situación actual y a las malas previsiones con
las que contamos, desde Emasesa nos vemos obligados a adoptar medidas, que si
bien no supondrán cortes de suministros, nos permitan obtener un ahorro
adicional de agua. Por lo que pedimos además que entre todas y todos adoptemos
medidas de ahorro en nuestros hogares que favorezcan un uso responsable de un
bien tan preciado y escaso como es el agua”, ha puntualizado.
Tras el verano y como
apuntaban las predicciones, el nivel de los embalses que abastecen a Sevilla y
su área metropolitana ha descendido a niveles que ya rozan la situación de
alerta por sequía, de ahí la necesidad de que los ayuntamientos preparen
conjuntamente los siguientes pasos a dar en consonancia con el Plan de
Emergencia ante Situaciones de Sequía de Emasesa (PEM).
Así, el presente año
hidrológico, que se cierra el 30 de septiembre, está siendo el peor de la
última década. Si se suma el déficit hídrico de 115 hm³ del año 2020-21 y los
175 hm³ del periodo 2019-20, la conclusión es que, en el acumulado de los tres
últimos años, el sistema ha recibido las mismas aportaciones que en la sequía
del periodo 1991-95. En estos momentos los embalses de Emasesa están al 42 por
ciento de su capacidad, lo que equivale a 269,44 hectómetros cúbicos (en 2018
eran 641). El Plan de Emergencia ante Situaciones de Sequía de Emasesa
establece que el umbral de alerta se encuentra en los 268 hectómetros cúbicos.
Desde Emasesa se ha
realizado un esfuerzo en eficiencia hídrica desde hace años que, junto con la
colaboración ciudadana, ha redundado en una reducción del consumo doméstico
unitario de más del 30 por ciento con respecto a 1995. Esto, sumado a la puesta
en servicio del embalse de Melonares, ha permitido superar la escasez de
aportaciones en los últimos tres años (equiparables a la sequía del 91-95) sin
que el servicio a los ciudadanos y al tejido empresarial se haya visto afectado
hasta el momento.
La empresa metropolitana
de aguas también está inmersa en un proceso de transformación digital que
equivale a más eficiencia y a un mejor servicio. En el marco de la sequía, por
ejemplo, posibilitará ajustar los consumos mediante contadores inteligentes a
través de inversiones que ascienden a 14 millones de euros, lo que redundará en
mayor capacidad de resiliencia. La digitalización permitirá, asimismo, la
modernización de todos los sistemas: desde la aducción, el tratamiento y la
gestión inteligente de la red, a la tele lectura y la robotización de las
instalaciones. Actualmente se trabaja, además, en alcanzar acuerdos de
colaboración con el sector agrícola para, en caso de necesidad, poder disponer
de aportaciones externas al sistema que garanticen el abastecimiento urbano a
cambio de compensaciones, cuestión para la que ya se ha pedido apoyo tanto a la
Confederación Hidrográfica del Guadalquivir como en el día de hoy al
Ministerio.
Ante este escenario, en
la Junta Extraordinaria de Emasesa se ha acordado la inminente activación del
Estado de Alerta por Sequía. Se formalizará a través de bando municipal a
partir del próximo 3 de octubre, cuando, a tenor de las predicciones
meteorológicas, se prevé que las reservas de agua en los embalses estén por
debajo del umbral de los 268 hm3. La fase de alerta implica la publicación de
bandos municipales en los respectivos ayuntamientos en los que se insta a todos
los ciudadanos, organismos, empresas y demás colectivos sociales a un uso
racional, responsable y solidario. Las prohibiciones entrarán en vigor cuando
se publiquen los bandos en la primera semana de octubre.
Con esta medida se
persigue alargar las existencias de agua y evitar los tradicionales cortes en
el suministro que se han tenido que aplicar en anteriores sequías, de manera
que no afecte al consumo humano y se garantice la actividad de las empresas.
Ello, sumado a la campaña de concienciación de ahorro de agua y al esfuerzo
inversor por parte de Emasesa en la transformación digital de la gestión del
agua, pretende conseguir más eficiencia y alcanzar el objetivo de reducir el
consumo de agua a 90 litros por persona y día. Desde la declaración de
prealerta, el consumo ya se ha reducido un 3 por ciento (en Estado de Prealerta
se marca el objetivo de un 2% y en Estado de Alerta un 5%).
Qué se prohíbe
Prohibición del uso de
agua potable (no se incluye el agua de pozo) en los siguientes supuestos:
- Riego de jardines, praderas, árboles, zonas
verdes y deportivas, de carácter público y privado
- Riego o baldeo de
viales, calles, sendas y aceras, de carácter público y privado
- Llenado de piscinas,
estanques y fuentes, privadas o públicas, que no tengan en funcionamiento un
sistema de recuperación o circuito cerrado.
- Fuentes para consumo
humano que no dispongan de elementos automáticos de cierre
- Lavado con manguera de
toda clase de vehículos, salvo si la limpieza la efectúa empresa dedicada a
esta actividad
- Instalaciones de
refrigeración y acondicionamiento que no tengan sistema de recuperación o
circuito cerrado.
Las actuales reservas
equivalen a un año y medio de suministro incluso en el peor de los escenarios,
sin embargo, los meses de otoño y primavera suelen registrar precipitaciones
que podrían mejorar las perspectivas y alargar las reservas.