Disponer de un jardín o espacio abierto en el hogar aporta numerosas ventajas. Además de la gran cantidad de actividades que se pueden realizar, los jardines aumentan el valor económico de la vivienda. Por ello, muchas familias invierten en la mejora estructural del jardín.
A la hora de obtener un espacio dinámico y funcional, existen numerosos factores que se deben tener en cuenta. Las horas de luz, el clima de la zona o el espacio físico disponible influirán en los objetos y muebles que se adquieran. Pese a ello, algunos objetos como las tumbonas de jardín o las mesillas pueden ubicarse en prácticamente todos los espacios.
Mejorar el jardín sin realizar una reforma
Cuando hablamos de obtener un espacio ideal de jardín no nos referimos a invertir miles de euros en una gran reforma. Dependiendo del presupuesto con el que contemos, existen multitud de opciones para mejorar el estado final del jardín y aprovechar cada uno de sus rincones.
1. Busca lo que necesites
Un jardín ideal es aquel destinado al uso individual o colectivo de las personas que habitan la vivienda. En este sentido, no existe un único jardín perfecto, ya que las familias distan enormemente unas de otras. Por esta razón, a la hora de mejorar el espacio exterior de la vivienda, debemos considerar qué usos le daríamos o qué actividades haríamos en el exterior si tuviésemos los recursos para ello.
En verano, numerosas familias apuestan por la adquisición de una piscina, aunque tampoco faltan quienes instalan mesas y sillas, tumbonas o pérgolas. La idea principal es la de construir un jardín adaptado a las necesidades familiares.
2. Separación de espacios
Los jardines prácticos y acogedores se caracterizan por disponer de ciertas áreas de trabajo bien diferenciadas. En este sentido, algunos espacios cuentan con un rincón destinado al huerto, otro espacio con un pequeño parque para niños, un área con mesas y sillas como lugar recreativo… Obviamente, ello dependerá del uso que queramos dar al jardín y las dimensiones de este.
En cualquier caso, algunas opciones interesantes de separación pueden obtenerse mediante la utilización de baldosas, diferenciación mediante vegetales (macetas, plantas cultivadas…) o la distribución de paneles de valla, que permiten obtener una visión geométricamente diferenciada.
3. Espacio acogedor
Se entiende por espacio acogedor aquel lugar en el que los inquilinos se sienten llamados a permanecer, donde realizan actividades en plena comodidad y experimentan tranquilidad por el mero hecho de ubicarse en él. En un jardín, el ambiente acogedor vendrá determinado por factores como la temperatura exterior, la comodidad de los muebles y la presencia de elementos como plantas o luces que permitan permanecer en el espacio al anochecer.
Las plantas pueden ubicarse en macetas o cultivarse en la propia tierra. Pese a ello, es importante que llevemos a cabo una búsqueda de las condiciones climáticas para dichas especies, ya que en algunos casos estas pueden marchitarse fácilmente. Con respecto a las luces, la instalación de guirnaldas, luces indirectas o velas aporta la calidez necesaria para obtener un jardín idílico.
Además, otros objetos que los decoradores utilizan para los espacios exteriores pasan por cojines, mantas, pérgolas o toldos.
A la hora de obtener un espacio dinámico y funcional, existen numerosos factores que se deben tener en cuenta. Las horas de luz, el clima de la zona o el espacio físico disponible influirán en los objetos y muebles que se adquieran. Pese a ello, algunos objetos como las tumbonas de jardín o las mesillas pueden ubicarse en prácticamente todos los espacios.
Mejorar el jardín sin realizar una reforma
Cuando hablamos de obtener un espacio ideal de jardín no nos referimos a invertir miles de euros en una gran reforma. Dependiendo del presupuesto con el que contemos, existen multitud de opciones para mejorar el estado final del jardín y aprovechar cada uno de sus rincones.
1. Busca lo que necesites
Un jardín ideal es aquel destinado al uso individual o colectivo de las personas que habitan la vivienda. En este sentido, no existe un único jardín perfecto, ya que las familias distan enormemente unas de otras. Por esta razón, a la hora de mejorar el espacio exterior de la vivienda, debemos considerar qué usos le daríamos o qué actividades haríamos en el exterior si tuviésemos los recursos para ello.
En verano, numerosas familias apuestan por la adquisición de una piscina, aunque tampoco faltan quienes instalan mesas y sillas, tumbonas o pérgolas. La idea principal es la de construir un jardín adaptado a las necesidades familiares.
2. Separación de espacios
Los jardines prácticos y acogedores se caracterizan por disponer de ciertas áreas de trabajo bien diferenciadas. En este sentido, algunos espacios cuentan con un rincón destinado al huerto, otro espacio con un pequeño parque para niños, un área con mesas y sillas como lugar recreativo… Obviamente, ello dependerá del uso que queramos dar al jardín y las dimensiones de este.
En cualquier caso, algunas opciones interesantes de separación pueden obtenerse mediante la utilización de baldosas, diferenciación mediante vegetales (macetas, plantas cultivadas…) o la distribución de paneles de valla, que permiten obtener una visión geométricamente diferenciada.
3. Espacio acogedor
Se entiende por espacio acogedor aquel lugar en el que los inquilinos se sienten llamados a permanecer, donde realizan actividades en plena comodidad y experimentan tranquilidad por el mero hecho de ubicarse en él. En un jardín, el ambiente acogedor vendrá determinado por factores como la temperatura exterior, la comodidad de los muebles y la presencia de elementos como plantas o luces que permitan permanecer en el espacio al anochecer.
Las plantas pueden ubicarse en macetas o cultivarse en la propia tierra. Pese a ello, es importante que llevemos a cabo una búsqueda de las condiciones climáticas para dichas especies, ya que en algunos casos estas pueden marchitarse fácilmente. Con respecto a las luces, la instalación de guirnaldas, luces indirectas o velas aporta la calidez necesaria para obtener un jardín idílico.
Además, otros objetos que los decoradores utilizan para los espacios exteriores pasan por cojines, mantas, pérgolas o toldos.
