Lucía Bocanegra y Hartta han creado Un paraíso artificial, una obra en la que han realizado una profunda investigación en las artes y en sus distintas expresiones para poder recrear y transmitir un viaje de evasión desconocido para muchos. El Teatro de La Villa en La Rinconada ha sido el primer espacio que ha acogido una primera muestra de esta obra que se estrenará posiblemente en el 2022.
Han sido meses de ensayos en los que se ha profundizado en la renovación de la danza contemporanea a través de propuestas de investigación e improvisaciones acompañadas de música electrónica en directo. El objetivo de este proceso ha sido la búsqueda de la disponibilidad del cuerpo y la alteración de los sentidos para integrar las cuestiones dramatúrgicas de la pieza en proceso como la evasión, la necesidad de elevación y la libertad de sentir y compartir un latido común.
Con la puesta en escena de esta obra se ha intentado satisfacer la necesidad de mostrar algo que no se quiere ver o que se considera un tabú, "danza por disfrute o celebración", celebración y unión dentro de una comunidad para llegar a algo más.
Se ha pretendido mostrar un viaje a través de las propias experiencias y de los sentimientos que les han trasladado personas anónimas. Los creadores de esta obra destacron que "la improvisación estará presente en todo momento en el escenario aunque se mantendrá siempre una estructura como referencia y la cultura de la música, de la rave y de los ritos satánicos como instrumentos para la búsqueda de la elevación".
El proyecto conseguió avanzar tras una convocatoria de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales (ÁGORA)y durante este proceso el grupo inicial se fue reajustando hasta limitarse a los artistas que representaron la muesta en el Teatro de La Villa en La Rinconada. Los creadores de Un paraíso artificial intentarán mostrar y normalizar en la obra completa la rutina de muchas personas que toman café, viajan, salen de rave y bailan libremente dejándose llevar por las sensasciones y la evasión.
Han sido meses de ensayos en los que se ha profundizado en la renovación de la danza contemporanea a través de propuestas de investigación e improvisaciones acompañadas de música electrónica en directo. El objetivo de este proceso ha sido la búsqueda de la disponibilidad del cuerpo y la alteración de los sentidos para integrar las cuestiones dramatúrgicas de la pieza en proceso como la evasión, la necesidad de elevación y la libertad de sentir y compartir un latido común.
Con la puesta en escena de esta obra se ha intentado satisfacer la necesidad de mostrar algo que no se quiere ver o que se considera un tabú, "danza por disfrute o celebración", celebración y unión dentro de una comunidad para llegar a algo más.
Se ha pretendido mostrar un viaje a través de las propias experiencias y de los sentimientos que les han trasladado personas anónimas. Los creadores de esta obra destacron que "la improvisación estará presente en todo momento en el escenario aunque se mantendrá siempre una estructura como referencia y la cultura de la música, de la rave y de los ritos satánicos como instrumentos para la búsqueda de la elevación".
El proyecto conseguió avanzar tras una convocatoria de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales (ÁGORA)y durante este proceso el grupo inicial se fue reajustando hasta limitarse a los artistas que representaron la muesta en el Teatro de La Villa en La Rinconada. Los creadores de Un paraíso artificial intentarán mostrar y normalizar en la obra completa la rutina de muchas personas que toman café, viajan, salen de rave y bailan libremente dejándose llevar por las sensasciones y la evasión.
AMPARO VEGA / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: AMPARO VEGA
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