Dos Hermanas Diario Digital se
hace eco en su Buzón del Lector del artículo remitido por la
ONG Antaris Dos Hermanas, en el que se hace eco de “una de las pandemias del
siglo XXI”, la adicción al juego. Si lo desea, puede escribir a
doshermanasdiariodigital@gmail.com exponiendo su queja, comentario o
sugerencia, e incluso acompañarla también de alguna fotografía.
La ciudadanía no es
consciente del coste social, familiar y personal que está suponiendo la
adicción al juego. Desde ANTARIS queremos informar del cada vez mayor número de
personas afectadas que acuden a tratamiento, y que no son más que un pequeño
porcentaje del total, debido a que los Centros de Adicciones son percibidos por
lo general como Centros donde se tratan dependencias a drogas y no a adicciones
comportamentales como son el juego o a las redes sociales.
Queremos advertir de la
gravedad de la adicción al juego, ya que estimula los sistemas cerebrales de
recompensa al igual que las drogas y el alcohol, llevando a la persona a perder
el control sobre su voluntad, introduciéndose en un proceso de deterioro personal,
familiar, económico y de salud que requiere un tratamiento especializado para
su recuperación. Los síntomas más habituales que suele presentar una persona
con adicción al juego son: la necesidad de apostar cada vez mayores cantidades
de dinero para conseguir la excitación deseada (“el placer de jugar”),
nerviosismo, irritabilidad cuando intenta reducir o abandonar la conducta,
fracasos repetidos cuando intenta controlarse, sus pensamientos están centrados
en episodios pasados o futuros de juego, utiliza el juego para evitar el
malestar psicológico (depresión, ansiedad, etc.) aunque estos síntomas aumentan
ante las pérdidas, volviendo a jugar para recuperar el dinero perdido, miente
para ocultar la gravedad de su adicción, abandona actividades esenciales para
la vida diaria (trabajo, estudios, etc.)
y desatiende las relaciones personales y sociales.
Existen diferencias
relacionadas con el género, como son que las mujeres con mayor frecuencia,
utilizan el juego como forma de escapar de problemas o malestar psicológico y
los hombres tienden a realizar un mayor número de actos ilegales para poder
financiar el juego.
Queremos denunciar que el
juego no aporta nada a quienes juegan, aporta muy poco a la sociedad (vía
impuestos cada vez más bajos y normalmente en sedes impositivas de paraísos
fiscales) y aporta mucho a las empresas del juego. Las casas de apuestas
proliferan cada vez con mayor frecuencia, sobre todo en zonas donde la
población tiene menor poder adquisitivo y mayor grado de vulnerabilidad. Es intolerable
la frecuente cercanía a Centros Educativos donde menores de edad se inician
debido a la permisividad en cuanto al acceso a este tipo de locales.
Si hasta hace poco tiempo
todo esto ha supuesto un enorme problema, últimamente se ha visto muy agravado
por la llegada del juego online. Esta modalidad implica inmediatez, facilidad
de acceso, un mayor aislamiento y un bombardeo continuo de publicidad en medios
de comunicación y redes sociales, así como mediante el patrocinio de equipos
deportivos y personas famosas, información a la que tienen acceso menores de
edad que es la población más vulnerable para adquirir una adicción.
Aquellas personas que se
hayan visto identificadas con los síntomas descritos, le aconsejamos que acudan
a cualquier recurso de la Red Pública de Adicciones donde le indicarán las
pautas a seguir. Es recomendable registrarse en el “Registro General de
Interdicciones de Acceso al Juego” (RGIA), que es un documento de carácter
oficial que impide tanto el acceso a juego presencial como juego online.
Reivindicamos que existan programas específicos de prevención de adicciones sin sustancia, en especial al juego y al uso abusivo de internet, redes sociales y medios digitales. Es esencial promover la regulación del mercado del juego que proteja la salud de las personas, sobre todo de la población más vulnerable y menores.