Me gusta la sencillez, la plenitud, los instantes de libertad, de tranquilidad, de paz. Me gusta cuando me separo del grupo y me invado en mi mundo, me siento y contemplo todo lo que la vida me regala en cada suspiro, en cada amanecer o en cada atardecer, como en este preciso instante.
Quienes me siguen en estas Palabras al aire me conocen de sobra en ese sentido: soy un alma inquieta pero insegura en muchos ámbitos de la vida. Tantas dudas –o, más bien, tantas preguntas– sin responder o con millones de respuestas de golpe.
A veces me viene todo por sorpresa y me pilla despistada, sin un plan B para seguir. Pero permitidme deciros que así es la vida: caprichosa e inesperada. Te sorprende, te paraliza, te llena de vida y, a veces, en plena tormenta sientes que te la quita.
Quería compartir esta fotografía porque en el momento de hacerla tenía la mente y el alma por mis galaxias y el cuerpo en aquel espectacular lugar. Estaba lidiando con mi lucha interna, recordándome una vez más que puedo: que ayer pude y que mañana podré. Que cuesta, sí, pero los límites nos los ponemos nosotros mismos. Y, qué queréis que os diga, no soy de límites: me gusta abrir mis alas y volar más allá de lo imposible.
Quienes me siguen en estas Palabras al aire me conocen de sobra en ese sentido: soy un alma inquieta pero insegura en muchos ámbitos de la vida. Tantas dudas –o, más bien, tantas preguntas– sin responder o con millones de respuestas de golpe.
A veces me viene todo por sorpresa y me pilla despistada, sin un plan B para seguir. Pero permitidme deciros que así es la vida: caprichosa e inesperada. Te sorprende, te paraliza, te llena de vida y, a veces, en plena tormenta sientes que te la quita.
Quería compartir esta fotografía porque en el momento de hacerla tenía la mente y el alma por mis galaxias y el cuerpo en aquel espectacular lugar. Estaba lidiando con mi lucha interna, recordándome una vez más que puedo: que ayer pude y que mañana podré. Que cuesta, sí, pero los límites nos los ponemos nosotros mismos. Y, qué queréis que os diga, no soy de límites: me gusta abrir mis alas y volar más allá de lo imposible.
MERCEDES OBIES