Apelando a su condición
de máxima dirigente del estandarte del waterpolo regional, un CW Dos Hermanas
PQS que puede presumir de ser el único club andaluz con dos equipos en ligas
nacionales, Ana Aretxabaleta valora lo sucedido hasta el momento en la
temporada. Aunque condicionada por el Covid-19, el trabajo en la sombra y el
afán de superación le permiten alzar la vista para vislumbrar un exitoso
desenlace del curso.
Dejamos
atrás un año atípico para mirar al frente…
Ha sido un año diferente,
desde luego. Lo que empezó como un confinamiento de unas semanas se ha
convertido en casi un año, y aún no sabemos cuándo recuperaremos la normalidad.
Hemos empezado la temporada igual que la acabamos, llenos de incertidumbre,
pero con ganas de seguir.
La temporada pasada se
quedó a medias y lo que intentamos de mayo a julio fue que los jugadores y
jugadoras llegaran al nivel que tenían antes de que se parara todo. El objetivo
esta temporada es diferente, porque la idea es poder celebrar todas las
competiciones a pesar de los parones que estamos sufriendo continuamente.
Pero
si algo ha demostrado esta situación tan especial es la capacidad de superación.
Desde luego. En ningún
momento nos hemos dejado arrastrar por la situación adversa y cambiante a la
que nos encontramos. El inicio de temporada, a pesar del Covid, fue bastante
bueno y pudimos hacer una pretemporada sin grandes contratiempos, pero desde el
mes de octubre vamos adaptándonos a las circunstancias cambiantes que nos
afectan a las horas de entrenamiento, a las edades de los grupos de
entrenamientos, a los desplazamientos…
No
queda otra que adaptarse a la situación.
Las normativas cambian
prácticamente cada dos semanas, lo que genera mucha incertidumbre, tanto para
el club como para los deportistas. Pero a pesar de todo, ahí seguimos,
adaptándonos poco a poco a una nueva normalidad que parece que le está costando
llegar.
La
filosofía de la entidad no ha cambiado: cantera y cantera, promoción del
waterpolo desde la base.
Siempre hemos sido un
club que apuesta por la cantera; sin ella no hay futuro a medio y largo plazo
para el Club. Pero este año nos está costando. Las continuas modificaciones de
la normativa autonómica como consecuencia del Covid, que afectan sobre todo a
los menores de 16 años, nos están haciendo mucho daño en el trabajo de base. En
estos momentos, los menores de 16 años únicamente pueden entrenarse hasta las
18 horas, lo cual nos da un margen de 1-2 horas para que puedan trabajar
benjamines, alevines, infantiles y cadetes. Esto al final se traduce en que
tenemos que entrenar a los más pequeños en seco y en el parque antes de las 18
horas, ya que no disponemos de ninguna instalación cerrada en la que puedan
hacer físico.
En
este sentido, el objetivo principal es la formación, pero sin renunciar a la
élite.
Como he dicho antes, para
tener futuro tenemos que formar niños y niñas desde muy pequeños. Sin embargo,
la crisis en la que estamos inmersos va a traer años complicados. En nuestro
caso, el Club se nutre de los jugadores de las escuelas municipales de natación
y waterpolo, pero estas llevan paradas desde el mes de marzo de 2020, lo que se
traduce en que llevamos un año sin poder captar nuevos jugadores y jugadoras, y
eso es mucho tiempo. A la larga, si no lo gestionamos bien se traducirá en una
generación deportiva vacía.
Las
chicas de Primera Nacional están asumiendo galones con el paso de las jornadas.
El equipo femenino sigue
siendo bastante joven, pero lo cierto es que estas jugadoras ya llevan varias
temporadas en Primera y va siendo hora de que den el saltito de calidad que les
falta y empiecen a ganar partidos. Tenemos un equipo competitivo y con nivel
para estar en lo alto de la tabla. Somos conscientes de que algo está fallando,
porque no acabamos de encontrar el triunfo. Es cuestión de tiempo que cambie la
racha.
En
Segunda Nacional masculina, con otro jovencísimo equipo y sin riesgo de
descenso, se trata de sembrar para recoger luego.
Este equipo es sin duda
el que más cambios ha sufrido, ya que la mitad de los jugadores de la temporada
pasada han desaparecido y se ha apostado por jugadores cadetes y juveniles. Los
resultados ahora mismo no le están acompañando, pero jornada a jornada se ve la
buena evolución que está teniendo el equipo y antes o después los resultados
llegarán.
Saber que no hay
descensos para ninguno de los dos equipos de nacional da cierta tranquilidad,
pero a pesar de eso a nadie le gusta perder jornada tras jornada, así que
seguiremos luchando por ganar cuantos más partidos mejor.
Y
fuera de la piscina también se han obtenido logros en forma de nuevo
patrocinador.
Hemos tenido la gran
suerte de que PQS haya creído en nuestro proyecto y haya decidido ser nuestro
patrocinador las dos próximas temporadas. Que una empresa de esta magnitud
vinculada al mundo de las piscinas y con tradición nazarena haya realizado esta
apuesta por el waterpolo es de agradecer. Además, PQS nos da la tranquilidad
necesaria para seguir trabajando en nuestro proyecto. Sólo espero que sigan
confiando en el Club Waterpolo Dos Hermanas muchos años y su apuesta sea un
estímulo para otras empresas y firmas a la hora de patrocinar el deporte base.
Insisto: muchas gracias.
Lo
que está claro es que en Dos Hermanas hay waterpolo para rato.
Eso, siempre. Somos un
club luchador y este año atípico lo estamos demostrando más que nunca. A pesar
de las extrañas circunstancias en que estamos entrenando y compitiendo,
seguimos teniendo equipos masculinos y femeninos en todas las categorías.
Aunque
ya pasaron los Reyes Magos, ¿un deseo para 2021?
Mi principal deseo es que por fin desaparezca el Covid y podamos recuperar la vida normal como la conocíamos antes. A nivel deportivo, sólo deseo que sigamos creciendo, porque solamente así llegarán los éxitos y volveremos a lo más alto del waterpolo nacional.