La Policía Nacional detiene
a cinco pederastas, y recibe declaración a otros dos en calidad de investigados,
por tenencia e intercambio de pornografía infantil. Las detenciones se han
llevado a cabo en Sevilla, Dos Hermanas y Herencia, donde se han practicado siete
registros domiciliarios incautándose más de 6.000 archivos, así como gran
cantidad material informático y telefonía móvil.
Las gestiones policiales
se iniciaron como consecuencia de los constantes “Ciberpatrullajes” que los
agentes especializados en delincuencia tecnológica, llevan a cabo para detectar
y detener la proliferación de pornografía infantil en la red.
Operación “Perkes”
En concreto el Grupo de
Protección al Menor de la Unidad Central de Ciberdelincuencia junto con el
Grupo de Delitos Tecnológicos y Contra la Propiedad Industrial e Intelectual de
Sevilla, aunaron sus esfuerzos en este operativo denominado “Perkes”,
localizando, mediante la utilización de aplicaciones informáticas, a los
usuarios que se encontraban compartiendo y por lo tanto, distribuyendo a través
de Internet, diferentes archivos de imagen y video de contenido pornográfico
infantil.
Como resultado de la
investigación se identificaron hasta siete direcciones IP, geolocalizadas en
Sevilla y su provincia, desde donde se estaban distribuyendo los archivos pedófilos.
Culminando con la práctica de un total de siete registros en la capital
andaluza, Dos Hermanas y Herencia (Ciudad Real), donde se han intervenido más
de 6000 archivos de contenido pedófilo, un gran número de teléfonos móviles,
ordenadores, discos duros, tabletas y memorias USB.
A los cinco detenidos se
les imputan los delitos de tenencia y distribución de pornografía infantil,
todos carecían de antecedentes policiales y ya pasaron a disposición de la
Autoridad Judicial.
Pedófilos al otro lado de
la pantalla
La Policía Nacional recuerda el riesgo que supone para los más jóvenes realizar cualquier tipo de acto con contenido sexual frente a sus ordenadores o teléfonos móviles, ya que pierden el control del material que graban desde el momento en el que lo envían a personas que creen de su confianza y que, en no pocas ocasiones, resultan ser pedófilos que se hacen pasar por menores de edad.