Revolcón de emociones. De subidas y bajadas. De distancia que separa pero une más de lo que se puede imaginar. Mundo repleto de miedo, de apostar poco. De vivir rápido y sentir despacio. Tú y yo. Sin miedos. Arriesgando. Lanzándonos. Dejándonos ser el uno con el otro. Mientras, la vida con su manía de ponérnoslo más complicado de lo que ya es.
Seguimos. Sumamos llamadas y fotos de “te quiero aquí conmigo”. Me lanzo, lo tengo claro. Nos reímos. Hablamos. Sentimos. Extrañamos. Tu esencia. Tu plenitud. Tú.
Te echo de menos. Vuelves. Sumamos más canciones. Más mensajes. Más fotos. Más ganas. Más de todo. Ahí estamos. El uno para el otro. Recortando distancia a través de la pantalla. Arreglando los malos días. Mejorando los buenos.
Porque sin buscarte te encontré. Tienes esa magia de devolverme los nervios de sentir todo por primera vez. Tú allí y yo aquí. No sé cuándo nos veremos. No tengo prisas. Te espero.
Seguimos. Sumamos llamadas y fotos de “te quiero aquí conmigo”. Me lanzo, lo tengo claro. Nos reímos. Hablamos. Sentimos. Extrañamos. Tu esencia. Tu plenitud. Tú.
Te echo de menos. Vuelves. Sumamos más canciones. Más mensajes. Más fotos. Más ganas. Más de todo. Ahí estamos. El uno para el otro. Recortando distancia a través de la pantalla. Arreglando los malos días. Mejorando los buenos.
Porque sin buscarte te encontré. Tienes esa magia de devolverme los nervios de sentir todo por primera vez. Tú allí y yo aquí. No sé cuándo nos veremos. No tengo prisas. Te espero.
MERCEDES OBIES