Y pasa, así sin más. Tan rápido que no te da tiempo ni a reaccionar. En cuestión de segundos, en un abrir y cerrar de ojos. En menos tiempo de lo que crees, cambia, te cambian. Ahora todo comienza de cero una vez más. Así que, respira: quizás es la expresión que más has escuchado en tu vida. Pero confía en mí Esta vez todo será distinto. Coge ese aire que tanto necesitas y respira una vez más. ¿Ves? Ahora mejor, ¿verdad?
No te pases la vida corriendo de un lado para otro. Ve despacio, disfrutando de cada paso. No tengas prisa. Caminaré a tu lado, siempre contigo. Incluso cuando pienses que estoy lejos, será ahí cuando más cerca estaré de ti. Porque nos entendemos, nos queremos. Y no es que lo hagamos todo perfecto pero es por eso por lo que tanto me gustas. Me das vida. A tu manera, pero me la das.
No son los mejores momentos, no tenemos nada que celebrar. Me atrevería a decir que estás pensando: “joder, solo me vienen problemas uno detrás de otro” o “no puedo más”. Y quizás sea cierto. Estamos hasta el cuello de las malas noticias, de los fracasos, de darlo todo y de no recibir lo mismo. Jode, duele, pero siempre seguimos adelante.
Y no escribo esto para decirte lo mismo que te puede decir cualquier persona. Escribo porque lo único valioso que puedo darte ahora mismo es un poco de mi tiempo. Y qué mejor que dejar estos minutos en una simple nota, que podrás leer y releer las veces que quieras: las que necesites.
Podrás recordar lo que se te puede olvidar con tantas cosas. Recordar que tú puedes, que no estás solo. Me tienes ahí. Que a veces frenar es bueno. Que poco es más. Que llorar satisface más que una risa forzada. Que gritar libera más que callar. Que sentarse y dejar la mente en tu mundo te ayuda mucho más que ponerse a dar vueltas como un loco.
Desconectar está bien. Pero quererse a uno mismo está mil veces mejor. Así que quiérete como jamás te has querido. Y confía en ti. Todo irá mejor. Ya está yendo mejor...
No te pases la vida corriendo de un lado para otro. Ve despacio, disfrutando de cada paso. No tengas prisa. Caminaré a tu lado, siempre contigo. Incluso cuando pienses que estoy lejos, será ahí cuando más cerca estaré de ti. Porque nos entendemos, nos queremos. Y no es que lo hagamos todo perfecto pero es por eso por lo que tanto me gustas. Me das vida. A tu manera, pero me la das.
No son los mejores momentos, no tenemos nada que celebrar. Me atrevería a decir que estás pensando: “joder, solo me vienen problemas uno detrás de otro” o “no puedo más”. Y quizás sea cierto. Estamos hasta el cuello de las malas noticias, de los fracasos, de darlo todo y de no recibir lo mismo. Jode, duele, pero siempre seguimos adelante.
Y no escribo esto para decirte lo mismo que te puede decir cualquier persona. Escribo porque lo único valioso que puedo darte ahora mismo es un poco de mi tiempo. Y qué mejor que dejar estos minutos en una simple nota, que podrás leer y releer las veces que quieras: las que necesites.
Podrás recordar lo que se te puede olvidar con tantas cosas. Recordar que tú puedes, que no estás solo. Me tienes ahí. Que a veces frenar es bueno. Que poco es más. Que llorar satisface más que una risa forzada. Que gritar libera más que callar. Que sentarse y dejar la mente en tu mundo te ayuda mucho más que ponerse a dar vueltas como un loco.
Desconectar está bien. Pero quererse a uno mismo está mil veces mejor. Así que quiérete como jamás te has querido. Y confía en ti. Todo irá mejor. Ya está yendo mejor...
MERCEDES OBIES