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Pablo Oñós transformó sus sentimientos, recuerdos y vivencias de la Romería un pregón en honor a Valme

La iglesia de Santa María Magdalena fue testigo de un pregón en el que el artista, y reconocido valmista, nazareno Pablo Oñós transformó todo su sentimiento y recuerdos de Romería de Valme en palabras, conjuntando una intervención que quedará para los anales de la historia de la Hermandad. Todo este acto fue culminado de forma perfecta con la presentación de Juan María Ramírez Gutiérrez.



En la mañana de ayer, domingo 13 de octubre, tras la Solemne Función principal en honor a la Virgen de Valme, se producía uno de los momentos más esperados de los actos previos de la Romería, el pregón, que este año recaía sobre el artista nazareno Pablo Oñós.

Previa a la intervención de Oñós era el turno para Juan María Ramírez, pregonero en el año 2016, que quiso destacar su devoción hacia la imagen de la Virgen de Valme y sus habilidades para la poesía, definiéndolo como “artista de los que nos hacen falta, que sepan cantarle a Valme”.

Tras las emotivas palabras de Ramírez, Pablo Oñós se acercó al atril, bebió un poco de agua para aclarar su voz, se presignó, besó su medalla de la Hermandad y comenzó su plegaria hacia la Virgen de Valme con una emocionante poesía en honor a la Imagen.

Oñós no quiso dejar escapar la oportunidad de recordar la efeméride que se celebrara este año, y no era otra que el 150 aniversario de la venida definitiva de la Virgen de Valme a la localidad y la fuerte relación que existen entre ambas. También realizó un minucioso repaso por todos los elementos que conforman la devoción a Valme y a su Romería, sin dear por alto los crespones negros que se encontraban en los ramos de nardos, colocados ahí en honor a Jesús Ríos Sutil, miembro de la Junta de gobierno de la Corporación, recientemente fallecido que, según las palabras del pregonero “ya está en el Valme de los cielos”.

Las figuras de los carreteros, galeristas, caballistas y romeros también formaron parte del discurso de Oñós, a los que define como pieza fundamental en el desarrollo de la Romería. Los recuerdos de los terceros domingos de octubre de Romería de Valme no faltaron, desde el paso de la carreta por la ‘Venta las Palmas’, el transcurso de la romería por barranco o por la Cuesta del Inglés, para llegar al Cortijo de Cuarto, para luego volver de nuevo a su iglesia mientras cae la noche, y volver a esperar un año para la próxima Romería.

Por último, Oñós dedicó unas bonitas palabras para hacer hincapié en su devoción de reconocido valmista, “qué bonito es ser valmista y sentir Valme el año entero. Te diré Virgen de Valme que te quiero. Déjame soñar que soy romero, déjame soñar que llegue el día, déjame soñar que es Valme de nuevo”.

REDACCIÓN / DHD DIGITAL
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