Argentina vive en este momento una importante crisis de incertidumbre, como consecuencia de los resultados que han dejado las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias del pasado 11 de agosto, que han manifestado un categórico triunfo de la oposición, Frente de Todos. Dicho frente responde a la formación impulsada por la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner y a la unión, casi inesperada, de todo el arco político vinculado o caracterizado por el Peronismo.
Han sido solamente Primarias, que han definido las candidaturas de cara a las elecciones del 27 de octubre, pero de tal magnitud la diferencia a favor del candidato de Frente de Todos, Alberto Fernández, que generó una crisis institucional y económica de las más importantes de los últimos 20 años.
Esta realidad de inestabilidad se trasladó también a los gobiernos municipales, que comienzan a sufrir los embates de la economía en su último año, de una gestión de cuatro, y debiendo afrontar una próxima elección en el medio de una crisis que los afecta y que poco pueden hacer para resolverla. Solo les queda la única opción de sufrirla y dejar pasar el tiempo hasta que culmine el proceso electoral y sea el ciudadano quien se exprese.
Esta situación se da precisamente en la provincia de Buenos Aires, la más grande y poblada de la Argentina, donde la gobernación y los municipios han tomado la misma fecha de elección que las autoridades nacionales. Por ende, ha incidido notablemente la influencia de los candidatos nacionales en los gobiernos locales, beneficiando notablemente a los aliados a Alberto Fernández-Cristina Fernández y perjudicando a los aliados al actual Gobierno nacional de Mauricio Macri.
El escenario es, pues, totalmente contrario a los resultados alcanzados en las presidenciales del 2015 y legislativas del 2017, cuando la alianza oficialista Cambiemos había alcanzado resultados muy satisfactorios. En la mayoría de los Estados Provinciales, las elecciones fueron desdobladas de las Nacionales para evitar ese “arrastre” de las fórmulas presidenciables. Por lo tanto, en los municipios del país se han podido fortalecer los gobiernos locales y se ha comprometido a los ciudadanos a sufragar de acuerdo a las propuestas emitidas estrictamente desde el ámbito territorial.
Se espera ahora el resultado de las elecciones del 27 de octubre, en las que está en juego la Presidencia de la Nación, la Gobernación de la provincia de Buenos Aires y de los municipios de esta provincia tan influenciable en los resultados electorales y de algunas otras provincias para culminar con el proceso electoral.
Mientras tanto, el país está sufriendo una crisis económica de gran magnitud, con índices inflacionarios parecidos a los de la hiperinflación de 1989, desocupación, cierres de pequeñas y medianas empresas y una recesión que se siente con mucha preocupación en los sectores más vulnerables.
Mientras tanto, los municipios, que han adherido a sus acciones tareas que no son inherentes a su potestad, como la educación, la salud, la seguridad o la generación de trabajo, están volcando gran parte de sus presupuestos a la planta de empleados y a asistencia social. Referido a este último punto, se han reforzado las prestaciones en comedores alimentarios, subsidios, planes sociales, entrega de indumentarias y artículos de construcción.
Tres meses, pues, de incertidumbre, atados a resultados electorales que van a definir, ciertamente, el rumbo de la Argentina.
Han sido solamente Primarias, que han definido las candidaturas de cara a las elecciones del 27 de octubre, pero de tal magnitud la diferencia a favor del candidato de Frente de Todos, Alberto Fernández, que generó una crisis institucional y económica de las más importantes de los últimos 20 años.
Esta realidad de inestabilidad se trasladó también a los gobiernos municipales, que comienzan a sufrir los embates de la economía en su último año, de una gestión de cuatro, y debiendo afrontar una próxima elección en el medio de una crisis que los afecta y que poco pueden hacer para resolverla. Solo les queda la única opción de sufrirla y dejar pasar el tiempo hasta que culmine el proceso electoral y sea el ciudadano quien se exprese.
Esta situación se da precisamente en la provincia de Buenos Aires, la más grande y poblada de la Argentina, donde la gobernación y los municipios han tomado la misma fecha de elección que las autoridades nacionales. Por ende, ha incidido notablemente la influencia de los candidatos nacionales en los gobiernos locales, beneficiando notablemente a los aliados a Alberto Fernández-Cristina Fernández y perjudicando a los aliados al actual Gobierno nacional de Mauricio Macri.
El escenario es, pues, totalmente contrario a los resultados alcanzados en las presidenciales del 2015 y legislativas del 2017, cuando la alianza oficialista Cambiemos había alcanzado resultados muy satisfactorios. En la mayoría de los Estados Provinciales, las elecciones fueron desdobladas de las Nacionales para evitar ese “arrastre” de las fórmulas presidenciables. Por lo tanto, en los municipios del país se han podido fortalecer los gobiernos locales y se ha comprometido a los ciudadanos a sufragar de acuerdo a las propuestas emitidas estrictamente desde el ámbito territorial.
Se espera ahora el resultado de las elecciones del 27 de octubre, en las que está en juego la Presidencia de la Nación, la Gobernación de la provincia de Buenos Aires y de los municipios de esta provincia tan influenciable en los resultados electorales y de algunas otras provincias para culminar con el proceso electoral.
Mientras tanto, el país está sufriendo una crisis económica de gran magnitud, con índices inflacionarios parecidos a los de la hiperinflación de 1989, desocupación, cierres de pequeñas y medianas empresas y una recesión que se siente con mucha preocupación en los sectores más vulnerables.
Mientras tanto, los municipios, que han adherido a sus acciones tareas que no son inherentes a su potestad, como la educación, la salud, la seguridad o la generación de trabajo, están volcando gran parte de sus presupuestos a la planta de empleados y a asistencia social. Referido a este último punto, se han reforzado las prestaciones en comedores alimentarios, subsidios, planes sociales, entrega de indumentarias y artículos de construcción.
Tres meses, pues, de incertidumbre, atados a resultados electorales que van a definir, ciertamente, el rumbo de la Argentina.
SANTIAGO MARTÍN GALLO & LUIS PABLO ALONSO
www.municipiosdeargentina.com
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