Calificado como uno de los valores emergentes del género fantástico en España, Jesús Cañadas (Cádiz, 1980) debuta en la literatura infantil con la saga Athenea y los elementos. El ojo de Nefertiti, que ahora ve la luz, es el primer volumen de una serie de cinco volúmenes, en el que Athenea, una niña de 11 años, odia ser una chica y sueña con vivir grandes aventuras.
Conocido hasta ahora por sus cuatro novelas para adultos: El baile de los secretos, Los nombres muertos, Pronto será de noche y Las tres muertes de Fermín Salvochea. En 2015 se unió al equipo de guionistas de Globomedia, donde coescribió la segunda temporada de la serie de Antena 3 Vis a vis.
—Nada más empezar, dicen de ti que eres “uno de los valores emergentes del género fantástico en España”. ¿Qué ven en ti para derrochar tanta esperanza en un mundo sin futuro?
—Jaja. Yo te puedo decir que mi madre me ve muy guapo. Lo que ve la gente en mí, no tengo ni idea. Yo me defino a mí mismo como un friqui con suerte. Soy un lector que consume mucho fantástico, que consume mucha literatura, cine, cómic, videojuego, que tiene que ver con lo fantástico. Y tengo la inmensa suerte de que las cosas que yo hago a las editoriales les gustan y los lectores se las leen.
—Arrancas esta trayectoria de literatura juvenil con la saga 'Athenea y los elementos'. Dices que hay adultos que han entrado en sus páginas con 40 años y han salido con 12. ¿No te planteas limpiar el país de jubilados?
—Jaja. No, por Dios, que mi madre es jubilada. No quiero limpiar nada. No me planteo nada. Me planteo que los lectores disfruten de las aventuras de Athenea y Mehdi, tengan la edad que tengan. De diez a 150 años.
—Dices de 'El ojo de Nefertiti', primer volumen de la saga, que es el libro que hubieras escrito a esa edad. ¿Qué le falta a la novela infantil y juvenil?
—No me quiero echar piedras sobre mi propio tejado, pero muchas novelas son un poco condescendientes con el lector. Y yo creo que hace falta un poco más de respeto a los lectores que van a sostener la industria editorial en las próximas generaciones.
—Dices que no se debe escribir para los niños como si fueran idiotas. ¿Hay normas?
—No. Absolutamente, no. Precisamente ese es el rollo. Romper todas las normas y simplemente escribir lo que a ti te emocione y cruzar los dedos para que emocione al niño y a la niña.
—La protagonista de tu libro es una niña de 11 años, que odia ser una chica y sueña con vivir grandes aventuras. ¿En estos tiempos de empoderamiento de la mujer?
—Sí. Porque Athenea, durante el libro, va a aprender que correr como una chica, saltar como una chica y pegar como una chica es lo mejor del mundo.
—Tu protagonista es como deseas que fuera tu hija: testaruda, intrépida y aventurera.
—Así es como yo me imagino a mi hija y así es como me está demostrando mi hija con cinco meses que ya es. Ya ha demostrado que en mi casa manda ella.
—Esta primera entrega se sitúa en Berlín, en 1912, y nos lleva a El Cairo en busca del ojo de Nefertiti.
—Va a ser un viaje de Berlín hasta Egipto plagado de persecuciones, plagado de tiroteos, plagado de aventuras, de acción y hasta le van a dar a uno en la cabeza con un salmón.
—La próxima, que sale en febrero, será un viaje a Atlantis y la cultura de la antigua Grecia.
—Después de Egipto me apetecía llevar a Athenea a otra cultura y, sobre todo, a otro de los grandes mitos. Si Nefertiti es un gran mito de Egipto, la Atlántida era el siguiente desafío que tenían que vivir mis dos protagonistas.
—En tu libro hay acción. En directores de cine como Spielberg hay acción. Pero, en general, ¿la aventura es un género olvidado o descuidado?
—Si algo tengo yo que decir al respecto es no. A mí me gusta consumir mucho este tipo de género y desde luego es lo que estoy intentando hacer con Nefertiti. Y creo que a los niños les gusta mucho este género, por lo que estoy viendo del feedback de los lectores.
—Te lo has pasado bien escribiendo. A veces, bajabas al bar y mascullabas mientras tecleabas. Cuando escribes, ¿te flipas con algo más que no sea la fabulación?
—Cuando escribo, ni siquiera me doy cuenta de que estoy escribiendo. Simplemente estoy viéndolo en mi cabeza y los dedos se mueven solos.
—El libro lo ilustra Marina Vidal. ¿También flipas con ella?
—Flipo muchísimo con su trabajo. Marina ha conseguido que me olvide de cómo era Athenea en mi cabeza antes de ver su ilustración. Ahora mis personajes son como los ha dibujado Marina.
—He leído que tienes en la recámara un libro sobre el miedo que provoca la paternidad. ¿Compensas ese miedo con más satisfacción?
—Por supuesto. Cuando tuve una niña, todo el mundo me dijo que mi vida iba a cambiar a mejor. Tener a mi hija es lo mejor que me ha pasado, pero da muchísimo miedo. Y eso va a terminar saliendo en una novela.
—La saga de Athenea serán cinco libros. ¿Y después?
—Serán cinco libros porque hay cuatro elementos que son los que marcan los poderes que Thea y Mehdi. Y hay un quinto que es la guinda del pastel. Después, si hay más aventuras, bueno, ya se verá lo que quieren los lectores y las lectoras.
Conocido hasta ahora por sus cuatro novelas para adultos: El baile de los secretos, Los nombres muertos, Pronto será de noche y Las tres muertes de Fermín Salvochea. En 2015 se unió al equipo de guionistas de Globomedia, donde coescribió la segunda temporada de la serie de Antena 3 Vis a vis.
—Nada más empezar, dicen de ti que eres “uno de los valores emergentes del género fantástico en España”. ¿Qué ven en ti para derrochar tanta esperanza en un mundo sin futuro?
—Jaja. Yo te puedo decir que mi madre me ve muy guapo. Lo que ve la gente en mí, no tengo ni idea. Yo me defino a mí mismo como un friqui con suerte. Soy un lector que consume mucho fantástico, que consume mucha literatura, cine, cómic, videojuego, que tiene que ver con lo fantástico. Y tengo la inmensa suerte de que las cosas que yo hago a las editoriales les gustan y los lectores se las leen.
—Arrancas esta trayectoria de literatura juvenil con la saga 'Athenea y los elementos'. Dices que hay adultos que han entrado en sus páginas con 40 años y han salido con 12. ¿No te planteas limpiar el país de jubilados?
—Jaja. No, por Dios, que mi madre es jubilada. No quiero limpiar nada. No me planteo nada. Me planteo que los lectores disfruten de las aventuras de Athenea y Mehdi, tengan la edad que tengan. De diez a 150 años.
—Dices de 'El ojo de Nefertiti', primer volumen de la saga, que es el libro que hubieras escrito a esa edad. ¿Qué le falta a la novela infantil y juvenil?
—No me quiero echar piedras sobre mi propio tejado, pero muchas novelas son un poco condescendientes con el lector. Y yo creo que hace falta un poco más de respeto a los lectores que van a sostener la industria editorial en las próximas generaciones.
—Dices que no se debe escribir para los niños como si fueran idiotas. ¿Hay normas?
—No. Absolutamente, no. Precisamente ese es el rollo. Romper todas las normas y simplemente escribir lo que a ti te emocione y cruzar los dedos para que emocione al niño y a la niña.
—La protagonista de tu libro es una niña de 11 años, que odia ser una chica y sueña con vivir grandes aventuras. ¿En estos tiempos de empoderamiento de la mujer?
—Sí. Porque Athenea, durante el libro, va a aprender que correr como una chica, saltar como una chica y pegar como una chica es lo mejor del mundo.
—Tu protagonista es como deseas que fuera tu hija: testaruda, intrépida y aventurera.
—Así es como yo me imagino a mi hija y así es como me está demostrando mi hija con cinco meses que ya es. Ya ha demostrado que en mi casa manda ella.
—Esta primera entrega se sitúa en Berlín, en 1912, y nos lleva a El Cairo en busca del ojo de Nefertiti.
—Va a ser un viaje de Berlín hasta Egipto plagado de persecuciones, plagado de tiroteos, plagado de aventuras, de acción y hasta le van a dar a uno en la cabeza con un salmón.
—La próxima, que sale en febrero, será un viaje a Atlantis y la cultura de la antigua Grecia.
—Después de Egipto me apetecía llevar a Athenea a otra cultura y, sobre todo, a otro de los grandes mitos. Si Nefertiti es un gran mito de Egipto, la Atlántida era el siguiente desafío que tenían que vivir mis dos protagonistas.
—En tu libro hay acción. En directores de cine como Spielberg hay acción. Pero, en general, ¿la aventura es un género olvidado o descuidado?
—Si algo tengo yo que decir al respecto es no. A mí me gusta consumir mucho este tipo de género y desde luego es lo que estoy intentando hacer con Nefertiti. Y creo que a los niños les gusta mucho este género, por lo que estoy viendo del feedback de los lectores.
—Te lo has pasado bien escribiendo. A veces, bajabas al bar y mascullabas mientras tecleabas. Cuando escribes, ¿te flipas con algo más que no sea la fabulación?
—Cuando escribo, ni siquiera me doy cuenta de que estoy escribiendo. Simplemente estoy viéndolo en mi cabeza y los dedos se mueven solos.
—El libro lo ilustra Marina Vidal. ¿También flipas con ella?
—Flipo muchísimo con su trabajo. Marina ha conseguido que me olvide de cómo era Athenea en mi cabeza antes de ver su ilustración. Ahora mis personajes son como los ha dibujado Marina.
—He leído que tienes en la recámara un libro sobre el miedo que provoca la paternidad. ¿Compensas ese miedo con más satisfacción?
—Por supuesto. Cuando tuve una niña, todo el mundo me dijo que mi vida iba a cambiar a mejor. Tener a mi hija es lo mejor que me ha pasado, pero da muchísimo miedo. Y eso va a terminar saliendo en una novela.
—La saga de Athenea serán cinco libros. ¿Y después?
—Serán cinco libros porque hay cuatro elementos que son los que marcan los poderes que Thea y Mehdi. Y hay un quinto que es la guinda del pastel. Después, si hay más aventuras, bueno, ya se verá lo que quieren los lectores y las lectoras.
ANTONIO LÓPEZ HIDALGO
FOTOGRAFÍA: ELISA ARROYO
FOTOGRAFÍA: ELISA ARROYO