Una mujer de 66 años de edad y su hija, de 29 y embarazada de unos cuatro meses, han salvado la vida de forma milagrosa tras hundirse totalmente el techo del salón del piso en el que se encontraban, situado en la tercera y última planta del número 65 de la calle Codorniz, en unos bloques conocidos como 'Quintillos' dentro de la barriada nazarena de Valme.
El hecho de que tanto la mujer, Marcelina G.T., como su hija, Verónica P.G., se encontrara cada una en su habitación ha sido lo que les ha salvado la vida. Sobre las 08:50 horas de este martes, ambas aún descansaban en sus respectivas camas cuando de pronto "se escuchó un ruido muy grande, y yo ya me imaginé lo que podía haber pasado", ha contado Marcelina a este Diario Digital cuando, en unión de otros vecinos del bloque, esperaba a que concluyera la actuación de los bomberos y de los servicios técnicos municipales.
En la misma zona se encontraba Juan P.R., de 63 años, esposo de Marcelina, que se había levantado con anterioridad y que en el momento del suceso se encontraba en un bar próximo a su vivienda. También de forma milagrosa salvó su vida, ya que instantes antes había estado en el salón, que poco después se había convertido en un espacio a cielo abierto al desplomarse todo el perímetro del techo.
Los bomberos, que acudieron con rapidez, así como la Policía Local y personal sanitario, lo primero que hicieron fue evacuar a Marcelina y a su hija, que se habían quedado atrapadas en el interior del piso, y, seguidamente, desalojar a todos los vecinos de este inmueble, integrado por tres plantas, con cuadro viviendas en cada una, que permanecían en la calle esperando noticias. Debido al estado de ansiedad que presentaba Verónica, y al hecho de encontrarse embarazada, fue evacuada en una ambulancia hasta el Hospital de Valme como medida preventiva.
Seguidamente, tanto el arquitecto municipal como el jefe de Obras del Ayuntamiento de Dos Hermanas procedieron a la inspección tanto de la vivienda afectada como de las azoteas de estos pisos, para comprobar su estado y para determinar posteriormente si era posible que algunos de los inquilinos pudieran volver a ellos.
A las puertas del bloque se encontraba igualmente la delegada de Bienestar Social, Lourdes López, quien acudió para interesarse por el estado de las familias afectadas y quien ya ha adelantado que, una vez que se conozca el informe del arquitecto municipal, se procedería a ofrecer un realojo provisional a aquellas familias que por precaución no puedan volver de momento a sus viviendas. Entre ellas se encontraba un joven matrimonio, con un niño pequeño, que vive justo de debajo de la vivienda siniestrada y que ha asegurado a este medio que el techo de su piso mostraba algunos daños como consecuencia del desplome de vigas, cemento y escombros.
Los pisos de Quintillos, como se conocen popularmente, se encuentran ubicados en la barriada de Valme, a pies de la antigua N-IV, y, según los propios vecinos, hace ya más de sesenta años que fueron construidos. Desde entonces, siempre han estado habitados por familias humildes, como es el caso del matrimonio formado por Juan y Marcelina, que viven en el piso que ahora ha resultado siniestrado desde hace unos cuarenta años.
El caso es que, según han indicado ambos, hace unas dos semanas notaron una grieta en el techo del salón, por lo que dieron aviso al presidente de la comunidad, quien, a su vez, asegura que lo comunicó al Ayuntamiento para que se procediera a su inspección. "Son pisos ya con muchos años y temíamos que pudiera pasar algo, como así ha ocurrido", dijeron. Pero la suerte ha hecho que todos salieran ilesos de este tremendo susto.
El hecho de que tanto la mujer, Marcelina G.T., como su hija, Verónica P.G., se encontrara cada una en su habitación ha sido lo que les ha salvado la vida. Sobre las 08:50 horas de este martes, ambas aún descansaban en sus respectivas camas cuando de pronto "se escuchó un ruido muy grande, y yo ya me imaginé lo que podía haber pasado", ha contado Marcelina a este Diario Digital cuando, en unión de otros vecinos del bloque, esperaba a que concluyera la actuación de los bomberos y de los servicios técnicos municipales.
En la misma zona se encontraba Juan P.R., de 63 años, esposo de Marcelina, que se había levantado con anterioridad y que en el momento del suceso se encontraba en un bar próximo a su vivienda. También de forma milagrosa salvó su vida, ya que instantes antes había estado en el salón, que poco después se había convertido en un espacio a cielo abierto al desplomarse todo el perímetro del techo.
Los bomberos, que acudieron con rapidez, así como la Policía Local y personal sanitario, lo primero que hicieron fue evacuar a Marcelina y a su hija, que se habían quedado atrapadas en el interior del piso, y, seguidamente, desalojar a todos los vecinos de este inmueble, integrado por tres plantas, con cuadro viviendas en cada una, que permanecían en la calle esperando noticias. Debido al estado de ansiedad que presentaba Verónica, y al hecho de encontrarse embarazada, fue evacuada en una ambulancia hasta el Hospital de Valme como medida preventiva.
Seguidamente, tanto el arquitecto municipal como el jefe de Obras del Ayuntamiento de Dos Hermanas procedieron a la inspección tanto de la vivienda afectada como de las azoteas de estos pisos, para comprobar su estado y para determinar posteriormente si era posible que algunos de los inquilinos pudieran volver a ellos.
A las puertas del bloque se encontraba igualmente la delegada de Bienestar Social, Lourdes López, quien acudió para interesarse por el estado de las familias afectadas y quien ya ha adelantado que, una vez que se conozca el informe del arquitecto municipal, se procedería a ofrecer un realojo provisional a aquellas familias que por precaución no puedan volver de momento a sus viviendas. Entre ellas se encontraba un joven matrimonio, con un niño pequeño, que vive justo de debajo de la vivienda siniestrada y que ha asegurado a este medio que el techo de su piso mostraba algunos daños como consecuencia del desplome de vigas, cemento y escombros.
Los pisos de Quintillos, como se conocen popularmente, se encuentran ubicados en la barriada de Valme, a pies de la antigua N-IV, y, según los propios vecinos, hace ya más de sesenta años que fueron construidos. Desde entonces, siempre han estado habitados por familias humildes, como es el caso del matrimonio formado por Juan y Marcelina, que viven en el piso que ahora ha resultado siniestrado desde hace unos cuarenta años.
El caso es que, según han indicado ambos, hace unas dos semanas notaron una grieta en el techo del salón, por lo que dieron aviso al presidente de la comunidad, quien, a su vez, asegura que lo comunicó al Ayuntamiento para que se procediera a su inspección. "Son pisos ya con muchos años y temíamos que pudiera pasar algo, como así ha ocurrido", dijeron. Pero la suerte ha hecho que todos salieran ilesos de este tremendo susto.
F. G. / REDACCIÓN
