El IES Alvareda, junto con el AMPA Alfisoles y el CEP de Alcalá de Guadaíra, ha puesto en marcha una nueva idea, que surgió en el seno del Proyecto Educativo, y que se centra en la creación de un huerto que, como recurso, presenta mil posibilidades para abordar los distintos intereses educativos con los que se encuentran los centros en su día a día en las aulas.
En esta línea, la inclusión en el 'Programa Aldea' de la Junta de Andalucía con la implantación de dos proyectos, 'Recapacicla' y 'Ecohuerto', complementa y apoya la idea originaria del huerto. "¿Qué es un huerto de este tipo?", se pregunta el propio centro escolar, a lo que responde: "Una posibilidad de afrontar problemas de índole ecosocial con actividades sencillas en un laboratorio, en una maqueta de huerto que no es más que una simplificación de las variables que mueven la maquinaria planetaria".
Un microecosistema antropizado -añade-, controlado por ellos mismos pero que permitirá extrapolar a escala planetaria, valorando lo que suponen el "despilfarro y consumo sin límites", las consecuencias que tiene "para nuestro huerto todas aquellas acciones a las que lo sometemos".
Este proyecto supondrá, por un lado, el fomento de la autonomía e iniciativa personal, así como el trabajo en equipo; por otro, el trabajo interdisciplinar, desde el momento que los alumn@s podrán trabajar actividades de cualquier área del conocimiento, contribuyendo a su formación integral, así como la motivación por un trabajo bien hecho, al que ven sentido con resultados inmediatos y que pueden conectar con sus intereses y vivencias personales.
Además, se aprenderán valores de respeto y cuidado del medioambiente, el principio de complementariedad, desde el momento que se controlan qué actividades son propicias y respetuosas con el medio y cuáles lo deterioran, estudiando sus consecuencias, y el fomento del ahorro energético y el uso de otros recursos, animando al comercio de cercanías, productos que minimizan costes económicos y medioambientales y que favorecen el desarrollo de zonas más desfavorecidas.
Por último, se procura la contribución a la reducción de residuos, así como al reciclado de muchos de ellos -los materiales usados para la construcción del huerto y nuestra compostura son una muestra más de esta contribución-, y, por supuesto, la solidaridad, y que los productos que salga de este huerto constituirán un banco de alimentos para algunas familias necesitadas de la comunidad educativa.
En esta línea, la inclusión en el 'Programa Aldea' de la Junta de Andalucía con la implantación de dos proyectos, 'Recapacicla' y 'Ecohuerto', complementa y apoya la idea originaria del huerto. "¿Qué es un huerto de este tipo?", se pregunta el propio centro escolar, a lo que responde: "Una posibilidad de afrontar problemas de índole ecosocial con actividades sencillas en un laboratorio, en una maqueta de huerto que no es más que una simplificación de las variables que mueven la maquinaria planetaria".
Un microecosistema antropizado -añade-, controlado por ellos mismos pero que permitirá extrapolar a escala planetaria, valorando lo que suponen el "despilfarro y consumo sin límites", las consecuencias que tiene "para nuestro huerto todas aquellas acciones a las que lo sometemos".
Este proyecto supondrá, por un lado, el fomento de la autonomía e iniciativa personal, así como el trabajo en equipo; por otro, el trabajo interdisciplinar, desde el momento que los alumn@s podrán trabajar actividades de cualquier área del conocimiento, contribuyendo a su formación integral, así como la motivación por un trabajo bien hecho, al que ven sentido con resultados inmediatos y que pueden conectar con sus intereses y vivencias personales.
Además, se aprenderán valores de respeto y cuidado del medioambiente, el principio de complementariedad, desde el momento que se controlan qué actividades son propicias y respetuosas con el medio y cuáles lo deterioran, estudiando sus consecuencias, y el fomento del ahorro energético y el uso de otros recursos, animando al comercio de cercanías, productos que minimizan costes económicos y medioambientales y que favorecen el desarrollo de zonas más desfavorecidas.
Por último, se procura la contribución a la reducción de residuos, así como al reciclado de muchos de ellos -los materiales usados para la construcción del huerto y nuestra compostura son una muestra más de esta contribución-, y, por supuesto, la solidaridad, y que los productos que salga de este huerto constituirán un banco de alimentos para algunas familias necesitadas de la comunidad educativa.
DH DIARIO DIGITAL / REDACCIÓN