Las notas llegan sin que apenas nos demos cuenta. Hace apenas un mes estábamos en mangas cortas y ahora, de repente, nos hemos encontrado con la cruda realidad de las notas. Hay que parar y reflexionar. El análisis es la base para, en caso de que las calificaciones no hayan sido buenas, podamos comenzar a enderezar el camino y comenzar enero con buen pie. Piensa:
1) ¿Te has esforzado todo lo posible? Bachillerato no es la ESO. Puede que antes pudieras salvar con éxito el curso viviendo de las rentas y estudiando el día de antes. Pero está claro que eso ahora no nos vale. Tenemos un doble objetivo: aprobar y hacerlo con nota suficiente para estudiar la carrera que queremos y donde queremos.
2) ¿Tienes un método de estudio? Muchos estudiáis a lo loco: directamente del libro y de memoria. Eso es una barbaridad. Hay muchos métodos de estudio: es cuestión de ir probando y quedarte con el que te guste. Imagina que es como el deporte. El hecho de que no te guste correr no implica que no hagas deporte, hay muchas más formas de hacerlo: bicicleta, deportes de equipo...
El que no te guste hacer esquemas o no te sirvan para aprobar no quiere decir que no valgas o que no se te dé bien estudiar, solo quiere decir que estás usando un método que no es para ti. Prueba los mapas conceptuales, las fichas, los resúmenes, los postits... Hay mil métodos, es cuestión de encontrar aquel con el que más aprendas con el menor esfuerzo posible.
3) ¿Has llegado con buena base de la ESO? ¡Ay, amigos! ¿Veis cómo había que esforzarze durante esos cuatro años que muchos os pasáis rascando la barriga? Ahora es la Selectividad la que marca el listón. Hay poco tiempo y mucho temario. Tienes que asumir que debes ponerte al día, así que toca repasar en casa todo aquello que no se sabe para asistir a las clases lo más preparado posible.
Hay veces que, aunque parezca raro, lo mejor que nos puede pasar es que nos den un palo para que reaccionemos y nos demos cuenta de que las cosas van en serio. ¡Así que, venga, no pierdas tiempo en lamentaciones, analiza qué te ha pasado y comienza a ponerle remedio ya!
1) ¿Te has esforzado todo lo posible? Bachillerato no es la ESO. Puede que antes pudieras salvar con éxito el curso viviendo de las rentas y estudiando el día de antes. Pero está claro que eso ahora no nos vale. Tenemos un doble objetivo: aprobar y hacerlo con nota suficiente para estudiar la carrera que queremos y donde queremos.
2) ¿Tienes un método de estudio? Muchos estudiáis a lo loco: directamente del libro y de memoria. Eso es una barbaridad. Hay muchos métodos de estudio: es cuestión de ir probando y quedarte con el que te guste. Imagina que es como el deporte. El hecho de que no te guste correr no implica que no hagas deporte, hay muchas más formas de hacerlo: bicicleta, deportes de equipo...
El que no te guste hacer esquemas o no te sirvan para aprobar no quiere decir que no valgas o que no se te dé bien estudiar, solo quiere decir que estás usando un método que no es para ti. Prueba los mapas conceptuales, las fichas, los resúmenes, los postits... Hay mil métodos, es cuestión de encontrar aquel con el que más aprendas con el menor esfuerzo posible.
3) ¿Has llegado con buena base de la ESO? ¡Ay, amigos! ¿Veis cómo había que esforzarze durante esos cuatro años que muchos os pasáis rascando la barriga? Ahora es la Selectividad la que marca el listón. Hay poco tiempo y mucho temario. Tienes que asumir que debes ponerte al día, así que toca repasar en casa todo aquello que no se sabe para asistir a las clases lo más preparado posible.
Hay veces que, aunque parezca raro, lo mejor que nos puede pasar es que nos den un palo para que reaccionemos y nos demos cuenta de que las cosas van en serio. ¡Así que, venga, no pierdas tiempo en lamentaciones, analiza qué te ha pasado y comienza a ponerle remedio ya!
PABLO POÓ GALLARDO