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ANTARIS llama a la responsabilidad familiar con motivo de la celebración del 'Día Mundial Sin Alcohol'

Dos Hermanas Diario Digital se hace eco en su Buzón del Lector del artículo remitido por ANTARIS (Asociación Nazarena de Terapia de Apoyo, Rehabilitación e Inserción Social) con motivo de la celebración este día 15 de noviembre del 'Día Mundial Sin Alcohol'. Si lo desea, puede escribir a doshermanasdiariodigital@gmail.com exponiendo su queja, comentario o sugerencia, e incluso acompañarla también de alguna fotografía.



Este 15 de noviembre se celebra el 'Día Mundial Sin Alcohol'. En muchas ocasiones nos preguntamos sobre la utilidad de que exista un día dedicado a uno u otro tema en general, sobre todo cuando sufrimos un atasco el 'Día Sin Coches' o comprobamos cómo el 'Día Sin Tabaco' las ventas en los estancos no disminuyen.

No es la intención de estas celebraciones reducir el consumo o el uso durante una jornada concreta, sino llamar la atención sobre una problemática determinada que afecta a la población y sobre la que la sociedad en general no tiene especial percepción de conflicto.

Desde la creación de ANTARIS hemos evidenciado las consecuencias que para las personas y sus familiares ha tenido el consumo abusivo de alcohol. En estos años hemos tratado 857 personas adictas a esta sustancia, de las cuales eran mujeres casi el 20 %, aumentando año a año quienes han acudido a nuestra Asociación en busca de tratamiento especializado. De todas ellas el 65,30 % han sido altas terapéuticas, lo que indica la importancia de buscar ayuda cuando nuestra vida o la de nuestra familia se ve afectada por la adicción más frecuente de nuestra sociedad.

El alcohol es nuestra 'droga social', con la que celebramos, agasajamos, compartimos... y aunque su uso no implica abuso, acaba afectando, por la frecuencia de su consumo, a un número importante de personas que ven como tiene consecuencias para su salud, su conducta y convirtiéndose en una enfermedad con la que es difícil convivir, tanto para la persona afectada como su entorno.

La población joven, en sus inicios, tiende a usarlo bajo la creencia de un mejor funcionamiento personal, una mejor sociabilidad y comunicación.

El patriarcado, a través de la socialización diferenciada y de los roles de género, es el responsable de las diferencias que se producen entre mujeres y varones en patrones de consumo, motivos de inicio y mantenimiento, factores de riesgo y de protección… Es preciso utilizar un modelo de intervención terapéutico con perspectiva de género que tenga en cuenta estas diferencias para garantizar una atención profesional de calidad y que garantice la igualdad de oportunidades.

La permisividad social con respecto al consumo de alcohol hace que se considere alcohólica a la persona que bebe a diario de manera abusiva, con consecuencias físicas para su organismo y que se pasen por alto aquellos casos en que el consumo tiene consecuencias importantes para la vida, como accidentes, conflictos familiares, absentismo laboral, conductas agresivas, retirada sucesivas del carnet de conducir, etc. independientemente de si estos abusos se dan a diario o con carácter semanal o mensual.

Es necesario que la sociedad aprenda a discernir cuando una persona tiene problemas de alcohol y le ayude a tomar la decisión de ponerse en tratamiento, desde los Servicios de Salud por los que acaban pasando gran parte de las personas afectadas y que ocultan la enfermedad tras otras patologías, sobre todo en el caso de las mujeres a las que se deriva con menos frecuencia, hasta las familias que acaban normalizando conductas que a la larga tendrán consecuencias negativas para el desarrollo de una vida plena.

Desde ANTARIS queremos llamar la atención especialmente sobre los padres y madres que acatan con normalidad y permisividad el que su descendencia, aun siendo menor de edad, acuda los fines de semana a casa con claros signos de embriaguez y que, en lugar de abordar el problema, lo disfrazan de normalidad, asumiendo que el paso a la edad adulta conlleva el uso de sustancias que, aunque legales, ni siquiera lo son a esas edades.

Si una persona aprende a relacionarse, a comunicarse, a divertirse, a sentirse mejor con el uso de alcohol en edades tempranas, no tendrá la posibilidad de desarrollar de manera adecuada habilidades, ni de adquirir instrumentos que faciliten su integración y desarrollo personal porque este lugar ya ha sido ocupado por el alcohol.

Por todos estos motivos, os animamos desde ANTARIS a que acudáis a nuestro Centro de Tratamiento Ambulatorio para las Adicciones ante cualquier duda. La información es el primer paso para superar las dificultades que puede suponer, o supone ya este tipo de adicción.


ANTARIS
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