El complejo que se convertirá pronto en la nueva Parroquia de San Juan Pablo II, en Montequinto, va cogiendo forma, especialmente después de que en la noche de este sábado el obispo auxiliar de Sevilla, don Santiago Gómez Sierra, procediera a la bendición de la primera fase, que es aquella que acogerá las distintas actividades pastorales, quedando ya sólo pendiente el comienzo de las obras del templo en sí.
El salón que acoge la nueva estructura levantada, que preside un gran patio central con fachadas porticadas y que enlazará con el futuro templo, se llenó anoche de feligreses -tanto que incluso se hubieron de habilitar sillas fuera del mismo- para asistir a la bendición de estas instalaciones y a la misa que iba a oficiar el obispo auxiliar de Sevilla, quien durante su homilía hizo necesaria referencia a la generosa aportación de cientos de feligreses y de la Fundación Santo Súbito, que se creó en el año 2014 con el objetivo de promover la vida y obra de San Juan Pablo II, y que, con la ayuda del Arzobispado, están aportando las cantidades necesarias para levantar todo este complejo.
La nueva Parroquia se sitúa en la zona de Olivar de Quitos que se encuentra más próxima a Entrenúcleos, que poco a poco se está convirtiendo en un nuevo lugar de expansión gracias a la construcción de numerosas promociones inmobiliarias. Allí se instaló en el año 2015 una gran carpa, que ha acogido toda la actividad de la futura Parroquia durante este tiempo, y que se espera que pueda desmontarse pronto para que el terreno que ocupa, que es donde se levantará el futuro templo, pueda, a su vez, ser instalado en el terreno ya reservado para la futura Parroquia de San José, que se levantará entre la barriada de Las Infantas y La Moneda.
De momento, la primera fase del complejo que bendijo monseñor Gómez Sierra, quien fue recibido a pies del complejo por el párroco de San Juan Pablo II, don Adrián Ríos, es la que acogerá las actividades pastorales (catequesis, cáritas parroquial, preparación prematrimonial y prebautismal…), y su salón principal, la celebración de las misas.
Una obra en dos fases
El proyecto, que ha sido realizado por el estudio de los arquitectos Rafael López y Daniel Conesa, consta en su primera fase de la edificación del patio y toda la zona al oeste y norte del centro parroquial, que cuenta con dos plantas en forma de ele, integrada por las dependencias necesarias para el funcionamiento habitual de la parroquia (salas de catequesis, Cáritas, despachos parroquiales, un gran salón de actos y una pequeña estancia con comedor), todo ello organizado en torno a un patio central, que tendrá acceso a todas las dependencias parroquiales. Además, contará de dos viviendas en la primera planta para la residencia de los sacerdotes.
La empresa Sorigue, que es la encargada de levantar el edificio, indicó en su momento que una de las características de la construcción de este nuevo centro parroquial es el uso del BIM (Building Information Modeling), un innovador sistema de gestión que implica a todos los grupos de interés en torno a la vida útil de una infraestructura fomentando una metodología colaborativa.
El coste total del proyecto alcanzará los dos millones de euros, siendo destinado casi un millón para la primera fase y el resto para la segunda, en la que se edificará el templo. La financiación de las obras ha corrido a cargo de la Archidiócesis, así como de las aportaciones de la propia parroquia y su feligresía.
El salón que acoge la nueva estructura levantada, que preside un gran patio central con fachadas porticadas y que enlazará con el futuro templo, se llenó anoche de feligreses -tanto que incluso se hubieron de habilitar sillas fuera del mismo- para asistir a la bendición de estas instalaciones y a la misa que iba a oficiar el obispo auxiliar de Sevilla, quien durante su homilía hizo necesaria referencia a la generosa aportación de cientos de feligreses y de la Fundación Santo Súbito, que se creó en el año 2014 con el objetivo de promover la vida y obra de San Juan Pablo II, y que, con la ayuda del Arzobispado, están aportando las cantidades necesarias para levantar todo este complejo.
La nueva Parroquia se sitúa en la zona de Olivar de Quitos que se encuentra más próxima a Entrenúcleos, que poco a poco se está convirtiendo en un nuevo lugar de expansión gracias a la construcción de numerosas promociones inmobiliarias. Allí se instaló en el año 2015 una gran carpa, que ha acogido toda la actividad de la futura Parroquia durante este tiempo, y que se espera que pueda desmontarse pronto para que el terreno que ocupa, que es donde se levantará el futuro templo, pueda, a su vez, ser instalado en el terreno ya reservado para la futura Parroquia de San José, que se levantará entre la barriada de Las Infantas y La Moneda.
De momento, la primera fase del complejo que bendijo monseñor Gómez Sierra, quien fue recibido a pies del complejo por el párroco de San Juan Pablo II, don Adrián Ríos, es la que acogerá las actividades pastorales (catequesis, cáritas parroquial, preparación prematrimonial y prebautismal…), y su salón principal, la celebración de las misas.
Una obra en dos fases
El proyecto, que ha sido realizado por el estudio de los arquitectos Rafael López y Daniel Conesa, consta en su primera fase de la edificación del patio y toda la zona al oeste y norte del centro parroquial, que cuenta con dos plantas en forma de ele, integrada por las dependencias necesarias para el funcionamiento habitual de la parroquia (salas de catequesis, Cáritas, despachos parroquiales, un gran salón de actos y una pequeña estancia con comedor), todo ello organizado en torno a un patio central, que tendrá acceso a todas las dependencias parroquiales. Además, contará de dos viviendas en la primera planta para la residencia de los sacerdotes.
La empresa Sorigue, que es la encargada de levantar el edificio, indicó en su momento que una de las características de la construcción de este nuevo centro parroquial es el uso del BIM (Building Information Modeling), un innovador sistema de gestión que implica a todos los grupos de interés en torno a la vida útil de una infraestructura fomentando una metodología colaborativa.
El coste total del proyecto alcanzará los dos millones de euros, siendo destinado casi un millón para la primera fase y el resto para la segunda, en la que se edificará el templo. La financiación de las obras ha corrido a cargo de la Archidiócesis, así como de las aportaciones de la propia parroquia y su feligresía.
F. G. / REDACCIÓN