Mañana de tradición y de mucho calor la se ha vivido este domingo, día 18 de junio, en torno a la procesión del Corpus Christi de la Hermandad Sacramental de Dos Hermanas, que recorrió con esplendor céntricas calles de la ciudad cubiertas de lantisco y salpicadas por una docena de altares. Mañana de calor que hizo necesario el constante suministro de agua de cuantos participaron en la procesión.
Sobre las nueve de la mañana, en el interior de la Parroquia de Santa María Magdalena tuvo lugar la celebración de la Santa Misa, que ofició el titular de la misma, don Manuel Sánchez de Heredia, y a su finalización se organizó el cortejo, que comenzó a salir sobre las diez de la mañana.
Las calles por las que se iba a realizar el recorrido se encontraban ya cubiertas de la tradicional alfombra de lantisco, y algunos de los lugares más señalados del recorrido habían sido adornados con pequeños altares, mientras muchos balcones habían sido engalanados para recibir a la procesión.
Desde el primer instante se observó el interés de cuantos siguieron la procesión por presenciar el paso que portaba la imagen del beato Bienvenido María de Dos Hermanas, que se venera en la capilla del Colegio San Hermenegildo y que se convirtió en el primer nazareno ascendido a los altares.
Esta imagen sobria abrió una procesión que incluyó nuevamente a un grupo de niños y niñas vestidos con sus trajes de primera comunión, las representaciones de las hermandades de Penitencia, de Gloria y Sacramentales, y los pasos de la Divina Pastora de las Almas, a la que acompañó la Banda de Cornetas y Tambores Nuestro Padre Jesús de la Presentación al Pueblo; del Niño Jesús y del Santísimo Sacramento, en su Custodia de plata, acompaña este último por la Banda de Música de Santa Ana de Dos Hermanas.
Por delante de la Custodia, la representación de la Hermandad Sacramental de Dos Hermanas, con su hermano mayor, Miguel Román, al frente, y, justo detrás de la misma, la religiosa, presidida por don Manuel Sánchez de Heredia. Y cerrando este último tramo procesional, la representación del Ayuntamiento nazareno, con los tenientes de alcalde Rosario Sánchez, Lourdes López y Juan Antonio Vilches, los concejales populares Mari Carmen Espada y Luis Gómez y el edil de Ciudadanos Pedro Taborda.
Uno de los momentos más emotivos del recorrido procesional fue de nuevo el encuentro con los numerosos altares, muchos de ellos colocados por distintas hermandades nazarenas, y en el que destacó un año más el que se encontraba a los pies del monumento a la Virgen de Valme en la Plazoleta o el que presidía el Señor de la Cena, cuya Hermandad había situado a su titular en la Plaza de Villa Pepita, y que esa misma mañana fue trasladado por costaleros de dicha corporación. E, igualmente, el recorrido que realizó el cortejo procesional por la calle Nuestra Señora de Valme, cuyo aspecto cubierto con lonas ofrece un ambiente especial.
Ya de nuevo en la Plaza de la Constitución, las campanas de la Parroquia saludaron a la comitiva, que realizó su entrada en el templo rodeado de numerosas personas que no quisieron faltar a la cita, pese al calor que ya apretaba bastante por entonces, con una de las más señaladas tradiciones religiosas de la ciudad.
Atrás quedaron unos momentos de sofoco, provocado por el intenso calor, que en algunos casos requirieron las asistencia de los servicios de Protección Civil y, especialmente, el constante suministro de botellas de agua a cuantos participaron en la procesión.
Imágenes de la procesión
Sobre las nueve de la mañana, en el interior de la Parroquia de Santa María Magdalena tuvo lugar la celebración de la Santa Misa, que ofició el titular de la misma, don Manuel Sánchez de Heredia, y a su finalización se organizó el cortejo, que comenzó a salir sobre las diez de la mañana.
Las calles por las que se iba a realizar el recorrido se encontraban ya cubiertas de la tradicional alfombra de lantisco, y algunos de los lugares más señalados del recorrido habían sido adornados con pequeños altares, mientras muchos balcones habían sido engalanados para recibir a la procesión.
Desde el primer instante se observó el interés de cuantos siguieron la procesión por presenciar el paso que portaba la imagen del beato Bienvenido María de Dos Hermanas, que se venera en la capilla del Colegio San Hermenegildo y que se convirtió en el primer nazareno ascendido a los altares.
Esta imagen sobria abrió una procesión que incluyó nuevamente a un grupo de niños y niñas vestidos con sus trajes de primera comunión, las representaciones de las hermandades de Penitencia, de Gloria y Sacramentales, y los pasos de la Divina Pastora de las Almas, a la que acompañó la Banda de Cornetas y Tambores Nuestro Padre Jesús de la Presentación al Pueblo; del Niño Jesús y del Santísimo Sacramento, en su Custodia de plata, acompaña este último por la Banda de Música de Santa Ana de Dos Hermanas.
Por delante de la Custodia, la representación de la Hermandad Sacramental de Dos Hermanas, con su hermano mayor, Miguel Román, al frente, y, justo detrás de la misma, la religiosa, presidida por don Manuel Sánchez de Heredia. Y cerrando este último tramo procesional, la representación del Ayuntamiento nazareno, con los tenientes de alcalde Rosario Sánchez, Lourdes López y Juan Antonio Vilches, los concejales populares Mari Carmen Espada y Luis Gómez y el edil de Ciudadanos Pedro Taborda.
Uno de los momentos más emotivos del recorrido procesional fue de nuevo el encuentro con los numerosos altares, muchos de ellos colocados por distintas hermandades nazarenas, y en el que destacó un año más el que se encontraba a los pies del monumento a la Virgen de Valme en la Plazoleta o el que presidía el Señor de la Cena, cuya Hermandad había situado a su titular en la Plaza de Villa Pepita, y que esa misma mañana fue trasladado por costaleros de dicha corporación. E, igualmente, el recorrido que realizó el cortejo procesional por la calle Nuestra Señora de Valme, cuyo aspecto cubierto con lonas ofrece un ambiente especial.
Ya de nuevo en la Plaza de la Constitución, las campanas de la Parroquia saludaron a la comitiva, que realizó su entrada en el templo rodeado de numerosas personas que no quisieron faltar a la cita, pese al calor que ya apretaba bastante por entonces, con una de las más señaladas tradiciones religiosas de la ciudad.
Atrás quedaron unos momentos de sofoco, provocado por el intenso calor, que en algunos casos requirieron las asistencia de los servicios de Protección Civil y, especialmente, el constante suministro de botellas de agua a cuantos participaron en la procesión.
Imágenes de la procesión
F. G. / REDACCIÓN