Día central de la Feria y día clave en su devenir por eso de que suele ser el que concentra mayor cantidad de visitantes. Y eso parece que, de momento, es lo que ocurrió ayer viernes, al menos por la apariencia de un Real tan animoso como caluroso en sus horas centrales. Porque, sin embargo, la noche fue ya un auténtico placer, que se saboreaba mucho más en plena calle.
El paseo de caballos por fin lució con esplendor, con coches y animales bien pertrechados y jinetes o cocheros que se lo toman con calma para hacer el recorrido habitual con la parsimonia de quien quiere saborearlo todo con detenimiento, por eso de que se acabe lo más tarde posible.
En las horas en las que el sol apuntaba en todo lo alto, la búsqueda afanosa fue la de situarse en una sombra que permitiera refrescarse con una buena cerveza y con el ligero viento que sigue acompañando a la Feria nazarena. Y ya por la noche, de nuevo el interior de las casetas, pero también el exterior, que cada vez gusta más, los protagonistas, a lo que ayudaba la música flamenca o rockera, que bailarse, se baila todo.
La Feria, en sus dos días y medio, sigue entera, no todo lo plena que a lo mejor la celebrada el pasado año, pero repleta de sabor y tremendamente cómoda para todos, ya que siempre hay un sitio donde refugiarse para descansar y para beber o comer según alcances los bolsillos, claro.
Imágenes del viernes de Feria
El paseo de caballos por fin lució con esplendor, con coches y animales bien pertrechados y jinetes o cocheros que se lo toman con calma para hacer el recorrido habitual con la parsimonia de quien quiere saborearlo todo con detenimiento, por eso de que se acabe lo más tarde posible.
En las horas en las que el sol apuntaba en todo lo alto, la búsqueda afanosa fue la de situarse en una sombra que permitiera refrescarse con una buena cerveza y con el ligero viento que sigue acompañando a la Feria nazarena. Y ya por la noche, de nuevo el interior de las casetas, pero también el exterior, que cada vez gusta más, los protagonistas, a lo que ayudaba la música flamenca o rockera, que bailarse, se baila todo.
La Feria, en sus dos días y medio, sigue entera, no todo lo plena que a lo mejor la celebrada el pasado año, pero repleta de sabor y tremendamente cómoda para todos, ya que siempre hay un sitio donde refugiarse para descansar y para beber o comer según alcances los bolsillos, claro.
Imágenes del viernes de Feria
F. G. / REDACCIÓN