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Y Dos Hermanas se llenó de Pasión

Dos Hermanas pudo vivir este Martes Santo en toda su intensidad la pasión que llegó desde la barriada de Las Portadas y que con su entrega y caminar delicado consiguió enamorar a todos cuantos presenciaron la Estación de Penitencia de la Cofradía de Nazarenos de Pasión. Se trató de un nuevo día memorable de celebración de nuestra Semana Grande.



Cuando los pasos del Señor de Pasión y de la Virgen del Amparo alcanzaron las calles del centro de Dos Hermanas, no parecía que en sus nazarenos y costaleros hubiera pesado demasiado el calor que la acompañó durante sus primeros momentos del recorrido por las calles de Las Portadas, porque un sol de justicia se posó en todo lo alto para dibujar profundas sombras sobre el suelo.

Pese a ello, los vecinos de esta barriada nazarena se sirvieron de las sombras para no dejar de contemplar un año más a su Cristo y a su Virgen, que ya dejaba en estos primeros tramos bien a las claras que no se iban a esconder ni del sol ni del esfuerzo, pese a saber que, si todo se cumplía según los planes previstos, iban a estar unas diez horas en la calle.

Por eso, y después de cruzar el 'desierto' de la N-IV, esta Cofradía de nazarenos comenzó a sentirse muy a gusto, provocado también por la gran cantidad de personas, de su barrio y del centro de la ciudad, que salía a su paso por todos los rincones por donde pasó. Así, ya se pudieron vivir momentos muy especiales en la avenida de Los Pirralos, en Carlos I, en la estrechez del callejón Cruz y, a partir de ahí, en un recorrido que realizó con gusto y con mucha entrega.

Entre todo, destacaron de forma especial cómo los capataces de ambos pasos conseguían llevar, con una delicadeza inusual, a unas cuadrillas de costaleros con la que supieron encender en más de una ocasión las llamas de los aplausos de cuantos las contemplaron. Hubo momentos bellos, pero la entrada del Señor de Pasión en la Carrera Oficial fue extraordinaria, delicada, tan suave que no parecía moverse.

Hubo tiempo durante todo su paso por la Plaza de la Constitución para recrearse con sus formas, movimientos, sonidos y olores, del que pudieron disfrutar un público que decidió, un día más, 'tomar' Los Jardines como principal referencia del día. Pero no quedó ahí la cosa, ya que la chicotá con la que brindó el palio a todos en este mismo espacio fue también para enmarcar, en esta ocasión acompañada por la Banda de Música Santa Ana.

Otra estampa para el recuerdo fue cuando, por fin, y ya en la madrugada del Miércoles Santo, la cofradía regresara a su barrio, donde, pese a la hora y a que muchos y muchas tenían que trabajar al día siguiente, fue recibida por unos feligreses entregados, que se volvieron a encontrar de nuevo con una respuesta impresionante por parte de sus imágenes.

Imágenes del Martes Santo















































F. G. / REDACCIÓN
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