Y ya son 27 los años. Desde que el 1989 se llevara a cabo, por primera vez, la presentación de niños ante la Virgen de Valme, la tradición ya de que las familias pasen por el manto de la Protectora de Dos Hermanas a sus pequeños, en muchos casos bebés, nunca ha decaído; si acaso, tan sólo, la natalidad. Pero de nuevo casi un centenar de niños y niñas nazarenos han vuelto a recibir la protección de la Virgen.
El espectáculo en la Parroquia de Santa María Magdalena cada 2 de febrero, con motivo de la Festividad de la Candelaria, es increíble. Y es que presenciar el pasillo central de este templo y los laterales literalmente repletos de carritos, así como oír esas peculiares voces que suenan a inocencia o incluso algún que otro llanto, hace que se transforme todo en un ambiente que sólo provoca entre los mayores sonrisas de complacencia.
Pasados unos minutos las seis y media de la tarde de este jueves, día 2 de febrero, el párroco de Santa María Magdalena, don Manuel Sánchez de Heredia, dio la bienvenida a todos y dirigió unas palabras a los presentes recordando las palabras de Jesucristo cuando dijo: "Dejad que los niños se acerquen a mí".
Y en esta ocasión se acercaron un año más a su Madre, la Virgen de Valme, en busca de la protección de casi un centenar de niños y niñas que fueron llevados por sus padres o abuelos para volver a cumplir con una tradición y con una creencia. Ante el Altar Mayor, el hermano mayor de Valme, Hugo Santos Gil, fue pronunciando los nombres de cada uno de los pequeños que inscritos, que fueron recibidos ante la imagen de la Protectora por don Manuel Sánchez de Heredia.
Así se daba cumplimiento un año más a la celebración de la Festividad de la Candelaria, con la que se conmemora la Purificación de la Virgen María y la presentación del Niño Jesús en el Templo. Por este motivo, se mantiene año a año la tradición de pasar a los niños nacidos durante el año anterior por el manto de la Virgen para que los proteja y purifique.
El espectáculo en la Parroquia de Santa María Magdalena cada 2 de febrero, con motivo de la Festividad de la Candelaria, es increíble. Y es que presenciar el pasillo central de este templo y los laterales literalmente repletos de carritos, así como oír esas peculiares voces que suenan a inocencia o incluso algún que otro llanto, hace que se transforme todo en un ambiente que sólo provoca entre los mayores sonrisas de complacencia.
Pasados unos minutos las seis y media de la tarde de este jueves, día 2 de febrero, el párroco de Santa María Magdalena, don Manuel Sánchez de Heredia, dio la bienvenida a todos y dirigió unas palabras a los presentes recordando las palabras de Jesucristo cuando dijo: "Dejad que los niños se acerquen a mí".
Y en esta ocasión se acercaron un año más a su Madre, la Virgen de Valme, en busca de la protección de casi un centenar de niños y niñas que fueron llevados por sus padres o abuelos para volver a cumplir con una tradición y con una creencia. Ante el Altar Mayor, el hermano mayor de Valme, Hugo Santos Gil, fue pronunciando los nombres de cada uno de los pequeños que inscritos, que fueron recibidos ante la imagen de la Protectora por don Manuel Sánchez de Heredia.
Así se daba cumplimiento un año más a la celebración de la Festividad de la Candelaria, con la que se conmemora la Purificación de la Virgen María y la presentación del Niño Jesús en el Templo. Por este motivo, se mantiene año a año la tradición de pasar a los niños nacidos durante el año anterior por el manto de la Virgen para que los proteja y purifique.
F. G. / REDACCIÓN