La semana de la Misión Popular, aquella que responde a la llamada del Papa Francisco para fortalecer el carácter evangelizador de la Iglesia, contó este domingo para su clausura con la salida extraordinaria de la Virgen de Valme, que se reunía con su pueblo al igual que en aquellas otras ocasiones en las que por causas excepcionales fue reclamado su valimiento.
"Desde tiempos inmemoriales", como recordó precisamente la Hermandad de Valme, "la Virgen ha estado siempre presente en los acontecimientos más destacados de Dos Hermanas". Se entendía, por tanto, que el encuentro de la Protectora de la ciudad con su gente era precisa también ahora como forma de responder a la llamada evangelizadora de la Iglesia, haciendo que Dos Hermanas viviera una tarde extraordinaria en torno a su Virgen.
Pasados unos minutos de las 17:30 horas, desde la Parroquia de Santa María Magdalena se inició una procesión que encabezaba la Cruz Parroquial -que guardará ya este templo en adelante como recuerdo al acogimiento de la semana de la Misión Popular-, seguida de los representantes de las hermandades y asociaciones nazarenas y del clero, que encabezaron el vicario episcopal para la Nueva Evangelización, don Adrián Sanabria Mejido, y el párroco de Santa María Magdalena, don Manuel Sánchez de Heredia, quienes fueron rezando el Santo Rosario junto con la gran cantidad de nazarenos que les acompañaron en todo momento. Junto a ellos, la Junta de Gobierno de la Hermandad deValme, con su hermano mayor, Hugo Santos Gil, al frente.
Y, justo detrás, la Virgen de Valme llevada en andas por todos los grupos que participaron en las Misiones Populares durante esta semana, que fueron relevándose a lo largo de un trayecto por algunas de las calles más céntricas de la ciudad que se prolongó hasta cerca de las ocho de la tarde. Una calles que en gran parte mostraron unos balcones engalanados para recibir a la Protectora en esta salida extraordinaria. Y, junto a todos, el coro de la Hermandad de Valme, que exaltó a la Virgen con sus cánticos.
La procesión contó con varios momentos destacados, como la propia salida desde la Parroquia, seguida ya por numerosos nazarenos, su paso por las calles Romera y Manuel de Falla, y, de forma especial, su presencia en la Plaza Menéndez Pelayo, donde la Virgen fue plantada a los pies de su monumento y donde los presentes cantaron su Salve.
Fue poco después, cuando la procesión transcurría por la calle Santa María Magdalena, cuando a se sumó a la comitiva el arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo, quien poco después, y una vez ya la Virgen en el interior del templo, presidió la misa con la que se clausuraba toda una larga semana de actos de la que, también de forma extraordinaria, participó con anterioridad la imagen del Señor del Gran Poder.
Imágenes de la procesión
"Desde tiempos inmemoriales", como recordó precisamente la Hermandad de Valme, "la Virgen ha estado siempre presente en los acontecimientos más destacados de Dos Hermanas". Se entendía, por tanto, que el encuentro de la Protectora de la ciudad con su gente era precisa también ahora como forma de responder a la llamada evangelizadora de la Iglesia, haciendo que Dos Hermanas viviera una tarde extraordinaria en torno a su Virgen.
Pasados unos minutos de las 17:30 horas, desde la Parroquia de Santa María Magdalena se inició una procesión que encabezaba la Cruz Parroquial -que guardará ya este templo en adelante como recuerdo al acogimiento de la semana de la Misión Popular-, seguida de los representantes de las hermandades y asociaciones nazarenas y del clero, que encabezaron el vicario episcopal para la Nueva Evangelización, don Adrián Sanabria Mejido, y el párroco de Santa María Magdalena, don Manuel Sánchez de Heredia, quienes fueron rezando el Santo Rosario junto con la gran cantidad de nazarenos que les acompañaron en todo momento. Junto a ellos, la Junta de Gobierno de la Hermandad deValme, con su hermano mayor, Hugo Santos Gil, al frente.
Y, justo detrás, la Virgen de Valme llevada en andas por todos los grupos que participaron en las Misiones Populares durante esta semana, que fueron relevándose a lo largo de un trayecto por algunas de las calles más céntricas de la ciudad que se prolongó hasta cerca de las ocho de la tarde. Una calles que en gran parte mostraron unos balcones engalanados para recibir a la Protectora en esta salida extraordinaria. Y, junto a todos, el coro de la Hermandad de Valme, que exaltó a la Virgen con sus cánticos.
La procesión contó con varios momentos destacados, como la propia salida desde la Parroquia, seguida ya por numerosos nazarenos, su paso por las calles Romera y Manuel de Falla, y, de forma especial, su presencia en la Plaza Menéndez Pelayo, donde la Virgen fue plantada a los pies de su monumento y donde los presentes cantaron su Salve.
Fue poco después, cuando la procesión transcurría por la calle Santa María Magdalena, cuando a se sumó a la comitiva el arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo, quien poco después, y una vez ya la Virgen en el interior del templo, presidió la misa con la que se clausuraba toda una larga semana de actos de la que, también de forma extraordinaria, participó con anterioridad la imagen del Señor del Gran Poder.
Imágenes de la procesión
F. G. / REDACCIÓN