Rafael Camúñez Benítez vive las horas previas de uno de los días que, sin duda, marcarán su vida en adelante, ya que este domingo, día 18 de diciembre, pronunciará en la Parroquia de Santa María Magdalena, a partir de las 12:30 horas, la Exaltación de la Navidad. Será presentado por su amiga y confidente María José Sánchez, y espera que cuando acaben sus palabras, "todos salgan impregnados de la Navidad".
Rafael Camúñez, de 23 años, es estudiante de tercero de Magisterio en Sevilla y una persona que vive muy vinculado desde joven a distintas hermandades nazarenas, como las del Gran Poder, Borriquita, Santo Entierro, Valme y Rocío, además de la Carretería de Sevilla.
- ¿Que pensó cuando le pidieron que fuera el exaltador de la Navidad?
- En el momento en el que el presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías me dijo que habían pensado en mí para ser exaltador de la Navidad, algo que me comunicó en el mes de julio en la capilla de Santa Ana en el segundo día del Besamanos, no me lo quise creer, porque yo en lo que pensaba en ese momento era en el verano, en a dónde me iba a ir de vacaciones, y fue algo que me sobrepasó un poco porque yo la Exaltación de la Navidad la veo como algo que requiere mucha calidad y que se debe dirigir a personas competentes. Pero el presidente me dijo que me lo pensara, y yo me tomé algo de tiempo, hasta que día 26, cuando se recogió la procesión, el presidente del Consejo me lo volvió a preguntar en la Parroquia y ya le dije que sí.
- ¿Le costó mucho trabajo aceptarlo?
- Bastante, y por muchos motivos: personales, de estudios... Y es que tenía que valorarlo, por el tiempo que me iba a restar y porque tenía claro que si lo aceptaba, no podía quedarme en una parte de mí, sino que tenía que darlo todo, porque si no la exaltación no estaría a la altura de lo que se merece. Y, claro, si me entrego al cien por ciento en ese aspecto, el resto de mi vida se iba a ver mermado: lo estudios, mi presencia en las hermandades, mi familia... Entonces, lo tuve que sopesar bastante. Pero al final lo pensé y me dije que repartiría el tiempo como pudiera.
- Es de imaginar que el hecho de la Exaltación, que es la Navidad, habría influido favorablemente en su decisión.
- Claro. Casi todos los que me conocen saben que la Navidad es la fiesta que más vivo, porque me encantan el ambiente, los adornos, las luces en las calles, las decoraciones en las casas, y, obviamente, el mismo motivo de la Navidad, que es celebrar la venida de Cristo, que significa la nueva alianza que pacta Dios con el hombre; y, la última, era que por qué no la vamos a celebrar. ¡Y tanto que la tenemos que celebrar!, ¡más que ninguna otra fiesta! Entonces, cuando lo tuve que sopesar, la balanza se inclinó al sí, porque es lo que me gusta. A mí no me van a nombrar pregonero del Carnaval, porque es algo que no me gusta, pero la Navidad, sin duda que sí.
- ¿Cómo vive la Navidad en su familia?
- Muy intensamente. Yo soy el disloque, el rebote, el que quiere poner el Belén el primero, que puse antes de la Inmaculada... Me gustan además las zambombas, los certámenes de villancicos, los teatros que se representan en las parroquias... Todo. Ya digo que lo vivo intensamente.
- ¿Cuánto tiempo tardó desde que aceptó la petición del Consejo y hasta que se puso a escribir?
- Algún tiempo, claro, porque ¿qué se puede escribir de la Navidad? Porque si se trata de un Pregón de la Semana Santa, pues está claro que se tiene que hablar de las hermandades, de una y otra imagen, pero de la Navidad hay que buscar algo que tuviera peso. Pero es que, además, a mí me dieron la noticia en julio, que no es precisamente un mes como para pensar en esta celebración, porque, además, venían las vacaciones, mi cumpleaños..., y me dije: el verano me lo voy a tomar tranquilo, anotando algunas ideas, y no fue ya hasta septiembre cuando empecé a apuntalar esas primeras nociones, y ya una vez que pasó la Romería de Valme, fue cuando empecé ya a escribir porque me comía ya el tiempo.
- Como todas las exaltaciones, la suya tendrá un mensaje. ¿Cuál es en su caso?
- El principal es que la Navidad la estamos desenfocando, y tenemos que volver al motivo principal, que es la venida de Cristo y festejarla, porque estamos convirtiendo muchas cosas que son paralelas a la Navidad en motivos de la misma, cuando no lo son. Por eso creo que hay que volver al motivo de esta celebración, a qué significa verdaderamente la palabra 'Natividad'. Y en mi exaltación se refleja eso, y todo lo que conlleva: la felicidad, la alegría, el amor...
- Porque el problema es que mucha gente confunde la Navidad con las luces, los regalos y las comilonas.
- Efectivamente, y al final no se celebra verdaderamente lo que es.
- Es de imaginar que se tratará de la mayor responsabilidad que asume, al margen del Pregón de la Juventud de la Hermandad del Gran Poder.
- Sí. Porque cuando di el Pregón de la Juventud del Gran Poder fue en noviembre de 2012, cuando yo tenía 16 años, y ahora, obviamente, esta exaltación supone una mayor responsabilidad.
- ¿Cuál de los dos nombramientos, entre el de pregonero de la Juventud del Gran Poder y el de la Exaltación de la Navidad, le sorprendió más?
- Muchísimo más el de la Navidad, porque el otro era el de la Exaltación de la Juventud, que está claro que se le debe dar una persona joven, y yo es que vivía continuamente en la Hermandad del Gran Poder, además de que años atrás he formado parte de la comisión que tenía que decidir al exaltador. Entonces, que me designaran a mí un año, lo veía como algo posible. Pero la Exaltación de la Navidad, viendo la calidad de personas que la han dado y, de golpe y porrazo, que el Consejo pensara en mí, pues era lógico que me costara trabajo la decisión porque no me veía a la altura de las personas que ya la habían dado.
- Y una vez que ya está escrito, ¿se ve a la altura?
- Bueno, vamos a dejar que sea el tiempo y las personas los que lo juzguen. A mí, desde luego, me encanta lo que he escrito. Si no me gustara a lo mejor lo habría borrado y haría algo nuevo. Como digo, me gusta lo que he creado, y espero que a todos los que lo escuchen el domingo también les guste y que cuando salgamos de la Parroquia todos salgan impregnados de la Navidad y de la felicidad que conlleva.
- ¿Es un pregón al uso?
- Yo no lo considero al uso, porque he ido a otras exaltaciones de la Navidad y no me veo repetitivo, no veo que vaya a tratar temas que otros exaltadores hayan tratado. Obviamente, ha habido otras personas que han hablado de la Navidad, pero está claro que cada uno le da su impronta, y yo el mío lo veo..., no diferente, sino mío.
Rafael Camúñez, de 23 años, es estudiante de tercero de Magisterio en Sevilla y una persona que vive muy vinculado desde joven a distintas hermandades nazarenas, como las del Gran Poder, Borriquita, Santo Entierro, Valme y Rocío, además de la Carretería de Sevilla.
- ¿Que pensó cuando le pidieron que fuera el exaltador de la Navidad?
- En el momento en el que el presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías me dijo que habían pensado en mí para ser exaltador de la Navidad, algo que me comunicó en el mes de julio en la capilla de Santa Ana en el segundo día del Besamanos, no me lo quise creer, porque yo en lo que pensaba en ese momento era en el verano, en a dónde me iba a ir de vacaciones, y fue algo que me sobrepasó un poco porque yo la Exaltación de la Navidad la veo como algo que requiere mucha calidad y que se debe dirigir a personas competentes. Pero el presidente me dijo que me lo pensara, y yo me tomé algo de tiempo, hasta que día 26, cuando se recogió la procesión, el presidente del Consejo me lo volvió a preguntar en la Parroquia y ya le dije que sí.
- ¿Le costó mucho trabajo aceptarlo?
- Bastante, y por muchos motivos: personales, de estudios... Y es que tenía que valorarlo, por el tiempo que me iba a restar y porque tenía claro que si lo aceptaba, no podía quedarme en una parte de mí, sino que tenía que darlo todo, porque si no la exaltación no estaría a la altura de lo que se merece. Y, claro, si me entrego al cien por ciento en ese aspecto, el resto de mi vida se iba a ver mermado: lo estudios, mi presencia en las hermandades, mi familia... Entonces, lo tuve que sopesar bastante. Pero al final lo pensé y me dije que repartiría el tiempo como pudiera.
- Es de imaginar que el hecho de la Exaltación, que es la Navidad, habría influido favorablemente en su decisión.
- Claro. Casi todos los que me conocen saben que la Navidad es la fiesta que más vivo, porque me encantan el ambiente, los adornos, las luces en las calles, las decoraciones en las casas, y, obviamente, el mismo motivo de la Navidad, que es celebrar la venida de Cristo, que significa la nueva alianza que pacta Dios con el hombre; y, la última, era que por qué no la vamos a celebrar. ¡Y tanto que la tenemos que celebrar!, ¡más que ninguna otra fiesta! Entonces, cuando lo tuve que sopesar, la balanza se inclinó al sí, porque es lo que me gusta. A mí no me van a nombrar pregonero del Carnaval, porque es algo que no me gusta, pero la Navidad, sin duda que sí.
- ¿Cómo vive la Navidad en su familia?
- Muy intensamente. Yo soy el disloque, el rebote, el que quiere poner el Belén el primero, que puse antes de la Inmaculada... Me gustan además las zambombas, los certámenes de villancicos, los teatros que se representan en las parroquias... Todo. Ya digo que lo vivo intensamente.
- ¿Cuánto tiempo tardó desde que aceptó la petición del Consejo y hasta que se puso a escribir?
- Algún tiempo, claro, porque ¿qué se puede escribir de la Navidad? Porque si se trata de un Pregón de la Semana Santa, pues está claro que se tiene que hablar de las hermandades, de una y otra imagen, pero de la Navidad hay que buscar algo que tuviera peso. Pero es que, además, a mí me dieron la noticia en julio, que no es precisamente un mes como para pensar en esta celebración, porque, además, venían las vacaciones, mi cumpleaños..., y me dije: el verano me lo voy a tomar tranquilo, anotando algunas ideas, y no fue ya hasta septiembre cuando empecé a apuntalar esas primeras nociones, y ya una vez que pasó la Romería de Valme, fue cuando empecé ya a escribir porque me comía ya el tiempo.
- Como todas las exaltaciones, la suya tendrá un mensaje. ¿Cuál es en su caso?
- El principal es que la Navidad la estamos desenfocando, y tenemos que volver al motivo principal, que es la venida de Cristo y festejarla, porque estamos convirtiendo muchas cosas que son paralelas a la Navidad en motivos de la misma, cuando no lo son. Por eso creo que hay que volver al motivo de esta celebración, a qué significa verdaderamente la palabra 'Natividad'. Y en mi exaltación se refleja eso, y todo lo que conlleva: la felicidad, la alegría, el amor...
- Porque el problema es que mucha gente confunde la Navidad con las luces, los regalos y las comilonas.
- Efectivamente, y al final no se celebra verdaderamente lo que es.
- Es de imaginar que se tratará de la mayor responsabilidad que asume, al margen del Pregón de la Juventud de la Hermandad del Gran Poder.
- Sí. Porque cuando di el Pregón de la Juventud del Gran Poder fue en noviembre de 2012, cuando yo tenía 16 años, y ahora, obviamente, esta exaltación supone una mayor responsabilidad.
- ¿Cuál de los dos nombramientos, entre el de pregonero de la Juventud del Gran Poder y el de la Exaltación de la Navidad, le sorprendió más?
- Muchísimo más el de la Navidad, porque el otro era el de la Exaltación de la Juventud, que está claro que se le debe dar una persona joven, y yo es que vivía continuamente en la Hermandad del Gran Poder, además de que años atrás he formado parte de la comisión que tenía que decidir al exaltador. Entonces, que me designaran a mí un año, lo veía como algo posible. Pero la Exaltación de la Navidad, viendo la calidad de personas que la han dado y, de golpe y porrazo, que el Consejo pensara en mí, pues era lógico que me costara trabajo la decisión porque no me veía a la altura de las personas que ya la habían dado.
- Y una vez que ya está escrito, ¿se ve a la altura?
- Bueno, vamos a dejar que sea el tiempo y las personas los que lo juzguen. A mí, desde luego, me encanta lo que he escrito. Si no me gustara a lo mejor lo habría borrado y haría algo nuevo. Como digo, me gusta lo que he creado, y espero que a todos los que lo escuchen el domingo también les guste y que cuando salgamos de la Parroquia todos salgan impregnados de la Navidad y de la felicidad que conlleva.
- ¿Es un pregón al uso?
- Yo no lo considero al uso, porque he ido a otras exaltaciones de la Navidad y no me veo repetitivo, no veo que vaya a tratar temas que otros exaltadores hayan tratado. Obviamente, ha habido otras personas que han hablado de la Navidad, pero está claro que cada uno le da su impronta, y yo el mío lo veo..., no diferente, sino mío.
FRANCISCO GIL / REDACCIÓN