Dos Hermanas Diario Digital se hace eco en su Buzón del Lector de la carta remitida por José Antonio Rubio García en relación a la plantación de bulbos silvestres que un grupo de amigos, pertenecientes a la Sociedad Mediterránea para el Paisajismo, realizó en el Parque Forestal del arroyo Culebras y que ahora están floreciendo. Si lo desea, puede escribir a doshermanasdiariodigital@gmail.com exponiendo su queja, comentario o sugerencia.
Aguas arriba del arroyo Culebras, en la zona noroeste del parque forestal 'Dehesa de Doña María', podemos disfrutar de una magnífica y bellísima pradera natural. Un rebaño de ovejas, de tanto en tanto, pastorea bucólicamente el prado manteniendo un delicado equilibrio entre las distintas especies vegetales que lo forman.
¿Estoy en Dos Hermanas o tengo delante de mis ojos alguna pradería en Arcadia? Ante las emociones que evoca este idílico rincón de naturaleza, un grupo de amigos de la Sociedad Mediterránea para el Paisajismo decidimos aportar nuestro granito de arena a la belleza del lugar. Lo que el lugar necesita era magia, pensamos. ¿Magia?, sí, magia. Cada año, en el mes de diciembre, sobre este pastoril tapiz verde surgirán cientos, miles, millones de pequeñas flores blancas, ramilletes de simpáticas florecillas que cimbrean al viento recordándonos que el invierno está en ciernes.
Se trata de Narcissus papyraceus Ker-Gawler (Flora vascular de Andalucía Occidental. 1987. Benito Valdés et al. Volumen III, Ed. Ketres) recolectados en la provincia de Cádiz. Esta bulbosa con la que hemos inoculado la pradera debe su nombre al mito de Narciso. Narciso era un joven griego, engreído y vanidoso que fue condenado a enamorarse únicamente de su propio reflejo, la florecillas de los narcisos siempre miran hacia abajo como buscando mirar su imagen reflejada en el espejo del agua.
Desde estas líneas queremos requerir del Ayuntamiento la sensibilidad jardinera necesaria evitando desbrozar las praderas de la zona noroeste hasta que los bulbos de N. papyracaeus hayan completado su ciclo, hasta que las hojas se marchiten. También queremos pedir a las personas que disfrutan de la pradera del arroyo Culebras que, por favor, no corten las inflorescencias de los narcisos por muy bellos que resulten, es una floración que dura bastante tiempo en el campo, más de un mes, y si se cortan perderemos la magia del lugar y privando al resto de nazarenos de disfrutar de su sublime belleza.
Aguas arriba del arroyo Culebras, en la zona noroeste del parque forestal 'Dehesa de Doña María', podemos disfrutar de una magnífica y bellísima pradera natural. Un rebaño de ovejas, de tanto en tanto, pastorea bucólicamente el prado manteniendo un delicado equilibrio entre las distintas especies vegetales que lo forman.
¿Estoy en Dos Hermanas o tengo delante de mis ojos alguna pradería en Arcadia? Ante las emociones que evoca este idílico rincón de naturaleza, un grupo de amigos de la Sociedad Mediterránea para el Paisajismo decidimos aportar nuestro granito de arena a la belleza del lugar. Lo que el lugar necesita era magia, pensamos. ¿Magia?, sí, magia. Cada año, en el mes de diciembre, sobre este pastoril tapiz verde surgirán cientos, miles, millones de pequeñas flores blancas, ramilletes de simpáticas florecillas que cimbrean al viento recordándonos que el invierno está en ciernes.
Se trata de Narcissus papyraceus Ker-Gawler (Flora vascular de Andalucía Occidental. 1987. Benito Valdés et al. Volumen III, Ed. Ketres) recolectados en la provincia de Cádiz. Esta bulbosa con la que hemos inoculado la pradera debe su nombre al mito de Narciso. Narciso era un joven griego, engreído y vanidoso que fue condenado a enamorarse únicamente de su propio reflejo, la florecillas de los narcisos siempre miran hacia abajo como buscando mirar su imagen reflejada en el espejo del agua.
Desde estas líneas queremos requerir del Ayuntamiento la sensibilidad jardinera necesaria evitando desbrozar las praderas de la zona noroeste hasta que los bulbos de N. papyracaeus hayan completado su ciclo, hasta que las hojas se marchiten. También queremos pedir a las personas que disfrutan de la pradera del arroyo Culebras que, por favor, no corten las inflorescencias de los narcisos por muy bellos que resulten, es una floración que dura bastante tiempo en el campo, más de un mes, y si se cortan perderemos la magia del lugar y privando al resto de nazarenos de disfrutar de su sublime belleza.
JOSÉ ANTONIO RUBIO GARCÍA, MIEMBRO DE LA SOCIEDAD MEDITERRÁNEA PARA EL PAISAJISMO