Un coche sin conductor se empotró sobre las 09:45 horas de este viernes contra el escaparate del Caffé París, ubicado en la Avenida de Europa, en la barriada de Montequinto, sin que, por fortuna, ninguna de las personas que se encontraban en el interior resultaran heridas. El vehículo se encontraba estacionado en un solar y, al parecer, su propietario pudo olvidar poner el freno de mano.
Justo en uno de los laterales del Caffé París se encuentra un solar cuyo suelo presenta un pequeño montículo y que suele ser utilizado en algunas ocasiones como aparcamiento. En la mañana de este viernes, uno de esos usuarios estacionó su vehículo situando el morro en dirección hacia uno de los escaparates de la citada cafetería, y entrando seguidamente en la misma para desayunar.
Instantes después, todos cuantos se encontraban en el interior se vieron sorprendidos por un fuerte ruido e inmediatamente comprobaron que el mismo lo había provocado un coche que se acababa de empotrar contra una de las grandes lunas de este establecimiento.
Afortunadamente, ni en las mesas que se encontraban en la terraza ni en las que se situaban en el interior más cerca del ventanal se encontraba nadie, lo que hizo que este accidente se saldara sin heridos. Eso sí, el susto se les quedó en el cuerpo a todos, especialmente al propietario del vehículo, que no se explicaba cómo pudo ocurrir este incidente, asegurando que estaba convencido de que le había echado el freno de manos. El coche, que apenas resultó afectado, pudo ser sacado del lugar sin problemas.
Justo en uno de los laterales del Caffé París se encuentra un solar cuyo suelo presenta un pequeño montículo y que suele ser utilizado en algunas ocasiones como aparcamiento. En la mañana de este viernes, uno de esos usuarios estacionó su vehículo situando el morro en dirección hacia uno de los escaparates de la citada cafetería, y entrando seguidamente en la misma para desayunar.
Instantes después, todos cuantos se encontraban en el interior se vieron sorprendidos por un fuerte ruido e inmediatamente comprobaron que el mismo lo había provocado un coche que se acababa de empotrar contra una de las grandes lunas de este establecimiento.
Afortunadamente, ni en las mesas que se encontraban en la terraza ni en las que se situaban en el interior más cerca del ventanal se encontraba nadie, lo que hizo que este accidente se saldara sin heridos. Eso sí, el susto se les quedó en el cuerpo a todos, especialmente al propietario del vehículo, que no se explicaba cómo pudo ocurrir este incidente, asegurando que estaba convencido de que le había echado el freno de manos. El coche, que apenas resultó afectado, pudo ser sacado del lugar sin problemas.
DH DIARIO DIGITAL / REDACCIÓN
